La esclavitud es consustancial al islam porque el islam significa sumisión. Un musulmán es, en primer lugar, esclavo de Alá. Debe obediencia a la jerarquía religiosa de su credo y también a las autoridades. No es libre.
Catalina de Erauso |Evitar la esclavitud a cambio de la conversión al islam
La esclavitud la abordan el corán, los hadices y la jurisprudencia islámica de forma extensa. Los apologetas del islam afirman que el Corán invita al musulmán a tratar bien a los cautivos, reprocha la falta de generosidad (16:71) para con ellos y en invita a manumitir o liberar esclavos (24:33, 90:12) al ser un comportamiento que agrada a Alá. Así lo confirman dos hadices narrados por Asma bit Abu Bakr que afirman que “nos ordenaron liberar esclavos en tiempo de eclipse solar (3) y de eclipse lunar (4)”. (Al-Bujari, hadiz 2519 del libro 49, 3-4). Este hadiz es una prueba de que se narra un episodio de superstición medieval. Al desconocer la causa del eclipse, quien idease el relato del corán, consideró que esa actitud podría apaciguar a Alá.
Y es cierto que es así, pero es una práctica a la que no se han adherido muchos al no ser un mandato sino una sugerencia que serviría para purificarse a los creyentes, purificarse de algún pecado que habían cometido. La liberación que se narra en este hadiz no era un acto de bondad sino un acto de interés, para poder aspirar al paraíso después de la muerte.
- 16:71 Dios facilita a unos más recursos (económicos) que a otros; sin embargo, algunos de los que han sido agraciados se niegan a compartirlos con sus subordinados para no equipararse con ellos. ¿Se niegan, acaso, a reconocer los dones de Dios?
- 24:33. …Extended la escritura a los esclavos que lo deseen si reconocéis en ellos bien, y dadles de la hacienda que Alá os ha concedido. Si vuestras esclavas prefieren vivir castamente, no les obliguéis a prostituirse para procuraros los bienes de la vida de acá. Si alguien les obliga, luego de haber sido obligadas Alá se mostrará indulgente, misericordioso.
- 90:12 Pero, ¿qué es, en realidad, el empinado camino, del que sin duda has oído hablar? 13. Es (ante todo) rescatar a un cautivo,14. facilitar sustento en épocas de escasez 15. tanto al huérfano cercano 16. como al pobre desvalido.
Ahora bien, el trato a un esclavo no es igual de ninguna de las maneras ni en esta vida ni después de la muerte. Véase para ello el hadiz 2167 de Al-Bujari. El esclavo es propiedad del amo y este puede decidir sobre su vida y su muerte. De hecho, como ocurrió en África mucho antes de que los europeos comprasen esclavos en los mercados de esclavos norteafricanos para después llevarlos a América. El esclavista que las obligue a prostituirse no sufrirá sanción alguna, mientras que Alá promete clemencia con aquellas que fueron obligadas a prostituirse. Mal consuelo.
Los varones esclavos
Nótese que la esclavitud todavía se practica con los africanos negros en el norte de África. Veamos ahora qué estipula el islam para esclavos y creyentes, entre otros que sean juzgados de forma diferente según prueba el hadiz 2167 de Al-Bujari.
Abû Huraira dijo: ‘Oí a Abûl Qâsim decir:
“Quien calumnia a su esclavo, siendo éste inocente de lo que dice, será azotado en el Día de la Resurrección, excepto que sea verdad lo que dijo”.Al-Bujari hadiz 2167
- 24:4 “A quienes acusan a una persona honrada de amancebamiento sin presentar cuatro testigos presenciales, flageladlos con ochenta latigazos y nunca más aceptéis su testimonio, porque estos son unos depravados,…”
Son innumerables las ocasiones en las que se intenta blanquear episodios truculentos a través de la prostitución de las palabras empleadas. Un buen ejemplo de ello es la nota a pie de página de la traducción del Corán de Bahige Mulla Huech (página 563) atribuida a Yusuf Ali que dice lo siguiente:
Considerado de un modo social y geográfico, el Islam se extiende paulatinamente desde las fronteras exteriores hacia el interior. En los inicios, los grupos sociales marginados, como los pobres y los esclavos, fueron los primeros que se sumaron al Islam así como las zonas geográficamente lejanas como Medina. Esta afirmación es válida para todas las épocas: la verdad divina encuentra eco primero entre los pobres y los humildes.
Este comentario sugiere que son los más desfavorecidos los que abrazan el islam por haber sido ellos precisamente los primeros en captar su veracidad y sus principios fundamentales. Es algo diametralmente opuesto a lo que relata Tidiane N’diaye en un estudio de 2017. De hecho, N’diaye relata que la conversión al islam era la única forma de escapar de la esclavitud. El Corán insinúa que hay que trasladar el islam a los esclavos en 24:33 cuando dice extended la escritura a los esclavos… Y el hadiz 2532 de Al-Bujari lo confirma:
- Al-Bujari 2532 “Cuando Abu Huraira, acompañado por su esclavo, llegó con la intención de abrazar el Islam, se perdieron en el camino. (Cuando apareció el esclavo) Abu Huraira dijo (al Profeta): «Te hago testigo de que el esclavo es libre por la Causa de Allah«.”
