Saltar al contenido
el huron
Menú
  • ¿Quiénes somos?
  • Colaboradores
    • Jesús María Alegría «Pinttu»
    • Jorge Alemán
    • Floren Aoiz
    • Inma Álvarez
    • Hisham Haji Badal
    • Nicol A. Barria-Asenjo
    • Natxo Castillo
    • CanariaCritica
    • Sabino Cuadra
    • Don Mitxel
    • Eneko
    • Catalina de Erauso
    • Iñaki Errazkin
    • Jose Mari Esparza
    • Concepció Far
    • Fantomastxiki
    • Carlo Frabetti
    • Jesús García Blanca
    • Iñaki Gil de San Vicente
    • Germán Gorraiz López
    • Grafismo
    • Javier Gutiérrez Arellano
    • Antonio Letelier
    • Marcel Lhermitte
    • Javier Lezaola
    • Joven Maorí
    • Guillermo Martorell
    • Jaime Pastor
    • Pokabroma
    • Albert Sabater
    • Tasio
    • Carlos Valero
    • Javier Torrontegi
    • Xuringoa
  • Temas
    • Animalismo
    • Corrupción
    • Derechos humanos
    • Cultura
    • Relatos Cortos
      • Pikotazos
    • Economía
    • Feminismo
    • Instituciones
    • Laboral
    • Lucha de clases
    • Movimientos sociales
    • Monarquía
    • Represión
    • Partidos políticos
    • Racismo
    • Ecología
    • Movimientos de liberación
    • Iglesia Católica
    • Humor
    • Poesía
  • Territorios
    • América Latina y Caribe
      • Argentina
      • Bolivia
      • Brasil
      • Chile
      • Colombia
      • Cuba
      • Ecuador
      • Nicaragua
      • Paraguay
      • Uruguay
    • Estado Español
      • Andalucía
      • Euskal Herria
      • Canarias
      • Galiza
      • Països Catalans
      • Resto del estado
    • Europa
      • Alemania
      • Resto de Europa
    • Resto del mundo
      • Estados Unidos
      • Marruecos
      • Palestina
  • Entrevistas
    • Activistas
    • Asociaciones sin ánimo de lucro
    • Famosos
    • FAMOSOS, pero menos
    • Relatos íntimos
    • Tuiteros ilustres
    • St. Esteve de les Roures
  • FOTOS
    • Activismo Social
    • Arte
    • Fotografía
  • Contacto
Menú

El regreso de las sombras

Publicada el 3 diciembre, 2025 por elhuron
Share on FacebookShare on TwitterShare on Linkedin

 

Marcel Lhermitte | El regreso de las sombras. La democracia tiembla otra vez

Cuarenta y cinco años pasaron desde que un grupo de héroes en Uruguay decidió jugarse la vida y plantarle cara a la dictadura cívico-militar. Este hecho, no muy conocido en América Latina, toma relevancia especial en momentos en que la democracia y las libertades se ven amenazadas en nuestra región.

El 30 de noviembre de 1980 debería ser una fecha patria en Uruguay y un día de reflexión en la patria grande latinoamericana. En esa jornada se celebró el plebiscito para reformar la Constitución de la República, con el objetivo de dotar de mayores poderes a la dictadura cívico-militar que padecía el país desde 1973.

Más de un millón de personas, exactamente el 57,84% de los votos emitidos, le dijeron que NO a la dictadura, luego de una campaña en donde esos héroes anónimos sufrieron todo tipo de represión de parte del régimen de facto.

Este hito democrático hoy toma una relevancia particular en América Latina. En Chile, por ejemplo, el 11 de setiembre de ese mismo año 1980, el gobierno del dictador Augusto Pinochet ganó un plebiscito de similares características con el 61% –denunciado por fraude–, haciendo irrumpir una constitución que hasta el día de hoy es un martirio para los chilenos.

Cuarenta y cinco años más tarde, quienes se jugaron la vida en el país trasandino, ven cómo los brotes del tirano reverdecen, al momento en que las encuestas dan como favorito al candidato presidencial José Antonio Kast, líder de los nostálgicos admiradores de una dictadura que se cobró la vida de miles de hombres y mujeres que osaron pensar diferente y actuar en consecuencia durante el terrorismo de Estado.

Como si nada hubiéramos aprendido y el tiempo con sus macabros hechos no hubiera pasado, las encuestas destacan que el favorito para llegar a La Moneda no cree en el Congreso. “No es tan relevante como ustedes se imaginan”, afirmó el candidato respecto a la casa de la democracia, rememorando viejos tiempos en el que los congresistas estaban inhibidos de actuar.

La fragilidad institucional trasciende las fronteras del Cono Sur, cuando otra dictadura, como lo es la de El Salvador de Nayib Bukele, pasa a ser ejemplo para muchos de nuestros habitantes en materia de seguridad pública. Un país que vive un estado de excepción, con arrestos arbitrarios en donde no existe el debido proceso y en el que se han constatado más de 400 muertes con signos de torturas en las cárceles del país. El porcentaje de inocentes que se encuentra tras las rejas es inmenso y la inseguridad cambió de acera: antes el terror lo producían las maras, hoy el gobierno.

Y, por si fuera poco, un país en donde no existe libertad de expresión, en donde los periodistas son acosados, al igual que muchos militantes de partidos políticos, de izquierda y de derecha, que no comulgan con las ideas del mediático dictador millennial.

También la injerencia de Estados Unidos en América Latina vuelve a estar tan fuerte, con la administración Trump, como antaño lo fue en las dictaduras impuestas desde el norte en la década del 70.

Hoy el gobierno de Estados Unidos amenaza a Honduras diciendo que “no malgastará su dinero” si no gana su candidato y Trump pide el voto por el empresario derechista del Partido Nacional Nasry Asfura, y promete, además, amnistiar al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, también del Partido Nacional, condenado a 45 años de cárcel por tráfico de armas y tráfico de drogas.

Aún son vívidas las imágenes del exmandatario ­–apenas perdió sus fueros– esposado y siendo deportado a las cárceles norteamericanas para cumplir la pena por sus delitos.

En contraposición, la administración Trump cerró el espacio aéreo venezolano y se encuentra eliminando las embarcaciones –y a sus tripulantes– en el mar Caribe que sean sospechosas de transportar drogas, en un acto violatorio de los derechos humanos, que, además, posee un argumento que va en contraposición a la acción de amnistiar a quien está cumpliendo una condena por ser un narcotraficante, como es el caso del hondureño Juan Orlando Hernández.

La injerencia de la administración Trump trasciende Honduras y Venezuela. También Colombia y México son víctimas de las amenazas y atropellos del gobierno estadounidense, debido a no comulgar ideológicamente con el líder republicano, que cuenta siempre incondicionalmente con el respaldo de una debilitada Argentina, cuyo mandatario también parece importarle poco las libertades y los derechos conquistados históricamente por los argentinos.

Por eso, a cuarenta y cinco años del plebiscito constitucional uruguayo que le dijo NO a la dictadura en los años de plomo, la convocatoria debería ser defender la democracia y honrar a todos aquellos héroes anónimos, los que triunfaron en Uruguay, pero también los que antaño perdieron en Chile, los que día a día se jugaron la vida en Honduras, en El Salvador, Colombia, Venezuela, Brasil, Argentina, México y en toda nuestra América Latina, en defensa de las instituciones, para que hoy, quienes los sucedemos, podamos gozar de más derechos y libertades de las que ellos tuvieron.

Deja un comentarioCancelar respuesta

  • X
  • Facebook

Archivos

©2025 el huron | Diseño: Tema de WordPress Newspaperly