Catalina de Erauso | El botín de guerra III
A modo de resumen: Los relatos examinados invitan a pensar que el botín en sí era lo que más atraía a quienes se unían al islam. No solo los bienes materiales, ganados, metales preciosos, relojes sino también esclavas sexuales. El reparto de las esclavas sexuales se realizaba atendiendo a criterios de belleza cuando la esclava era para Mohamed. El hecho de que diese a un combatiente sus dos primas revela que Mohamed trataba a las mujeres como objetos aptos para el mercadeo. Que un combatiente hubiese violado a una esclava no importó lo más mínimo. En su imaginario, es un derecho que tienen. No hay un ápice de humanidad.
La guerra, la batalla, la lucha son inherentes al islam. No se puede entender el camino de Alá sin la yihad o la guerra Santa. El camino de Alá se puede hacer por medio de la violencia y, de hecho, ese ha sido el camino durante 14 siglos. La rápida expansión del islam está vinculada a las batallas, limpiezas étnicas, exterminio de culturas enteras y, en el mejor de los casos, conversiones forzosas o interesadas.
Algunos se unieron voluntariamente al islam porque, después de la batalla de Badr, fue revelada la azora del botín. La expectativa de hacerse con patrimonio y riquezas en poco tiempo fueron su motivo principal además de esclavas sexuales a las que tenían derecho en vida después de una batalla. A los que van a luchar a la yihad se les perdona los pecados y les corresponden 72 huríes para el disfrute sexual en el paraíso.
La batalla de Banu Quraiza es una batalla bien conocida porque se hace referencia a ella en el Corán y en los hadices que narran las atrocidades que se llevaron a cabo. La batalla de Quraiza tuvo lugar en Dhul Qa’dah en el año 627 y es posterior a la batalla de Badr en la cual se reveló la azora 8. Según el relato islámico, esta tribu se alió a los musulmanes en la batalla de Trench en 626 pero después traicionó a Mohamed. Ese fue el motivo de la batalla en la que fueron asesinados entre 500 y 700 hombres. Los relatos considerados auténticos por las fuentes islámicas cuentan con todo lujo de detalles cómo fue practicada la crueldad de la misma. Mohamed salió vencedor en esta batalla que dejó libre de judíos Medina. Es decir, culminó una limpieza étnica. Kister (1986) se refiere a ello y Hartmann (1909, página 16) se pronuncia en la misma línea.
“Los hombres serán ejecutados, las mujeres y los niños serán vendidos como esclavos, el botín se dividirá entre los musulmanes. El Profeta ratificó la sentencia y declaró que el decreto de Sa-d había sido emitido como un decreto de Dios pronunciado desde lo alto de los Siete Cielos. En consecuencia, unos 400 (o 600, o 700, o 800, o incluso 900) hombres de Qurayza fueron conducidos por orden del Profeta al mercado de Medina; se cavaron trincheras en el lugar, los hombres fueron ejecutados y enterrados en las trincheras. El Profeta asistió a las ejecuciones, que fueron llevadas a cabo por CaiI y al-Zubayr. Se salvaron los jóvenes que no habían alcanzado la madurez. Las mujeres y los niños fueron vendidos como esclavos; algunos de ellos fueron distribuidos como regalos entre los compañeros.”
Kister (1986)(página 62).
“Una vergüenza eterna queda la infamia con la que Mahoma trató contra la tribu de Quraiza: 600 hombres sufrieron la muerte a manos del verdugo, las esposas y los niños fueron vendidos”
Hartmann (1909, página 16)
Lo que ocurrió en Banu Quraiza ha sido el modus operandi del islam a lo largo de toda su historia. Y esto explica la rápida expansión del islam en el siglo VII. No fueron unos predicadores bonachones los que divulgaban una nueva religión sino hordas de soldados que se hacían con territorios por medio de la violencia expulsando de su hábitat a sus habitantes autóctonos o esclavizándolos. El siguiente relato ilustra la importancia del botín en todas las batallas islámicas. Estos hechos ocurrieron en lo que hoy es Uzbequistán (Narshakhi, página 87) mucho tiempo después de la muerte de Mohamed, pero la pauta de conducta es idéntica a la que se relata en los hadices.