Nótese que la conversión al islam consiste en recitar “No hay más dios que Alá y Mohamed es su profeta” ante testigos después de haber cumplido con la ablución que consiste en un lavado ritual antes de la oración. Con ese testimonio, uno se convierte al islam. No hace falta haber estudiado los libros sagrados ni los hadices ni saber árabe. Se compra gato encerrado. La conversión es fácil, la apostasía, por el contrario, se sanciona con la pena de muerte.
La esclavitud en África y la expansión del islam
De ahí que sea necesario hacer un excurso histórico. De acuerdo con el citado estudio de Tidiane N’diaye de 2017 se sabe que la África Negra ha sufrido un genocidio de 13 siglos perpetrado por el mundo musulmán árabe que ha pasado totalmente desapercibido porque se ha ocultado y se sigue ocultando.
El comercio de esclavos árabe-musulmán es muy anterior a la irrupción de los europeos en el continente negro. Millones de africanos fueron asaltados, asesinados o capturados, castrados y luego deportados en condiciones inhumanas -principalmente a Oriente, Egipto y otros reinos islámicos- en caravanas a través del Sahara o por mar desde puestos comerciales en África Oriental. Bajo el pretexto religioso de la islamización de los pueblos, se cometieron los crímenes más repugnantes y las crueldades más atroces. Estas empresas criminales han sido premeditadas, perpetradas, codificadas y justificadas durante siglos por estos pueblos que, sin embargo, reivindican una religión monoteísta y humanista, siguiendo la enseñanza de Profeta Mahoma”
Ndiayé, Tidiane (2017) Le génocide voilé. Enquête historique. (página 226)
N’diaye narra que ha habido millones de víctimas mortales negras porque la sola forma de escapar a la esclavitud era mediante una conversión forzosa al islam tal y como insinúa 24:33 cuando dice «extended la escritura a los esclavos«… y confirma el hadiz 2532 de Al-Bujari 2532, libro 49, hadiz 16. De ahí que la mayor parte de África sea musulmana.
La trata de negros por esclavistas árabes: castraciones masivas
Veamos, pues, algunos datos para poder poner esto en contexto. La trata de negros por parte de árabes musulmanes comenzó cuando el emir Abdallah bin Said impuso a los sudaneses en el año 652 (a penas 20 años de la muerte de Mohamed) un acuerdo en virtud del cual se les obligaba a abastecerle de centenas de esclavos anualmente. Ese contrato se puede consultar en el libro de N’diaye. Con el paso del tiempo, se pudo tejer toda una infraestructura de grupos armados arabo-musulmanes dedicados a asaltar pueblos y secuestrar personas de la África negra que después trasladarían a los mercados de esclavos.
De hecho, N’diaye afirma que
Cada año, más de un millón de personas seguían siendo separadas de sus familias y tribus. De todas las prácticas de comercio de esclavos, la de los traficantes de esclavos árabe-musulmanes fue la más mortífera.[…]. He aquí una de estas «técnicas de caza»: después de haber rodeado un pueblo en plena noche y eliminado los vigías, un líder daba la señal para que sus cómplices encendieran sus antorchas. Los aldeanos, sorprendidos en su sueño, fueron incapaces de defenderse, los ancianos y ancianas masacrados.”
Ndiayé, Tidiane (2017) Le génocide voilé. Enquête historique. (página 136)
Los supervivientes eran secuestrados y trasladados al norte de África para ser vendidos. La travesía por el desierto, la diferencia térmica entre día y noche, asaltos de bandoleros y complicaciones postoperatorias debido a las castraciones masivas hacían que la mortalidad entre los cautivos fuese muy pronunciada (página 157). De camino a los mercados del norte de África, se encontraban cada pocos kilómetros esqueletos y cuerpos mutilados de la forma más cruel tal y como (158) reportaron los exploradores Denham y Clapperton que examinaron algunos esclavos raquíticos en un oasis (160). El explorador Stanley
“Le preguntó a un árabe por qué había tantos cadáveres alrededor de Oujiji y por qué los dejaban tan cerca de la ciudad, a riesgo de una infección general. El árabe respondió en un tono completamente natural, como si fuera la cosa más natural del mundo: Antiguamente solíamos tirar los cadáveres de los esclavos muertos en este lugar y todas las noches venían las hienas a llevárselos: pero, este año, el número de muertos ha sido tan alto que estos animales ya no dan abasto para devorarlos. La carne humana les da asco.”
Ndiayé, Tidiane (2017) Le génocide voilé. Enquête historique. (página 140)
El largo camino a los mercados de esclavos
Los esclavos que sobrevivían, llegaban a Gadamés en Libia y eran vendidos o exportados por touaregs. N’diaye cuenta que los supervivientes jóvenes y vigorosos eran los que secuestraban y llevaban por el desierto del Sáhara a mercados de esclavos situados en Libia o Egipto hasta bien entrado el siglo XIX.
