Apostatar significa abandonar públicamente una religión según el diccionario de la RAE. La apostasía es una eventualidad que está prevista el islam y tiene reproche penal en forma de pena capital (4:98). Pero veamos de qué forma se aborda este tema tan delicado y qué consecuencias civiles y penales tienen que sufrir los apóstatas del islam. No significa que se apliquen siempre, pero pueden serlo. El entorno más inmediato condena al apóstata al ostracismo.
Catalina de Erauso | Apostasía y pérdida de derechos civiles
El Corán dispone de un relato a dos bandas: primero advierte a los creyentes que los infieles intentarán convencerles de apostatar y, en algún momento, desvela la sanción por abandonar la fe en Alá. Como siempre, lo que desvía del camino recto es un agente externo. En ningún momento se contempla que alguien pueda apostatar porque considere que esa ideología sea tóxica en esencia.
Los infieles conducirán a los los creyente a la la apostasía
Para empezar, el Corán (palabra eterna e inalterable de Alá, Dios según el relato islámico estándar RIE) ensalza a los creyentes por su fe en él denostando al mismo tiempo a judíos y cristianos por haber abandonado sus enseñanzas (3:110). El relato islámico estándar afirma que todos los seres humanos eran musulmanes desde el principio de los tiempos.
- 3:110 (¡Musulmanes!) Sois la mejor nación que jamás se haya formado siempre que recomendéis el bien, prevengáis contra el mal y creáis en Dios. Mejor les hubiera ido a la gente de la Biblia si hubieran creído en vuestra fe. Aunque hay entre ellos algunos creyentes, la mayoría son impíos.
La dicotomía de creyente y/o apóstata/infiel reaparece en numerosas ocasiones en el Corán, los hadices (dichos del profeta) y en la jurisprudencia o fiq debido a que los díscolos sufren consecuencias legales en los ámbitos del derecho civil y penal. El Corán advierte a los fieles de que las gentes del libro (judíos y cristianos) intentarán apartarlos del camino recto (3:100).
- 3:100 ¡Creyentes! Si os sometéis a algunos seguidores del Antiguo Testamento, os harán pasar de ser fieles a ser renegados.
El tono de amenaza aumenta cuando advierte que no se aceptará el arrepentimiento de aquellos que habiendo dejado la fe persisten en su camino y no recibirán perdón (3:90, 4:137).
- 3:90 A quienes dejen de creer, después de haber creído, y luego se obstinen en su incredulidad, no se les aceptará el arrepentimiento. Ésos son los extraviados.
- 4:137 (Por otra parte), quienes pronunciaron la profesión de fe y más tarde apostataron, luego volvieron a pronunciarla pero reincidieron otra vez en la apostasía, y así permanecieron (hasta la muerte, que no esperen) que Dios los perdone ni que los dirija por la senda (del Paraíso).
La azora 16 en sus versículos 104-108 ahonda en este relato añadiendo a renglón seguido que es el propio Alá quien los desvía del camino recto porque es él mismo quien obceca a los que terminan por apostatar (108). En consecuencia, aunque uno quisiese, no podría continuar por el camino recto. Así son los circunloquios islámicos. Pero 16:106 afirma que se perdonará a aquellos que fingieron apostatar estando viviendo rodeados por infieles.
- 16:104. Dios, ciertamente, no dirige a quienes se niegan a creer en la revelación de Dios y, por ende, tendrán que sufrir un penoso castigo. 105. Los que se niegan a creer en la revelación de Dios son los que fraguan mentiras, pues ellos son los verdaderos embusteros. 106. Los (musulmanes) que declaran su apostasía (incurrirán en la indignación de Dios), salvo quien lo hace por coacción mientras la Fe se mantiene firme en su corazón. Mas los (musulmanes) que abren voluntariamente su pecho a la apostasía incurrirán en la indignación de Dios y serán sometidos a un severo castigo, 107. ya que, por haber preferido la vida mundanal a la Otra, y por ser incrédulos, Dios no tiene por qué guiarles (hacia la Fe). 108. Dios ha obcecado sus mentes, sus oídos y su vista (a causa de la decisión que tomaron). Estos son los verdaderos necios (por haber adoptado una actitud indiferente frente a la advertencia divina.
