Germán Gorraiz | ¿Peligra la España Plurinacional con VOX?
VOX sería un virus pandémico que podría arrasar con los principios de la sui generis democracia formal española al poseer un ADN dotado de la triple enzima tardofranquista: mantenimiento de la unidad indisoluble de España ,control estricto de la inmigración y retorno al pensamiento único heteropatriarcal.
Vox y el cambio cualitativo
El puzzle inconexo del caos ordenado puede esbozarse mediante la llamada «Teoría de las Catástrofes» del científico francés René Thom y se basaría en dos conceptos antinómicos para intentar «comprender el orden jerárquico de la complejidad biológica». Así, el concepto de estabilidad o equilibrio se refiere a un sistema que permanece estable aunque registre un cambio, principio que trasladado a la esfera política se traduciría en la Reforma del Régimen del 78 sin alterar sus principios esenciales (Monárquico, centralista y neoliberal), tesis que defenderían los partidos del establishment dominante del Estado español (PP, PSOE y Ciudadanos). En la orilla antónima, encontramos el concepto de cambio cualitativo o discontinuidad que se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación nueva (Nuevo Régimen Tardofranquista), tesis defendida por VOX.
El tsunami electoral de VOX
El establishment del Estado español estaría formado por las élites financiera-empresarial, política,militar, jerarquía católica, universitaria y mass media del Estado español, herederos naturales del legado del General Franco que habrían fagocitado todas las esferas de decisión (según se desprende de la lectura del libro «Oligarquía financiera y poder político en España» escrito por el ex-banquero Manuel Puerto Ducet), e iniciado asimismo una deriva totalitaria que habría ya convertido a la seudodemocracia española en rehén del establishment. Sin embargo, al cabo de 4 décadas, la crisis económica, el progresivo descrédito de la Monarquía, la crisis de Cataluña y la desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción de la élite político-económica han hecho oscilar en sus valores los esquemas idílicos de la Transición y la vigencia de la Constitución del 78 en la que se sustenta el actual status quo , elementos desencadenantes del tsunami electoral protagonizado por VOX.
La estrategia electoral de VOX se basó en la técnica de la manipulación de las masas expuesta por Edward L. Bernays en su libro «Cristalizando la opinión pública», en el que desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento. Así, según L. Bernays, «la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía», por lo que la propaganda de VOX está dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta.
¿Peligra la España Plurinacional con VOX?
VOX sería un virus pandémico que podría arrasar con los principios de la sui generis democracia española al poseer un ADN dotado de la triple enzima tardofranquista (mantenimiento de la «unidad indisoluble de España» ,control estricto de la inmigración y retorno al «pensamiento único heteropatriarcal») y cuyo primer efecto nocivo sería el finiquito del paradigma vigente en las últimas décadas (Teoría de lo «políticamente correcto”). En consecuencia, una hipotética mayoría electoral de PP, Cs y Vox se traduciría en la ilegalización de partidos refractarios a los postulados de la Constitución (Unidas Podemos y los partidos independentistas vascos y catalanes) así como la suspensión sine die de las Autonomías como punto final de una feroz ofensiva recentralizadora que supondrá la asunción de las actuales competencias autonómicas (Sanidad, Educación, Policía y Prisiones) por el Estado Central y la posterior implementación de un nuevo Estado tardofranquista.
Dicho régimen bebería de las fuentes del centralismo bonapartista y del paternalismo de las dictaduras blandas y devendrá indefectiblemente en un régimen autocrático, forma de gobierno ejercida por una sola persona, especie de parásito endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal) que partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante elecciones libres, llegado al poder se metamorfosea en líder Presidencialista con claros tintes totalitarios (inflexible, centralista y autoritario), lo que confirma el aforismo de Lord Acton «El Poder tiende a corromper y el Poder absoluto, corrompe absolutamente».