El engaño es lícito en el islam si es para promover la expansión de esa ideología tóxica, supremacista y colonialista, si es en la causa de Alá-Dios según el relato islámico estándar (RIE). Veamos en qué consiste.
Catalina de Erauso | El engaño, arma letal de la expansión del islam
Como veremos más adelante, el engaño tiene venia divina porque quien lo practica no debe sentirse culpable ni avergonzarse debido a que Alá le perdonará. De ahí que se hayan escrito con todo lujo de detalles con qué estrategias lingüísticas engañar a los oponentes en un debate.
El arte del disimulo o el engaño en el islam
La palabra taqiyah significa temor o precaución y sirve para ocultar la fe islámica por medio del disimulo cuando el creyente se sienta bajo peligro de muerte o teme caer herido en un enfrentamiento. Eso es lo que oirá decir a los fieles musulmanes.
Pero no es del todo cierto y veremos más adelante por qué. Dicho esto, abordaremos primero las azoras coránicas (versos) que lo legitiman para entrar después a analizar qué hadices (dichos atribuidos a Mohamed) o tafser (exégesis) explora las posibilidades de su aplicación en determinados contextos y de qué forma. De dos azoras coránicas dimana este precepto, en concreto, de las aleyas (versos) 3:28 y 16:106. Según el relato islámico estándar, el corán es la palabra directa de Alá y no puede ser alterada. Vaya por delante que se abordará el verso 16:106 más abajo.
- 3:28 «Que los creyentes no se sometan a la voluntad de los incrédulos³¹ en detrimento de los fieles salvo para preservar vuestras vidas³²; lo contrario sería apartarse de la ley de Dios, Dios os advierte de Su castigo. Ante Dios será la comparecencia final. «
Nota31. Algunos creyentes de Medina mantenían relaciones de alianza o confidenciales con los paganos de La Meca. Esto ponía en peligro la cohesión y la fuerza de la comunidad islámica. (Quṭb)Nota32: «Los musulmanes pueden relacionarse con los paganos si estos no abrigan sentimientos hostiles. Las alianzas con Estados no musulmanes no podrán dañar los intereses de los países islámicos. (Siddiqui) «
Según Bahige Huech, en este verso (3:28) Alá prohíbe el trato sincero con los incrédulos bajo amenaza de penas horrendas después de la muerte, el traductor y clérigo islámico Huech sugiere que la condición es temer por la vida. Otras traducciones, muy al contrario, no mencionan peligros para la vida del musulmán. En la foto más abajo están pegadas esas traducciones en inglés con subrayados en verde y azul.
De hecho, las traducciones en inglés de siete reputados traductores en Corpus Quran se refieren a esta forma de comportamiento como de precaución prudente para protegerse a sí mismo (subrayado en verde). No hablan de someterse a la voluntad de los infieles, sino de tomarlos como amigos o aliados (subrayado en azul), siempre y cuando ello no ocasione prejuicios en la comunidad musulmana. Por tanto, parece ser que eso a lo que alude Mulla Huech en su traducción al español, es un añadido suyo.
Llegados hasta aquí, surge la cuestión de dónde viene el relato de un riesgo para la vida en la exégesis islámica, quienes cuentan como incrédulos y qué tácticas se pueden emplear. Siempre que se tengan dudas sobre el verdadero significado de los versos, los fieles musulmanes acuden al imam para preguntar cómo deben actuar, como veremos después. Estos suelen consultar los dichos de Mohamed y los exegetas o comentadores del corán. Veamos, pues, qué dicen los comentadores que basan sus comentarios en los dichos auténticos de Mohamed. Al-Tabari, Ibn Kathir y Al-Qurtubi son los que más prestigio gozan en la teología islámica. El erudito cordobés Al-Qurtubi hace referencia a autores anteriores a él y a personas nombradas en los hadices auténticos.
Ni Al-Tabari ni Ibn Kathir mencionan el peligro de muerte, pero sí lo hace el cordobés conocido como Al-Qurtuby (Córdoba, 1214-Egipto, 1272) de la escuela de jurisprudencia maliquita. Además, el cordobés hace dos consideraciones dignas de mención en la exégesis de esa azora.