«Finalmente, (después de la batalla), el Amir de Taraz, salió con algunos terratenientes y aceptó el islam. Una gran iglesia se transformó en una gran mezquita y se leyó el sermón en nombre del Comandante de los Fieles Mutadid Bi’lah. El Amir Ismael regresó a Bujara con mucho botín.» Narshakhi, The history of Bukhara, página 87.
La expansión del islam ha sido casi siempre por medio de la coerción. El genocidio yazidí perpetrado por ISIS en Siria en 2014 siguió exactamente las pautas de Mohamed en la batalla de Badr o de Quraiza que están recogidas en el Corán y sunnah y, por tanto, están legitimadas. Isis entró en Sinjar, secuestró a hombres y mujeres yazidíes, ejecutó a los hombres y a mujeres ancianas. A los hombres y mujeres jóvenes les ofrecieron abrazar el islam y ejecutaron a todos aquellos que se negaron a hacerlo. Esclavizaron a las mujeres y niñas para venderlas en mercados como esclavas sexuales e indoctrinó en el islam a los niños prepúberes. Los yazidíes huyeron y los combatientes del Isis se quedaron con sus propiedades. Los vecinos musulmanes de los yazidíes, lejos de ofrecerles auxilio, los delataron a los mercenarios del Isis. Lo cuentan los supervivientes.
Debido a las críticas a las que está sujeto el islam a día de hoy, algunos autores islámicos están haciendo revisionismo histórico analizando posibles errores en los textos islámicos y tratando de llegar a otras conclusiones especialmente en cuestiones relativas a episodios crueles en los que participó Mohamed. M.J. Kister (1986) analiza algunos casos de revisionismo rechazando todas las pruebas que aducen los revisionistas que, en el fondo, desean demostrar que, por ejemplo, no fueron tantos los que fueron asesinados en la batalla de Quraiza o Mohamed no participó en actos crueles. Ahora bien, hasta los más reputados sheikh al-islam reconocen que está permitido asesinar al prisionero (Kister 1986, página 72). Un argumento muy manido es que el relato del biógrafo de Mohamed, Ibn Ishaaq, no es una fuente fidedigna porque era un mentiroso. Se les olvida a los revisionistas que la de Ibn Ishaaq es la primera biografía del profeta y si se rechaza esta, no hay datos de su vida al no ser nombrado Mohamed en ninguna fuente externa de la época en la que supuestamente vivió. Pero ninguno de los otros argumentos pasa la prueba del algodón. El caso es que, fuese como fuere, Medina quedó limpia de judíos después de esta batalla.
“Está explícitamente permitido asesinar a los combatientes del enemigo capturados. Al-Shaybani registra el caso de los Banu Qurayza como un precedente convincente: fueron ejecutados por orden del Profeta después de haber sido capturados y después de que cesaron las hostilidades». El problema discutido se refiere a la permisibilidad de matar al enemigo capturado mientras sus manos están atadas. Al-Shaybani decreta que es preferible ejecutar al enemigo capturado con las manos libres, pero si hay peligro de que pueda escapar o matar a un musulmán, tiene que ser ejecutado con las manos atadas». Al-Shaybani enfatiza que el sufrimiento de los capturados debe aliviarse proporcionándoles comida y agua”. Kister (1986)(página 72)
De hecho, si uno no desea creer a Ibn Ishaaq-acusado de ser un mentiroso-, se puede consultar la colección de hadices de Malik Muwatta en el libro 21 y el hadiz número 11. También en este hadiz se exhorta al creyente a saquear, eso sí, en nombre de Alá.
«Haced vuestros saqueos en el nombre de Alá, en el camino de Alá. Luchad contra quien niegue a Alá. No robéis del botín de guerra y no actuéis con traición. No mutiléis y no matéis a los niños.” Decid lo mismo a vuestros ejércitos y vuestros batallones asalto, si Alá quiere. La paz sea con vosotros.» Malik Muwatta, tomo 21, hadiz 11.