Solo el 1% de la población en las zonas donde se practicaban los asaltos sobrevivió según el testimonio de Stanley que cruzó África, ocasionando una limpieza étnica sin precedentes, también por la castración sistemática lo que les impedía reproducirse. Todavía en 1890, después de la abolición universal de la esclavitud, llegaban a Jartum (Sudán) unos 30.000 cautivos anualmente para ser vendidos en los mercados.
Los traficantes de negros habían logrado establecer hasta un catálogo de características dependiendo de su etnia después de mucho tiempo de experiencia en trata. Los bongos eran los más apreciados por ser dóciles y trabajadores, los bakoukes eran amantes de su independencia y los árabes no confiaban en ellos. Los bámbara eran estúpidos, dulces y robustos. Los cautivos de Ghana y Benim eran buenos agricultores, los del Congo alegres y buenos obreros, los del Senegal eran rebeldes y maquinaban revueltas. Todo ello influía en el precio de venta.
Ya en el congreso de Viena de 1815 se había denunciado las atrocidades de la trata de negros. Si no veían castrados, los traficantes se ocupaban de castrarlos porque valían el doble si eran eunucos. Los exhibían desnudos en los mercados para que los compradores pudieran catarlos. En El Cairo se conocían dos monjes coptos que practicaban las castraciones.
Los eunucos y el harén de Córdoba
Los eunucos eran muy apreciados porque a lo largo de 13 siglos ha habido harenes a lo largo y ancho de todo el mundo islámico. En concreto, el mayor harén de Al-Andalus se encontraba en Córdoba que contaba con 5000 mujeres en su época de apogeo bajo Abderramán III (891-961) que tuvo 19 hijos y 16 hijas. Los esclavos también eran mano de obra barata.
Trabajaban, por ejemplo, en Meca acarreando agua a los peregrinos. Pero también en la agricultura en países árabes debido a que los agricultores estaban sujetos a una enorme presión fiscal. Los esclavos negros fueron su solución. Millones de esclavos negros trabajaron allí.
Tidiane N’diaye se lamenta que la conferencia de Durban sobre la esclavitud sufrida por la África negra a manos de los tratantes de seres humanos árabo-musulmanes quedó en el tintero ahondando aún más, si cabe, en el sufrimiento de los descendientes de los esclavos y los esclavos de hoy (página 227).
Por lo tanto, la afirmación de la nota 74 de que la esclavitud está prohibida en el islam, no tiene ninguna credibilidad. Tanto hadices como este breve excurso histórico muestran que ha existido en una de sus formas más crueles y atroces. Si hubiese estado prohibida, habría constancia de ello o en el Corán o en los hadices y no es el caso.
¿Abolió Mohamed la esclavitud?
Raro es que el Corán prohíba algo y no determine sanción para lo que clasifica como haram o prohibido. Además, viendo estos pocos datos, resulta muy extraño que se afirme tal cosa, porque ante los miles de esclavos negros presentes en las sociedades musulmanas en los últimos siglos, resulta sorprendente que nadie quiera haberlos visto. Por último, es digno de reseñar que los árabes del Sudán llaman peyorativamente a sus compatriotas negros “esclavos”. No puede ser casualidad.
Todos aquellos que ensalzan la bondad de Mohamed al liberar a la esclava, obvian que la esclavitud existía y Mohamed no hizo nada para abolirla, antes al contrario, se lucró con ella. Él mismo comerciaba con esclavos como indican innumerables hadices de los que solo se citará uno (Sahih Muslim, hadiz número 1602). El hadiz 1602 de Muslim muestra que abrazar el islam era la única forma que tenían los esclavos de salir de la esclavitud y devenir libre tal y como indica Tidiane N’diaye.
- Sahih Muslim – 1602, libro 22, hadiz 52.
Llegó un esclavo y prometió lealtad al apóstol de Alá en la migración; él (el Santo Profeta) no sabía que era un esclavo. Luego vino su amo y le exigió que lo devolviera, con lo cual el Apóstol de Alá dijo: Véndemelo. Y lo compró por dos esclavos negros, y después no tomó lealtad de nadie hasta que le preguntó si era un esclavo (o un hombre libre).
No olvidemos que la jihad es defensiva según el relato islámico. Las bandas de saqueadores que aterrorizaron a los africanos negros durante siglos jamás fueron atacados por los negros. Al contrario. El relato islámico está repleto de falsedades interesadas.
No olvide consultar las fuentes originales para formarse su propia opinión.
Bibliografía
Ndiayé, Tidiane (2017) Le génocide voilé. Enquête historique. Gallimard.
Gerhard Bowering, Patricia Crone, Wadad Kadi, Devin J. Stewart, Muhammad Quasim Zaman, Mahan Mirza (editores) (2012). The Princet