Y esa es la ‘taquïya’ que hubo en los comienzos del Islam y antes de que los musulmanes se hicieran fuertes. Pero, hoy Alá ha fortalecido el Islam, y según Ibn Abbas: El musulmán puede hablar de su fe con su lengua y corazón tranquilos. Dijo Al-Hasan la ‘taquïya’ es válida para el hombre hasta el Día del Juicio. Se ha dicho: El creyente que se encuentre ante los incrédulos y tema por su vida o sufrir un duro castigo, puede emplear su lengua para hablar con rodeos, mientras tiene la fe firme y tranquila en su corazón. Tafsir Al-Qurtuby
Afirma que ese engaño tuvo lugar cuando el islam era incipiente y ya no es necesario cuando el islam se torna fuerte. Esto implica que se puede emplear esa táctica para fortalecer el islam, lo que equivale a captar más adeptos bien sea por la palabra o por la fuerza. Y especifica qué entiende por taquyia. Taquyia es hablar con rodeos, de forma que el interlocutor incrédulo no intuya las verdaderas intenciones.
¿Quiénes son los incrédulos según el islam? Las ayas o los versos que concretan aún más de quién se debe desconfiar
El corán nos informa a lo largo de muchos versos quiénes son los incrédulos y cómo hay que comportarse con ellos.
Los incrédulos son las gentes de la escritura, es decir judíos y cristianos, a los que acusa de tergiversar la palabra De Dios en 3:71. Tergiversar equivale aquí a algo parecido a mentir, que es un gran pecado en el islam, excepto en tres supuestos concretos. Dos ayas después, en 3:73 ordena no creer a los que no sean musulmanes. En la aya 5:51 exhorta otra vez a los creyentes a no mantener lazos de amistad con cristianos y judíos porque son amigos entre ellos.
- 3:71 ¡Gente de la Escritura ! ¿Por qué disfrazáis la Verdad de falsedad y ocultáis la Verdad conociéndola?
- 3:73: Y no creáis sino a quienes siguen vuestra religión. Di: «La Dirección es la dirección de Alá. Que no se dé a otro lo que se os ha dado a vosotros, que no discutan con vosotros ante vuestro Señor».
- 5:51 ¡Creyentes! No toméis por protectores (a los detractores) judíos o cristianos73 (en contra de los fieles, porque, cuando se trata de vosotros), se solidarizan mutuamente. Así pues, si alguno de vosotros les concede su lealtad, en detrimento de los requerimientos de la Fe, se hará uno uno de ellos74. Dios no dirige a los inicuos.
Nota 73 Este texto alude a casos y sucesos ocurridos en la sociedad islámica de Medina, y a la especial relación que mantenían entre sí los hipócritas (CdE, los que fingían ser musulmanes) y los judíos. (Daryabādī) Nota 74 Este hombre actúa injustamente contra sí mismo, contra la religión de Dios y contra la sociedad islámica. En consecuencia, se le cuenta entre los judíos y los cristianos y Dios no le dirige a la verdad. (Quṭb)
En definitiva, los incrédulos son todos los no musulmanes, no solo cristianos y judíos. En el verso 3:118 exhorta a los fieles musulmanes a no relacionarse con ellos a debido a que los infieles solo desean la ruina de los musulmanes o corromperlos.
- 3:118. ¡Creyentes! No intiméis con nadie ajeno a vuestra comunidad. Si no, no dejarán de dañaros. Desearían vuestra ruina. El odio asomó a sus bocas, pero lo que ocultan sus pechos es peor. Os hemos explicado las aleyas. Si razonarais… (Bahige Huech)
- 3:118.“¡Vosotros que creéis! No toméis por amigos de confianza a quienes no sean de los vuestros, porque no cejarán en su empeño de corromperos…”. (Al-Qurtuby)
Para concluir, Alá ordena a los creyentes a no fiarse de los no creyentes y a no establecer lazos de amistad con ellos. Un Dios que no inspira mucha confianza, la verdad sea dicha.
¿Qué acciones puede emprender el fiel musulmán para ocultar su fe o sus verdaderas intenciones?