La guerra es parte esencial de la doctrina del islam, precisamente por medio de la guerra se hizo un nombre Mohamed. En su faceta de predicador de una nueva religión tuvo poco éxito. Fue precisamente después de la revelación de la azora del botín cuando se le unieron muchos más adeptos. Y es que aquel que luche en el camino de Alá en una batalla tiene derecho a botín según el Corán. Se han presentado innumerables relatos históricos que avalan esta cuestión en tiempos de Mohamed, pero hechos de esta índole ocurren también mucho después de su muerte. Los relatos nos harán ver que el modus operandi se ha mantenido a lo largo de la historia. Narkhasi (página 43) cuenta cómo ocurrió una batalla. Es exactamente igual que la batalla de Banu Quraiza donde se asesinó, saqueó y repartió el botín.
“comenzaron a avanzar y se hicieron firmes en su tarea En ese intervalo Bidiin fue asesinado. Los musulmanes llamaron «Allabu akbar” y los infieles de inmediato se dieron a la fuga. Los musulmanes persiguieron a los infieles y los mataron hasta que quedaron completamente destruidos. Se apoderaron de mucho botín y lo dividieron en el mismo día, y cada jinete recibió 2.400 dirhams.” Narkhasi, página 43
Y la guerra se perpetra con todos sus ingredientes como es el de incendiar árboles y cultivos al objeto de desposeer de la fuente de alimentos a la población autóctona, ocasionando hambrunas y migraciones tal y como narra el hadiz 2326.
El Profeta hizo quemar las palmeras datileras de la tribu de Bani-An-Nadir y cortar los árboles en un lugar llamado Al-Buwaira. Hassan bin Thabit dijo en un verso poético: «A los jefes de Bani Lu’ai les resultó fácil ver cómo se propagaba el fuego en Al-Buwaira».
Al-Bujari 2326, tomo 41, hadiz 7
Aunque pudiese parecer tremendamente humano el hadiz del tomo 21, hadiz 11 de Muwatta Malik se puede inferir que sí estaba permitido a los musulmanes asesinar y mutilar a adultos. La prohibición es solo válida para los niños. La prohibición de no hacerse con parte del botín sin la autorización de Mohamed queda patente en el hadiz 308 deMalik Muwatta. De hecho, en septiembre 2022 una soldado armenia fue mutilada por soldados azeríes. Por tanto, la práctica de la mutilación del enemigo se sigue practicando.
El hadiz 21 del tomo 21 conmina a no robar del botín. En el relato del hadiz 308 se conoce la historia de un sirviente de Mohamed que robó del botín, en concreto un reloj. Los relojes eran artículos de lujo en tiempos de Mohamed.
“Había un hombre que cuidaba de la familia y las pertenencias del Profeta y se llamaba Karkara. El hombre murió y el Apóstol de Alá dijo: «Él está en el ‘fuego (infierno)». La gente entonces fue a verlo y encontró en su lugar, una capa que había robado del botín de guerra.”
Muwatta Malik, tomo 4, libro 52, hadiz 308.
“Safiyyah fue entregada a Dihyah Al-Kalbi (como su parte del botín de guerra), luego fue entregada al Mensajero de Allah después de eso. Se casó con ella e hizo de su rescate (es decir, la liberación de la esclavitud) su dote”. (Sahih) Hammad dijo: “Abdul-‘Aziz le dijo a Thabit: ‘¡Oh Abu Muhammad! ¿Le preguntaste a Anas cuál era la dote de su boda? Él dijo: ‘La dote de su novia era su libertad’. ”
Sunan Ibn Majah 1957, Book 9, Hadith 113, Vol. 3, Book 9, Hadith 1957
Llegados a este punto, hagamos una reflexión. Si los musulmanes pueden participar en la yihad con su patrimonio, ¿qué significa? Si un quinto del botín es por la causa de Alá, reflexionemos un momento cómo se financian las mezquitas que son las que velan para que, con su mera presencia, se extienda el islam. Si se debe luchar con el patrimonio propio en el camino de Alá, seguro que hay mecenas de la guerra santa que, tal vez porque creen en las bondades en el paraíso, financian esas batallas. O tal vez porque así lo ordena el corán. Los musulmanes de a pie pueden donar parte de su hacienda por la causa de Alá. Habría que ver con qué fondos son financiados la construcción, mantenimiento y emolumentos de los imames que, por norma, suelen llevar una vida muy holgada en occidente. Parémonos a pensar cómo se convence a los jóvenes a participar en la jihad por medio de ataques terroristas si el islam significa paz. Todo lo que sea sunnah o vida de Mohamed es una pauta de conducta a imitar.