Además, existen innumerables azoras (33:60) en las que Alá insinúa que intercederá en los creyentes para que actúen contra hipócritas y enfermos de corazón (gentes que fingen ser creyentes) que actúan contra la religión verdadera de tal suerte que todos ellos abandonen las regiones que habitan. Es decir, se les expulsará de su hábitat. Hoy día se llama limpieza étnica.
- 33:60. Si los hipócritas, los enfermos de corazón y los agitadores de la ciudad no cesan, hemos de incitarte contra ellos y pronto dejarán tu vecindad.
No solo eso. El corán ordena a los musulmanes no elegir a los apóstatas (renegados) como personas que ostentan la autoridad (4:144) en la comunidad porque insinúa que sería pecado y eso les restaría las posibilidades de lograr el paraíso. El efecto colateral de esa orden es que se impide al apóstata subir en la escala social. Es una dura advertencia para los que, tal vez, dudan si apostatar o no porque tendrá consecuencias fatales en esta vida. Solo los verdaderos creyentes deben ostentar el poder.
- 4:144 ¡Creyentes! No toméis a los renegados por líderes en vez de a los creyentes. ¿Queréis, acaso, proporcionar a Dios una prueba irrefutable contra vosotros?
Y, al final, Alá invocando la maldad en la que incurren aquellos que pretenden desviar a los fieles del camino recto (4:114), les autoriza a los creyentes a perseguirlos y asesinarlos en varias azoras (4:98). Tal vez debido a que Alá autoriza a Mohamed a hacer lo mismo.
- 4:89 Quisieran que renegaseis como ellos han renegado y que fueseis iguales. No los toméis como amigos aliados hasta que no hayan emigrado en el camino de Allah. Y si se desentienden, atrapadlos y matadlos donde quiera que los encontréis y no toméis aliado ni auxiliar de entre ellos.
- 4:88-89 88. ¡Creyentes! ¿Por qué estáis divididos en dos bandos (a causa de la postura a tomar) respecto de los hipócritas (que se han reincorporado al territorio enemigo)? Dios los ha hecho sucumbir por cuanto perpetraron103. ¿Pretendéis, acaso, reorientar a quien Dios ha dado por descarriado? A quien Dios da por descarriado no le encontraréis ninguna salida. 89. Esos ansían que reneguéis como renegaron ellos, para que seáis todos iguales. No tengáis, pues, a ninguno de ellos por confidente hasta que se vuelvan hacia vosotros en cumplimiento de la llamada de Dios104. Pero si rehúsan, apresadlos o (si se da el caso) matadles dondequiera los encontréis (en el curso de un combate)105. No tengáis a ninguno de ellos por confidente ni por aliado106 Las notas a pie de página de la traducción de Bahige Huech no dejan lugar a dudas. Aquellos que solo practican la fe de cara a la galería, merecen la muerte. Y el imam Huech añade que esta orden tiene validez universal.
Quien diga que la apostasía no tiene sanción penal en el corán, miente. Pero no solo eso, esta sanción viene avalada en los hadices (dichos del profeta), es sunnah y -por lo tanto- una orden de igual rango que la orden del corán. Todo aquello que ordenase o aconsejase Mahoma es de cumplimiento obligado y todo lo que hiciese en su vida es algo a imitar porque, según el relato islámico, Mohamed fue el hombre más perfecto de la humanidad. Veamos, pues, solo dos relatos.
Los hadices o dichos del supuesto profeta Mohamed
Los hadices (relatos memorizados hasta el siglo IX) están repletos de referencias a la pena de muerte de los apóstatas, politeístas y ateos. El hadiz 6922 de Al-Bujari (tomo 9, libro 84, hadiz 5) es uno de ellos al igual que el hadiz de Sunan an-Nasa’i 4065. En él se relata la incineración de ateos haciendo referencia a un episodio histórico según el relato islámico estándar en el que Mohamed ordena la ejecución de apóstatas. Nótese que, en ningún momento, está en cuestión la crueldad de quemar vivo a alguien. Ese privilegio solo lo ostenta Alá. Como lo ha ordenado él, el cuestionamiento de esta orden está fuera de debate.
