Catalina de Erauso | Entrevista a Maider García 3
12. ¿Ha habido gente que se ha dirigido a su madre para contarle cuestiones relativas al asesinato?
La única persona que se puso en contacto con mi madre fue Ángel López Carrillo que era policía y le dijo que había presentado un listado del comité de refugiados de ETA en el juzgado en la que no aparecía el nombre de mi padre. Y demostrar que mi padre nada tenía que ver con ellos.
13. ¿Se puso su madre en contacto con personas que pudiesen facilitarle informaciones sobre el asesinato de su padre?
Sí, lo poco que sabemos sobre el asesinato de mi padre es por iniciativa de mi madre y por su incansable labor a la hora de indagar en pistas, buscar testigos para que sean citados a declarar. Si ella leía en un periódico el nombre de una persona, no paraba hasta dar con ella, contactarla y preguntarle si sabía algo. Contactó a innumerables personas a lo largo de tres décadas. Se pasaba horas al teléfono. Recuerdo la ilusión con la que leía periódicos por si encontraba algo y después la esperanza que la invadía cuando, por fin, había conseguido el número de teléfono de la persona que habría de darle informaciones. En ese recuerdo también están los momentos de rabia y tristeza después de colgar el teléfono. Siempre le daban largas. Fue muy duro verla llorar una y otra vez. Pero no se dejaba vencer. Por ejemplo, Daniel Fernández Aceña, sicario de los GAL, fue testigo de juicio. Fue condenado por el asesinato del ferroviario francés Pierre Leiba, que trabajaba en la empresa donde trabajaba mi padre. Ante el juez Garzón declaró que había realizado labores de espionaje a refugiados vascos en el sur de Francia. Le dijo a mi madre que él sabía quién mató a mi padre, pero añadió que se lo diría en su momento. Hasta hoy. No sabemos si esta persona vive todavía porque fue detenido en diciembre de 2016 por su supuesta vinculación con el yihadismo. Contactó con Txofo, contrabandista y testigo del juicio de Lasa y Zabala. Y habló con él en varias ocasiones. Le contó que había dos policías -Dorado y Bayo- que sabían qué había pasado con mi padre. Insinuó que, en su asesinato, estaba involucrada la trama verde de Intxaurrondo. La determinación de mi madre por obtener información era tal que se entrevistó hasta con gente muy peligrosa, sicarios del GAL, confidentes de la policía etc. Personas cuya peligrosidad era notoria. Se da la circunstancia que algunos mercenarios murieron en accidente de coche y otros se suicidaron según la versión oficial. Era un mundo muy oscuro.
Sin querer atribuir méritos que no le corresponden a mi madre, si hoy día se habla de los GAL es, en gran parte, por su tesón a la hora de buscar informaciones. Las informaciones que pudo recabar las ha entregado en el juzgado en innumerables ocasiones. El mismo Garzón podría haber tirado del hilo de Intxaurrondo, pero cerró el caso arguyendo que no había pistas suficientes. En su despacho, Garzón le prometió a mi madre que si él seguía en el caso, se sabría quién había asesinado a mi padre. Pero en todo este asunto turbio siempre aparecía Galindo al final, del que se sabe que algunos jueces le temían. Amedo ha dicho en muchas ocasiones que hay que preguntar a Vera sobre el asesinato de mi padre. Que él tenía conocimiento de ese caso. Vera jamás ha ocultado su convicción que el terrorismo de estado del GAL le pareció un método acertado en la lucha contra ETA. A mi madre, siempre le han cerrado los casos.
14. ¿Han recibido amenazas de muerte o de otro tipo?
Ni mi madre ni nosotras hemos recibido amenazas de ningún tipo. Ni presiones del estado.
15. ¿Se ha puesto en contacto con ustedes alguna asociación de víctimas del terrorismo de ETA para apoyarles?
Hubo una asociación de víctimas, Gesto por la paz, que se puso en contacto con mi madre al igual que Denon artean. Esta última asociación le ayudó a mi madre para lograr la condición de víctima de terrorismo de estado. Ambas asociaciones han ayudado a mi madre. Hoy en día, no me gustan las polémicas que se crean en torno a las asociaciones. Por ello prefiero mantenerme alejada de ellas. Además, algunas no nos consideran víctimas, como la AVT, que no nos contempla en su lista de víctimas. Y eso duele.
16. Hay asesinos y cómplices sueltos por ahí. ¿Qué les diría?
Si me sentase con alguno de ellos, por ejemplo, con el mercenario que colocó la bomba, me gustaría que me contase lo que sabe. Por qué lo hizo, que le empujó a matar a una persona. También me gustaría escuchar la versión de los autores intelectuales. Evidentemente, no sentiría lo mismo teniendo delante al mercenario que si tengo a Felipe González.
17. ¿Cree que la justicia lo ha dado todo de sí para esclarecer los hechos en torno al asesinato de su padre?
No, todo lo contrario. Es mi madre quien lo ha dado todo para recabar informaciones y las ha presentado en sede judicial. La justicia ha cerrado el caso una y otra vez. La razón que aducen los jueces para cerrar los casos es que no hay suficientes pistas. ¿Cómo pueden decir eso? El caso de mi padre se ha abierto y cerrado en varias ocasiones. Según una conversación que mantuvo mi madre con el confidente policial Txofo, los policías Bayo y Dorado estaban implicados en el atentado hacia mi padre. Además, Amedo ha contado en alguna ocasión que el entonces Secretario de Estado conoce los pormenores de ese asesinato. ¿Por qué los jueces no actúan de oficio y llaman a declarar a esas personas? No entiendo cómo la sociedad española no rechista cuando oye decir a Vera delante de las cámaras que esos asesinatos pasaron hace mucho tiempo.
Si desea leer más, pinche AQUÍ