Sabino Cuadra | Martín Villa, la querella argentina y los crímenes del franquismo
La noticia ha sido difundida profusamente por los medios. La Cámara de Casación argentina ha rechazado el recurso de CEAQUA (Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina) contra la anulación del auto de procesamiento de Martín Villa, dictado este último en su día por la jueza Servini. Los titulares de los grandes medios, en cualquier caso, han dado a entender lo anterior como la exculpación y triunfo total del ex ministro y una derrota sin paliativos de quienes le acusaban de crímenes contra la humanidad. Pero poco o nada hay de eso. Veamos.
Empecemos por el principio. La querella argentina es una macro causa que integra a su vez alrededor de mil querellas y denuncias presentadas por distintas personas a nivel individual y asociaciones memorialistas. Mil iniciativas en demanda de justicia que antes se habían estrellado contra los muros de los juzgados españoles. Los mismos jueces que no habían dudado en aplicar los principios de la justicia universal a criminales argentinos, chilenos, guatemaltecos, salvadoreños…, se habían negado en redondo a admitir siquiera a trámite las querellas por los crímenes franquistas: asesinatos, desapariciones, robo de bebés, trabajo esclavo, expolio patrimonial, cárcel, torturas… “Sentencias vendo y para mí no tengo”, parecían decir sus togadas señorías.
La querella argentina está siendo instruida por la jueza María Servini de Cubría, titular del Juzgado Federal Criminal y Correccional n.º 1 de Buenos Aires, cuya competencia abarca todo el territorio argentino y que, además, es la máxima instancia judicial en materia electoral en ese país. Es decir, no estamos hablando de un pequeño juzgado de paz local, sino de una alta instancia de la justicia argentina.
En 2013 y 2014, tras cuatro años de investigación, la jueza Servini imputó a 22 altos cargos y responsables policiales franquistas por distintas muertes y sustracción de menores enmarcadas en un contexto de crímenes contra la humanidad. Entre ellos se hallaban ex ministros franquistas, policías y guardias civiles, militares, jueces.., de los que algunos ya han fallecido (Billy el Niño, Utrera Molina, Licinio de la Fuente…), y otros siguen vivos (Martín Villa, el capitán de la guardia civil Jesús Muñecas, el ex ministro Fernando Suárez…), siendo titulares de grandes honores y no menos importantes patrimonios, pensiones y rentas.
Es importante señalar lo anterior, porque si bien los últimos hechos relevantes en relación con la querella argentina se han centrado en la figura de Martín Villa, todas las imputaciones antes mencionadas siguen en pie y otras más (responsables políticos y policiales de los sanfermines de 1978), están en curso, pendientes de próxima resolución.
De estas imputaciones, el caso de Martín Villa pasó en 2021 a un escalón procesal superior, pues la jueza entendió que de las doce muertes a él referidas, había cuatro (3 de marzo de Gasteiz y sanfermines de 1978) por las cuales debía ser ya procesado criminalmente. En cualquier caso, seguía estando imputado también por las ocho muertes restantes (semana pro-amnistía de 1977, semana negra madrileña del mismo año,…), a expensas de lo que de ahí pudiera derivarse penalmente más adelante.
Recurrido por Martín Villa este auto de procesamiento, la Cámara de Apelaciones lo revocó por entender que no existían pruebas suficientes para adoptar tal resolución pero, y esto es muy importante, sin anular ni archivar el caso. Por el contrario, se reclamaba a la jueza Servini que profundizara más en los hechos investigados. Es decir, Martín Villa seguía estando imputado por un total de 12 muertes agravadas en un contexto de crímenes contra la humanidad y es en esta situación en la que estamos ahora de nuevo tras la última resolución dictada por la Cámara de Casación.
La querella argentina es la única abierta en el mundo por los crímenes contra la humanidad cometidos por el franquismo. Solo por esto debiera merecer el apoyo y simpatía de todas las personas demócratas y amantes de la justicia de cualquier lugar del estado español. Pero sin embargo no es así. La losa del silencio y la impunidad con la que se cubrieron estos crímenes sigue teniendo importantes apoyos mediáticos, políticos, institucionales y judiciales. A pesar de ello, la partida hay que jugarla hasta el final. En ésta, hay veces en que vienen cartas malas y otras en que son mejores, pero nunca hay que levantarse de la mesa mientras haya juego. Lo decía Bertolt Brecht: “Los vencidos de hoy son los vencedores de mañana…. Lo seguro no es seguro”. Tiempo al tiempo.
Estamos en el descanso. Falta aún el segundo tiempo y hay empate. Las imputaciones siguen en pie, pero los goles de los procesamientos tardan en llegar. A quienes nos dicen que la tarea es imposible les decimos que cuando esta se presentó, hace ya 12 años, nadie podía pensar que se hubiera podido llegar tan lejos: que la querella fuera admitida en Argentina tras tanto portazo hispano; que hubiera 22 imputaciones a altos cargos franquistas; que se solicitaran sus extradiciones y se pusiera en solfa internacionalmente la política de impunidad española; que se procesara a Martín Villa, capo di capi de la represión franquista… Y en estas estamos, la partida sigue. Los goles llegarán.
La exigencia de Justicia, junto a las de Verdad, Reparación y Garantías de no Repetición, es una de las cuatro patas esenciales de la memoria histórica. Si falla alguna de ellas las demás resultarán tocadas y el banco se tambaleará. Ni en el estado español, ni en Argentina, la exigencia de justicia debe ser minusvalorada ni abandonada. Hay que pelearla hasta el final.
Iruñea, 29 de septiembre de 2022
Miren Egaña, Aitor Garjon, Amaia Kowasch y Piru Zabalza
(miembros de la iniciativa Sanfermines-78: gogoan!)