Recientemente un psiquiatra originario de Arabia Saudí Taleb Al-Abdulmohsen perpetró un atentado en Magdeburgo (Alemania) en el que fueron asesinadas cinco personas, hiriendo de gravedad a otras 40 personas. En total, las autoridades hablan de 200 heridos. Las primeras noticias desde los medios hegemónicos sobre el supuesto médico apuntaban a que se trataba de un atentado de extrema derecha debido a que se le atribuía cierta afinidad con el partido AFD, de extrema derecha. El partido ya ha confirmado que ni era miembro del partido ni jamás se puso en contacto con ellos. Pero esa es la narrativa dominante en Europa en estos momentos. Tal vez nos estén engañando.
Catalina de Erauso | Magdeburgo y el gran engaño
Poco después del atentado, un periódico de India señalaba que el perpetrador se enmarca en el típico perfil de persona engañosa practicando la taqyia islámica que legitima la mentira o el engaño bajo determinados supuestos.
¿Engañó el perpetrador del atentado de Magdeburg durante décadas?
Algunos exmusulmanes alemanes muy mediáticos como Ali Utlu de origen turco y el escritor Abdel Samad de origen egipcio también barajan también la posibilidad de que no sea exmusulmán sino todo lo contrario debido a que no se comporta como como ateo que dice ser. Ali Utlu ha revelado en una reciente entrevista que el ateísmo tiene sus raíces en el humanismo que rechaza la violencia de plano (minuto 17). El perpetrador saudí se comportaba de forma misógina y abusaba de sus compañeras de trabajo. Todo lo anterior no cuadra con un perfil ateísta según Ali Utlu. Pero también apunta que puede tener problemas psiquiátricos de cierta envergadura (Minuto 19).
Ali Utlu afirma que el perpetrador saudí disponía de un segundo espacio en internet (minuto 22) donde invitaba a las mujeres saudíes que deseaban recibir asilo político en Alemania a declarar que no eran musulmanas, que habían apostatado. Había recopilado un elenco de frases que invitaba a emplear ante las autoridades para recibir asilo e impedir así una deportación a Arabia Saudí debido a que ello pondría su vida en peligro. Que esa estrategia les ayudaría a que Alemania les reconociese el estatus de asilo político. Es decir, les invitaba a emplear el engaño para lograr asilo en Alemania. Ali Utlu concluye que seguramente también él había empleado la misma táctica de engaño. No sería el primero. Se dio otro caso de un sirio en Francia que fingió ser cristiano e hirió a 6 personas el año pasado.
La taquyia tiene una relevancia crucial al ser el eje central de la expansión mundial del islam. Permite al musulmán aparentar que ha renegado de su fe, al dispensarlo el Corán y, en consecuencia, la sharia o ley islámica no actúa contra él por practicar la apostasía fingida. Por ejemplo, si un musulmán come cerdo o bebe alcohol para infiltrarse en sociedades occidentales fingiendo que se está integrando, nadie basándose en la sharia iniciaría acciones legales contra él.
Dicho esto, todas las personas manipuladores sin distinción de credo ocultan sus verdaderos intereses. Ahora bien, la ocultación de los verdaderos objetivos es elevado a rango divino en el islam precisamente para multiplicar sus adeptos y blanqueadores ingenuos. Esa es la diferencia. Como lo manda Alá, quien practica el engaño no ha de avergonzarse porque persigue un bien mayor, que todo el mundo sea islámico.
Vistos estos datos, este artículo describe qué es la taqyia o el engaño legitimado en el corán, los hadices (dichos de Mohamed), la Tafsir (exégesis). Además se hará un repaso de algunos ejemplos en la historia del islam, en concreto en la historia de España. Unida a la ocultación de la fe está vinculada la mentira que también está permitida en el islam.
1 comentario sobre «Magdeburgo y el gran engaño»