“De entre ellos, el Profeta capturó a algunas mujeres, incluida Safyiia, que estaba casada con Kinana ibn Rabr, y dos de sus primas. El profeta se quedó Safiyiah para sí mismo. Dihya de la tribu Kalb le pidió al Profeta que le diera Safiyiia. Pero cuando Muhammad la eligió para sí mismo, obsequió sus dos primas a Dihya. Todos los prisioneros de Khaibar fueron repartidos entre los musulmanes.” Ibn Ishaaq, pág. 204
Analizando los hadices, se podría pensar que la expectativa de lograr esclavas sexuales era, en parte, lo que motivaba a algunos a abrazar el islam como demuestra este hadiz de Sunan Abi Dawud, hadiz 2998. Un combatiente le pide una esclava a Mohamed, seguramente porque ya sabía que tenía derecho a una esclava sexual. La esclavitud sexual tiene la venia del Corán (4:24) y tiene doble legitimación porque lo practicó el mismo Mohamed con María la Copta (cristiana) con quien no se casó y con Safiyya (judía) con quien sí se casó, liberándola de la esclavitud por medio del matrimonio. Los siguientes relatos están vinculados a la captura de Safiya, judía que capturaron los combatientes en Khaibar.
“El Profeta ofreció la Oración del Fajr cerca de Khaibar cuando aún estaba oscuro y luego dijo: «¡Allahu-Akbar! Khaibar está destruido, porque cada vez que nos acercamos a una nación (hostil) (para luchar), entonces el mal será el mañana para aquellos que han sido reportado». Entonces los habitantes de Khaibar salieron corriendo por las carreteras. El Profeta hizo ejecutar a sus guerreros, sus descendientes y mujeres fueron llevados como cautivos. Safiya estaba entre los cautivos. Primero vino en la parte de Dahya Alkali pero más tarde perteneció al Profeta. El Profeta hizo su manumisión como su ‘dote’.”
Al-Bujari 4200, libro 64, Hadiz 240. Tomo 5, libro 59, Hadiz512
“Safiyya (Alá esté complacido con ella) cayó en el lote de Dihya en el botín de guerra, y la elogiaron en presencia del Mensajero de Allah y dijeron: No hemos visto nada como ella entre los cautivos de guerra. Envió (un mensajero) a Dihya y le dio todo lo que pidió. Luego la envió a mi madre y le pidió que la embelleciera. El Mensajero de Allah luego salió de Khaibar hasta que cuando estuvo al otro lado, se detuvo y le armaron una tienda.”
Sahih Muslim 1365f, Book 16, Hadith 104. Book 8, Hadith 3329
Anas bin Malik dijo: “Vinimos a Khaibar. Le otorgamos la conquista de la fortaleza (a nosotros), se le mencionó la belleza de Safiyyah, hija de Huyayy (el Profeta). Su esposo murió (en la batalla) y ella era una novia. El Apóstol de Alá (?) la eligió para sí mismo. Salió con ella hasta que llegamos a Sadd Al Sahba’ donde fue purificada. Así que cohabitó con ella.
