Germán Gorraiz | La nueva estrategia de EEUU en Cuba y Venezuela
La llegada de Joe Biden a la Presidencia de EEUU podría provocar un cambio en la estrategia de EE.UU. consistente en la sustitución de los «golpes blandos» por la llamada estrategia kentiana expuesta por Sherman Kent en su libro «Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana» (1949) donde señala que los instrumentos de la guerra económica «consisten en la zanahoria y el garrote»: «el bloqueo, la congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro». Así, la Administración Biden estaría estudiando implementar la táctica de la zanahoria en Venezuela. que incluiría la relajación de las restricciones actualmente vigentes sobre el petróleo venezolano para revitalizar la actividad motriz de la economía venezolana así como anular la prohibición de Trump de importar el diésel necesario para mantener la cadena del transporte de mercancías e insumos médicos. Asimismo, EEUU habría dado por amortizado a Juan Guaidó por lo que moverá sus piezas para forzar un Gobierno de Transición integrado por figuras de consenso tanto de la oposición como del chavismo que deberá preparar unas nuevas Elecciones Legislativas y Presidenciales para el 2022, tarea para lo que antoja fundamental la colaboración de Cuba a cambio de la suspensión del actual bloqueo energético de la Isla impuesto por la Administración Trump.
Joe Biden en una entrevista concedida a la cadena CBS aseguró que «en el supuesto de ganar las elecciones retomaría la política llevada a cabo por Barack Obama hacia Cuba», lo que podría traducirse en un futuro mediato en un cambio sensible en las relaciones cubano-estadounidenses y en este contexto, se enmarcaría la petición del think tank Cuba Study Group (CSG) a la Administración Biden de «un compromiso diplomático renovado con Cuba». Dicho grupo de análisis presidido por el empresario Carlos Saldrigas representaría a la tendencia moderada de la comunidad cubanoestadounidense y estaría compuesta por destacados empresarios y activista políticos que participaron activamente en mejorar las relaciones con Cuba durante la Presidencia de Obama.
En su petición a la Administración Biden destaca que «una política de acercamiento hacia Cuba resulta vital para promover los intereses nacionales de Estados Unidos y un futuro más libre y próspero para el pueblo cubano» al tiempo que adjunta una agenda exhaustiva de los pasos necesarios para conseguirlo, lo que podría ser en suma, un primer borrador para traducir la utopía en realidad. Así, el camino a recorrer estará jalonado por los retos del finiquito del bloqueo energético a la Isla, la retirada de Cuba de la lista de «Estados Patrocinadores del Terrorismo», la derogación de la Ley Hemls-Burton y finalmente, la suspensión del anacrónico Bloqueo vigente desde 1.962 que daría paso al intercambio de embajadores y a la anhelada normalización de las relaciones entre Cuba y EEUU.