- Hadiz 6922 «Le trajeron a Ali algunos Zanadiqa (ateos) él los quemó. Llegó a Ibn Abbas la noticia de este acontecimiento, quien dijo: «Si yo hubiera estado en su lugar, no los habría quemado, debido a que lo prohibió el Mensajero de Allah, diciendo: ‘No castigues a nadie con el castigo de Allah (fuego)‘. Los habría matado de acuerdo con la declaración del Mensajero de Allah: ‘Quien haya cambiado su religión islámica, entonces mátalo‘.» (Al-Bujari 6922, libro 88, hadiz 5. Tomo 9, libro 84, hadiz 57)
- Hadiz 4065 «Fue narrado por Anas que: ‘Ali se acercó a algunas personas de Az-Zutt que adoraban ídolos y los quemaron. Ibn ‘Abbas dijo: «Pero el Mensajero de Allah dijo: ‘Quien cambie de religión, mátalo‘«. «(Sunan an-Nasa’i 4065, libro 37, hadiz 100)
La jurisprudencia islámica y la apostasía
A los apóstatas no solo se les condena a la pena de muerte. Mientras esta pena no se haga efectiva, se le restringen sus derechos civiles. La ley islámica, que dimana del Corán y la biografía de Mohamed, ahonda en el relato coránico, por ejemplo, imponiendo restricciones de matrimonio a los apóstatas. De acuerdo con el manual Hedaya de la escuela de jurisprudencia hanafi del siglo XII en su página 176 en su traducción al inglés se establece que
«No es lícito que un apóstata se case con una mujer, ya sea creyente, infiel o apóstata, porque un apóstata puede ser condenado a muerte; además, se le conceden sus tres días de gracia para que reflexione sobre los errores que ocasionan su apostasía; y como el matrimonio entorpecería tal reflexión, la ley no se lo permite.» Hedaya, página 176.
Nótese que los libros de jurisprudencia de la Baja y Alta Edad Media son también los libros que se citan a día de hoy cuando los imames dictan fetuas, recomendaciones no vinculantes.
La apostasía acarrea, además, graves consecuencias para el patrimonio del apóstata. Veamos cómo lo explica el libro The reliance of the taveller de la escuela de jurisprudencia Shaafi en el caso de que alguien ostente un negocio de carnicería.
Los musulmanes tienen prohibido consumir carne que han sacrificado carniceros no musulmanes. En este grupo están incluidos los apóstatas. Con esta prohibición, muy parecida a un boicot, se le resta negocio al carnicero que abiertamente ha apostatado. Se le intenta ahogar económicamente.
Es ilegal comer carne sacrificada por un zoroastriano, alguien que ha abandonado el Islam (murtadd, def: 08), o un idólatra, (O: incluidos aquellos (zanadiqa) con convicciones corruptas sobre principios de fe que están bien -conocido como partes esenciales del Islam (def: libros u y v),) o un cristiano de las tribus árabes del desierto (O: cuyo resumen es que es una condición necesaria que el carnicero sea de un pueblo cuyas mujeres nos están permitidas para el matrimonio, ya sean musulmanes, judíos o cristianos).»
The reliance of the traveller, página 304
Además de eso, el patrimonio de los apóstatas es un bien de todos los musulmanes. No le pertenece. Y lo que es más importante, si alguien asesina a un apóstata, no requiere expiación porque el asesinato de apóstatas está legitimado en el corán. Por tanto, quien asesina a un apóstata no recibe reproche penal en el islam.
«No hay expiación por matar a alguien que ha dejado el Islam, un salteador de caminos (definición: o15). o un adúltero casado convicto, incluso cuando alguien además del califa lo mate.)