Sunan Abi Dawud 2995. Book 20, Hadith 68. libro 19, Hadiz 2989
Anas dijo: “Los cautivos se reunieron en Khaibar. Dihyah salió y dijo: “Apóstol de Allah, dame una esclava de los cautivos”. Él dijo: “Ve y toma una esclava. Tomó a Safiyyah hija de Huyayy. Luego, un hombre se acercó al Profeta y le dijo: “¿Le diste a Safiyyah, hija de Huyayy, señora principal de Quraizah y Al Nadir, a Dihyah? Esto es según la versión de Ya’qub. Entonces la versión acordada dice “ella es digna de ti”. Él dijo: “llámalo junto con ella. Cuando el Profeta la miró, le dijo: “Toma otra esclava de los cautivos”. El Profeta entonces la liberó y se casó con ella.
Sunan Abi Dawud hadiz 2998, tomo 20, hadiz 71, tomo 19, hadiz 2992. Grado sahih.
“Llegamos a Khaibar, y cuando Alá ayudó a Su Apóstol a abrir el fuerte, la belleza de Safiya bint Huyai bin Akhtaq, cuyo esposo había sido asesinado cuando ella era una novia, fue mencionada al Apóstol de Alá. El Profeta (la paz sea con él) la seleccionó para sí mismo y partió con ella, y cuando llegamos a un lugar llamado Sidd-as-Sahba, ‘Safiya quedó pura de su menstruación y luego el Mensajero de Allah (la paz sea con él) se casó con ella.”
Al-Bujari 4211, tomo 64, Hadiz 251. Tomo 5, libro 59, Hadiz 522
Este relato auténtico (Al-Bujari 4211) cuenta cómo Mohamed se quedó con Safiyyah, de 18 años, por su belleza. Mohamed ya rondaba los 60. Algunos relatores dicen que Safiyyah estaba prometida y otros que estaba casada con Kinana. Unos dicen que murió en batalla, pero Ibn Ishaaq relata cómo fue torturado y decapitado. Como era esclava, ella no tenía la capacidad de consentir. El “matrimonio” fue elección de Mohamed. ¿Qué significa que la liberó? Significa que le retiró su condición de esclava y la convirtió en su esposa. Es decir, nadie tendría el derecho a esclavizarla después. ¿Le dio la dote como correspondía? Sí, sentó cátedra y la dote fue su “libertad”. Si hubiese continuado en la esclavitud, habría sido esclava sexual de su amo de turno que comerciaría con ella vendiéndosela a otros tratantes de personas. A Safyia le colocó el velo para distinguirla del resto de las mujeres.
Veamos cómo fue el asesinato del marido de Safiyyah según Ibn Ishaaq, página 515. Se llamaba Kinana y era el tesorero de la tribu B. Al-Nadir. Con anterioridad, ya había sido asesinado el padre de Safiyyah.
“Kinana b. Al-Rabi’, que tenía la custodia del tesoro de B. Al-Nadir, fue llevado ante el apóstol, quien le preguntó al respecto. Negó saber dónde estaba. Un judío se acercó al apóstol y le dijo que había visto a Kinana dando vueltas a ciertas ruinas todas las mañanas temprano. Cuando el apóstol le dijo a Kinana: «¿Sabes que si constatamos que lo tienes te mataré?» El dijo que sí. El apóstol ordenó que se excavara la ruina y se encontró parte del tesoro. Cuando le preguntó sobre el resto, se negó a desvelar su escondite, por lo que el apóstol dio órdenes a al-Zubayr b. Al-‘Awwam, «Tortúralo hasta que extraigas lo que tiene«, así que encendió un fuego con pedernal y acero en su pecho hasta que estaba casi muerto. Entonces el apóstol se lo entregó a Muhammad b. Maslama y él le cortó la cabeza, en venganza por su hermano Mahmud.” Ibn Ishaaq, página 515.
Para ponerlo en contexto, cuando Mohamed se casó con Safiyyah, ella era esclava y tanto su marido como padre habían sido asesinados por orden del profeta.
