Germán Gorraiz | ¿Crisis en el gobierno de Sánchez?
Las recientes elecciones celebradas en Cataluña habrían escenificado el triunfo de una mayoría independentista que podría reeditar el pulso con el Estado central con la declaración de la DUI así como la imposibilidad de reeditar el Tripartito en Cataluña (PSC, ERC y En Comú). Asimismo, la desafección de Unidas Podemos respecto al Gobierno presidido por Sánchez se habría agudizado en las últimas semanas tras la presentación por el PSOE en el Congreso de la Ley de Igualdad y la entrada en prisión del rapero Pedro Hasel, tesitura aprovechada por la mass media del establishment para recrudecer su cruzada mediática contra Pablo Iglesias y tras «acusarle de incitar a cometer actos vandálicos» provocar su salida inmediata del actual Gobierno y proceder a la formación de un Gobierno monocolor del PSOE apoyado externamente por el PP de Casado. Así, tras el varapalo electoral sufrido por el PP en Cataluña y el sorpasso de VOX, Pablo Casado estaría revisando su actual estrategia política para incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica, consistente el uso de comportamiento cooperativos o combativos que le puedan reportar mayores posibilidades de adaptación en función de una situación concreta. Asimismo, la inteligencia mediática se distingue por una extraordinaria capacidad para encontrar las debilidades ajenas y utilizarlas en beneficio propio así como de realizar acciones complejas que pueden no ser entendidas en un principio por sus votantes pues sus metas se proyectan hacia un futuro mediato (Pacto de Estado PP-PSOE) y cuyos primeros frutos podrían ser el Acuerdo para renovar el CGPJ, la renovación del Defensor del Pueblo así como la co-gobernanza del ente público RTVE.
¿Hacia un Pacto de Estado PSOE-PP?
La estrategia del PSOE sería mantener vigente el Régimen del 78 y conformar un Pacto de Estado con el PP que contaría con las bendiciones del establishment financiero y que tendría como objetivo último el retorno del Bipartidismo PSOE-PP y posibilitar futuros acuerdos como la implementación del 155 en Cataluña en el supuesto de Declaración Unilateral de Independencia por el futuro Parlament catalán. Igualmente, procederá a la implementación de drásticos recortes siguiendo los dictados de la Troika europea para evitar el rescate del país, lo que se traducirá en una dramática reducción de los subsidios sociales que afectarán a la duración y cuantía de las prestaciones de desempleo, pensiones de jubilación y viudedad así como a una severa reducción de los sueldos del funcionariado. El nuevo Pacto de Estado PSOE-PP supondrá la instauración de una nueva Doctrina autonómica que consistiría en la implementación de un Estado basado en el sui generis «café para todos» y que sería un misil en la línea de flotación de la pervivencia de los regímenes forales diferenciados vasco y navarro y su capacidad auto-gestionaria.
Dicha ofensiva recentralizadora supondrá la congelación «sine die» de las trasferencias pendientes en Cataluña, Navarra y en Euskadi así como la implementación del recurso sistemático ante el Tribunal Constitucional de leyes aprobadas en los tres parlamentos citados, basándose en el artículo 161.2 de la vigente Constitución que señala que «el Ejecutivo central podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las CCAA». Ello supondrá «de facto» vaciar de contenido las competencias legislativas del Parlament Catalán así como de los Parlamentos forales vasco-navarros, medidas restrictivas que podrían convertir a Cataluña, Euskadi y Navarra en autogobiernos devaluados, enconsertados y sometidos a los dictados del Gobierno Central o Tribunal Constitucional de turno, lo que podría desembocar en la apertura del Frente del Norte contra la regresión centralista del Gobierno de Madrid.