Los no musulmanes no están obligados a pagar el zakat, ni los apóstatas del Islam (murtadd, def: o8) a menos que regresen al Islam, en cuyo caso deben pagar por el tiempo que estuvieron fuera del Islam, aunque si mueren como no musulmanes su propiedad no está sujeta al zakat (N: porque se considera que su propiedad pertenece al fondo común musulmán (bayt al-mal) desde el momento en que tales personas abandonan el Islam).»The reliance of the traveller, página 212, H.1.2
Además de todo lo anterior, la apostasía afecta a los contratos que el apóstata ha suscrito en tiempos en los que se declaraba musulmán. El libro de jurisprudencia Hedaya debate largo y tendido cuándo estos contratos son todavía vigentes y cuándo son nulos de pleno derecho. Como el matrimonio es un contrato, la jurisprudencia que regula esta eventualidad es muy extensa. Por ejemplo, la mujer apóstata no tiene derecho a manutención y el divorcio es más rápido cuando una parte apostata y las consecuencias económicas son diferentes de cuando el divorcio se da entre creyentes musulmanes. Después se describe la relación carnal con el hijo del marido y sus consecuencias en el divorcio. Lean atentamente y gocen de la lógica islámica en todos los asuntos relacionados con las relaciones sexuales.
Una esposa que apostata no tiene derecho a manutención. — Si una mujer bajo divorcio por triple talaq apostata de la fe, su pensión alimenticia baja; pero si una en la misma circunstancia admite al hijo de su marido a la relación carnal, todavía su derecho a alimentos subsiste porque aquí el divorcio no ha sido causado por la apostasía o el incesto de la mujer: pero el apóstata está preso hasta tal tiempo porque ella puede arrepentirse; y el marido no está obligado a dar alimentos a su mujer si ella está prisionera, mientras que la mujer que admite al hijo de su marido a la relación carnal no está sujeta a prisión por ese motivo; lo que marca una diferencia esencial entre los dos casos.” .
Hedaya, página 147
La apostasía, además, tiene consecuencias económicas dramáticas para los apóstatas y sus familias hasta que se ejecute la pena de muerte y cuando esta se lleva a cabo, su patrimonio es bien común de los creyentes. Las escuelas de jurisprudencia islámica han aplicado las penas por apostasía de forma desigual a lo largo de la historia. En los primeros siglos, se debatió qué contaba como apostasía. ¿Se debe considerar apóstata a quien peca o a quien se pronuncia contra esa fe después de haberla adoptado? Muy pronto hubo consenso sobre esto.
Al objeto de no ser muy severo con la pena impuesta, se adoptó ampliamente el concepto del arrepentimiento para el cual estipula el corán tres días. Solo quien rechaza la fe es considerado apóstata. En cuanto a la sanción penal, los juristas de la escuela Maliki optaron por la pena de muerte. A modo de explicación, la escuela de jurisprudencia Maliki fue la que estuvo vigente en los más de 7 siglos de dominación islámica en la Península Ibérica. Las escuelas Hanafi y Shaafi, por el contrario, se esmeraban en que los apóstatas volvieran al islam, aunque solo fuese de forma nominal. Hoy día, se debaten estos asuntos de nuevo porque el número de apóstatas que lo hace de forma pública en redes sociales llega a mucha gente y los clérigos musulmanes están muy preocupados por la dudas y certezas que siembran. Algunos clérigos abogan por la normativa Maliki de nuevo. Imaginen por qué.
Por tanto, la apostasía no solo supone abandonar una fe sino que tiene consecuencias económicas de enorme envergadura además del ostracismo social. Muchos optan por parecer musulmanes cuando ya no creen en ninguno de los postulados del islam para no enfrentarse a la ruina económica y al ostracismo social. No me consta ninguna secta que sancione con la pena de muerte cuando un adepto deja de ser miembro. Solo el islam.
Bibliografía
Hedaya
https://archive.org/stream/hedayaorguide029357mbp/hedayaorguide029357mbp djvu.txt
Bowering, Gerhard (2013) (editor) The Princeton Encyclopedia of Islamic Political Thought. Princeton University Press.