Las medidas que se pueden tomar para protegerse de los incrédulos pueden ser numerosas. El corán mismo explica una de las precauciones a tomar, que es ocultar la creencia religiosa que practica el musulmán, por ejemplo, fingiendo haber apostatado (16:106) siempre que se vea obligado a hacerlo pero siga creyendo en Alá firmemente. Resumiendo, Alá -Dios según los musulmanes- permite ocultar la fe musulmana practicando una apostasía fingida en público.
16:106-107 «106 Los (musulmanes) que declaran su apostasía (incurrirán en la indignación de Dios), salvo quien lo hace por coacción mientras la Fe se mantiene firme en su corazón. Mas los (musulmanes) que abren voluntariamente su pecho a la apostasía incurrirán en la indignación de Dios y serán sometidos a un severo castigo, 107 ya que, por haber preferido la vida mundanal a la Otra, y por ser incrédulos, Dios no tiene por qué guiarles (hacia la Fe).»
Por tanto, el fiel musulmán puede fingir que es ateo. Pero va más allá de eso según los hadices y la historia del islam porque la taqyia tiene validez mundial atemporal según dos de los comentadores más reconocidos en la tradición islámica Ibn Kathir (1300-1373) y Al-Qurtuby que comentaron el verso 3:28 que se puede leer más arriba.
Puede implicar renegar de algunos preceptos islámicos como la oración aun continuando con otras prácticas religiosas islámicas como la peregrinación o las limosnas en secreto. O también renegar de todos los mandatos divinos hacia fuera hasta que pase el peligro (véase Stewart 448 y siguientes). También legitima la conversión a otra religión siempre y cuando esta sea fingida.
Además, no debe temer la ira divina porque Alá le perdonará por haber mentido para la expansión mundial del islam. No nos extrañe, pues, que aquel que miente en este contexto no sienta ninguna presión ética por haber mentido. No siente ni culpa ni vergüenza.
4:137 (Por otra parte), quienes pronunciaron la profesión de fe y más tarde apostataron, luego volvieron a pronunciarla pero reincidieron otra vez en la apostasía, y así permanecieron (hasta la muerte, que no esperen) que Dios los perdone ni que los dirija por la senda (del Paraíso).
Según Kohlberg (página 266), la taqiyah se puede igualmente emplear para ocultar doctrinas secretas a todos aquellos que no están iniciados en las disciplinas del islam. Esto es de extrema gravedad porque permite engañar a los que desconocen la taquyia e incluso atraerlos al islam par su conversión bajo falsas premisas.
Kohlberg señala al respecto que
“taqiyya denotes various methods of maintaining secrecy, notably suppressio veri and suggestio falsi”, que traducido al español dice que “taqiyya denota varios métodos para mantener el secreto, en particular supresión de la verdad y sugerencia falsa”.
Por medio de la estrategia del kitman, ampliamente abordada en los libros de la sharia, se le sugiere al adversario una conclusión falsa al disimular u ocultar parte de los datos pertenecientes a una realidad que son claves para entender los acontecimientos.
El engaño a lo largo de los siglos: pinceladas históricas
La disimulación fue practicada por el propio Alá si damos por buenos los versos coránicos. Recordemos que estos son su palabra directa. El versículo 3:54 narra que alguien intrigó, pero relata igualmente que también lo hizo Alá, que es que sabe intrigar mejor. De una fanfarronería que busca parangón son los versos 3:99 y 8:30. Por tanto, el propio Alá actúa de mala fe. Pero, ¿aconseja u ordena el Corán actuar de forma deshonesta? Parece que sí porque el propio Alá intriga. Aquí les dejo tres traducciones distintas de 3:54.
- 3:54. E intrigaron y Alá intrigó también. Pero Alá es el Mejor de los que intrigan.
- 3:54 (Entonces, los conspiradores) maquinaron planes (contra Jesús), pero también Dios tenía Su plan (para desbaratar los suyos). Dios es el Sumo Planificador.
- 3:54 Se confabularon [los incrédulos contra Jesús], pero Alá desbarató sus planes, porque Alá es el Quien mejor lo hace.
- 3: 99. ¿Es que están a salvo de la intriga de Alá? Nadie está a salvo de la intriga de Alá, sino los que pierden.
- 8:30 Y cuando los infieles intrigaban contra ti para capturarte, matarte o expulsarte. Intrigaban ellos e intrigaba Alá, pero Alá es el Mejor de los que intrigan.