En el relato de 1679 de Sahi Al-Bujari se hace hincapié en la envidia por poseer una esclava sexual que el observador no tiene. El hadiz 1679 de Al-Bujari (libro de las campañas militares n° 57) narra:
Burayda dijo: ‘El Profeta envió a ‘Alí hasta Jâlid para que recolecte el jumus (botín). Yo detestaba a ‘Alí y vi que tomaba un baño (pues había tenido relaciones sexuales con una esclava del jumus (botín)). Dije a Jâlid: ‘¿Ves eso?’ y cuando llegamos a Medina informé de ello al Profeta (B y P). El me dijo: «¡Burayda! ¿Tu odias a ‘Alí?» le dije: ‘Sí’ me dijo: «No lo odies; pues su parte del jumus es mucho más que eso»’. Hadiz 1679 de Al-Bujari
El hecho de que la esclava fuese violada no le importó lo más mínimo al testigo que observó al violador después de la faena ni mucho menos al profeta Mohamed. La violación de las esclavas es parte del botín de los combatientes según los numerosos relatos que existen sobre el profeta.
Es en estos términos como se describe el botín en el Corán, en los libros de jurisprudencia, en los hadices y en los libros de historia. El detalle con el que se describe no deja lugar a duda de que el botín es esencial cuando alguien va a la guerra santa. Da la impresión que es más importante despojar de sus pertenencias al enemigo que tratar de convencerlo con la palabra de que abrace el islam. Porque hubo otras cosas incautadas a los infieles que no fueron consideradas aptas para ser botín de guerra, como fueron los libros científicos.
“Sin embargo, cuando los musulmanes conquistaron Persia y se encontraron con una cantidad indescriptiblemente grande de libros y artículos científicos, Sa’d b. Abi Waqqas escribió a ‘Umar b. al-Khattab (592-644), pidiéndole permiso para tomarlos y repartirlos como botín entre los musulmanes. En esa ocasión, ‘Umar le escribió: «Tíralos al agua. Si lo que contienen es una guía correcta, Dios nos ha dado una guía mejor. Si es un error, Dios nos ha protegido contra él». Así, los (musulmanes) los arrojaron al agua o al fuego, y las ciencias de los persas se perdieron y no llegaron hasta nosotros.” (Página 628 en versión pdf de The muqaddimah)
Después de ver solo algunos ejemplos sobre la cantidad de oro y otros artículos de lujo incautados por Mohamed como botín de guerra, resulta sorprendente que Amr bin Al-Harith afirmase que
El Profeta no dejó nada (después de su muerte) excepto sus armas, una mula blanca y un (pedazo de) tierra que había dado como limosna.” Al-Bujari 3098, tomo 57, hadiz 7. Volumen 4, tomo 53, hadiz 330.
La pobreza de Mohamed al final de su vida contrasta con las ingentes riquezas que lograron algunos de sus compañeros cuando el corán establece que un quinto del botín le corresponde a Mohamed. Esto es mucho más que lo que le corresponde a cualquier otro.
El botín de guerra es la clave de la adhesión al islam de muchos hombres a lo largo de la historia. Y, es probablemente, lo que les atraiga cuando los contratan como mercenarios en las guerras que se libran a día de hoy. Al estar estas atrocidades legitimadas, las pueden perpetrar sin ningún sentimiento de culpa.
Si desea leer la primera entrega, pinche AQUÍ
Bibliografía
Abu Bakr Muhammad ibn Jafar Narshakhi (or Narshaki) (ca. 899–959) The history of Bukhara.
Hartmann, Martin (1909), Der Islam. Leipzig.
Kister, M.J. (1986), The Massacre of Banu Qurayza, a reexamination of a tradition. Jerusalem Studies in Arabic andIslam 8 (1986): 61-96.
Shihabuddin Abu al-‘Abbas Ahmad ibn an-Naqib al-Misri (1302–1367), The Reliance of the Traveller. Libro insignia de la jurisprudencia Shaafi.
Abd Ar Rahman bin Muhammed ibn Khaldun, The muqaddimah. Traducción de Franz Rosenthal
1 comentario sobre «El botín de guerra III»