Los creyentes le dirán que Alá intrigaba para lograr un objetivo noble. Pero, ¿por qué recurre Alá, el creador del universo según el relato islámico estándar, al engaño pudiendo lograr sus objetivos ciñéndose a la verdad? Le dirán que es porque algunas personas no creen en él, tal y como indica el corán. Alá engaña a los que no puede convencer.
Si se le otorga credibilidad a los textos islámicos de los hadithes de los que se dice que relatan la vida de Mohamed, estos le atribuyen el dicho que la guerra es engaño y los hadices cuentan que engañó en varias ocasiones de guerra a sus contrincantes. Lean la historia del artista Ka’b bin al-Ashraf que se mofó de Mohamed y este le envió a un mercenario que lo ejecutó habiéndolo antes engañado previo permiso del supuesto enviado de Alá, Mohamed. Y, ahora, reflexionen si este señor es un enviado De Dios.
Por el mero hecho de que Mohamed lo practicase ya se convierte en el modelo de conducta a seguir. Y es doblemente legal debido a que goza de venia de Alá según el verso 3:28. La taquyia ha sido practicada por las diversas sectas islámicas para protegerse de otras porque las 80 sectas islámicas están enfrentadas entere sí. Cada cual se arroga la verdad última y denosta a las otras
De hecho, el engaño es ampliamente practicado en el islam chiíta que es minoritario. Los chiítas pueden emplear la táctica de taqiyya cuando intuyen que su vida podría correr peligro por las acciones de los sunitas por considerarlos herejes. En el ámbito sunita, existe el término ikrah que se puede traducir como coerción (Stewart 448 y siguientes).
Todo ello tiene dispensa legal en el islam chiíta que suma el 10% de los creyentes pero también en el sunita. Para ponerlo en contexto, los chiítas son considerados herejes por el islam sunita y, por lo tanto, apóstatas. De ahí, que grupos terroristas sunitas se ensañen con los creyentes chiítas en Afganistán o Iraq porque la apostasía se sanciona con la pena de muerte en el islam. Lo estamos viendo en estos últimos días de diciembre en Siria donde los creyentes alawíes son masacrados sin piedad después de que confiesan ser alawíes. La taqyia es algo que emplean las diferentes sectas islámicas cuando se encuentran con miembros de otras sectas.
Taqyia ha sido y es la herramienta en la expansión del islam a lo largo de la historia: el islam está siempre en guerra
La única verdad que existe es la verdad del islam tal y como la describe el Corán además de los libros de hadices considerados como sahih o auténticos. Los que no creen en esa verdad son mentirosos según la ideología islámica y están en grave peligro (3:85). Este es el relato islámico que se encuentra tejido en el Corán (3:60, 3:85).
- 3:60 “La Verdad viene de tu Señor. ¡No seas, pues, de los que dudan!”
- 3: 85 “Si alguien desea una religión diferente del islam, no se le aceptará y en la otra vida será de los que pierdan”.
La taquyia tiene una importancia crucial al ser piedra angular de la expansión mundial del islam. Permite al musulmán aparentar que ha renegado de su fe, al dispensarlo el Corán y, en consecuencia, la sharia o ley islámica. Por ejemplo, si un musulmán come cerdo o bebe alcohol para infiltrarse en sociedades occidentales fingiendo que se está integrando, tiene dispensa de la sharia. La practicó el mismo Mohamed. Lean la historia de Ka’b bin al-Ashraf que se mofó de Mohamed por ser mal poeta y este le envió a un mercenario que lo ejecutó habiéndolo antes engañado con permiso de Mohamed. Y, ahora, reflexionen si este señor es un enviado de Dios.
Se podría acusar a esta autora de que ha malinterpretado estos versículos del corán, pero las innumerables fetuas incitando a practicar la taquyyia no dejan lugar a duda. Es el caso de la fetua (recomendación legal no vinculante) pronunciada en el año 910/1504 por el letrado Norteafricano Abu l-,Abbas Ahmad b. Abi Jum,a al-Maghhrawi al-Wahrani en cuanto a la situación de los moriscos en España. Devin Stewart en 2013 (página 443) se pronuncia en estos términos.
«Esta recomendación legal prevé una completa dispensa a los moriscos para fingir su adhesión al cristianismo, permitiéndoles realizar actos ordinariamente prohibidos u omitir actos ordinariamente obligatorios, siempre que rechacen interiormente sus actos exteriores y entiendan que las prohibiciones subyacentes y las obligaciones siguen vigentes. Se suspenden muchas estipulaciones legales islámicas ordinarias: los moriscos pueden beber vino o comer carne de cerdo si son forzados; pueden orar con los cristianos, pronunciar credos cristianos blasfemos o insultar al profeta Mahoma si se ven obligados a hacerlo; pueden prescindir de las obligaciones ordinarias relacionadas con las abluciones rituales y la oración si las circunstancias lo requieren; incluso pueden casar a sus hijas con cristianos si son coaccionados, siempre que mantengan la convicción de que esto está normalmente prohibido.»
También permite ocultar parte de los datos para que el adversario abrace esa fe. Si el recién converso después apostata, se suele decir que dejaron el islam después de conocer la verdad. La apostasía esta penada con la pena capital. La taqyia tiene también otro matiz de significado según Etan Kohlberg. Taqiyya (chiíta) y muda’rat (sunita) es el arte de ocultar la fe y el arte de usar palabras bellas tal y como apuntaba Al-Qurtuby en el siglo XII. Es el engaño calculado/táctico para divulgar el islam, al ser esta la causa suprema a lograr. Además , no es una recomendación obsoleta a día de hoy. Todo lo contrario. Sigue siendo válida hasta el día de la Resurrección según Al-Qurtuby.
La mentira en la legislación islámica o sharia
Hasta ahora se ha expuesto todo lo referente a la ocultación de la fe en diferentes contextos. La ocultación de la fe no es nada exclusivo del islam, pero el rasgo distintivo es que está permitido con la venia divina. Pero, ¿hay que mentir para ocultar? De hecho, los creyentes le dirán que la mentira está prohibida en el islam, pero no le dirán que hay tres contextos en los que sí se puede tirar de la mentira. En concreto, cuando se intenta reconcilar a dos personas, entre los esposos y en la guerra. Así lo explica, por ejemplo, Reliance of the Traveller, el libro insignia de la escuela de pensamiento Schaafi.
Dice al respecto en su recomendación R 8.2
Pero es religiosamente más precavido (def: c6.5) en todos esos casos emplear palabras que den una impresión engañosa, es decir, querer decir con las palabras algo que es literalmente cierto, respecto de lo cual no se está mintiendo (def: r10.2), aunque el significado externo de las palabras engañe al oyente, aunque incluso si uno no tiene tal intención y simplemente miente sin querer nada más, no es ilegal en las circunstancias antes mencionadas.
Por ejemplo, si una persona desea que dos amigos suyos se reconcilien, puede hacer uso de la taqyia para que depongan sus hostilidades. Se reconcilian en base a un engaño. Algo muy diferente a lo que se pretende hacer hoy día para resolver conflictos que es basado en tres principios: Verdad, justicia y reparación. La verdad es la que sana y el engaño enferma aún más.
Para terminar, la jihad o la guerra santa es un mandato islámico. La jihad se ha de practicar hasta que el mundo entero sea siervo de Alá. Se le atribuye a Mohamed el dicho de que en la guerra todo es decepción o engaño. Y el islam está siempre en guerra. Si se fija en los mapas, casi todas las contiendas bélicas a día de hoy está abiertas en países islámicos. Se guían por la orden de la guerra y la recomendación de emplear el engaño. No extrañe pues que sean sociedades fallidas. Pero la orden de extender al islam a todo el mundo está en el software de todos los que se han educado bajo los auspicios del islam.
Bibliografía
Raymond Ibrahim (2010), How Taqiyya Alters Islam’s Rules of War Defeating Jihadist Terrorism. Middle East Quarterly. Winter 2010, pp. 3-13
Etan Kohlberg, Taqiyya in Shiʿi Theology and Religion In Praise of the Few. Studies in Shiʿi Thought and History Capítulo 15, Páginas 266–299
Devin Stewart (2013), Dissimulation in Sunni Islam and Morisco Taqiyya. AL-QANTARA, XXXIV 2, julio-diciembre 2013, pp. 439-490, ISSN 0211-3589, doi: 10.3989/alqantara.2013.016