Tomás F. Ruiz | Dani Gallardo: una sentencia acorde con la prostituida justicia española
A nadie ha cogido de sorpresa la sentencia que la ramera justicia española, por boca de su no menos prostituida Audiencia Provincial de Madrid, emitió el pasado mes de diciembre contra Dani Gallardo. En ella, una banda de desalmados magistrados condena a ciudadanos inocentes con pruebas y testimonios falsos. Su cómplice habitual, como ya es rutinario en este tipo de montajes, ha sido el execrable Cuerpo Nacional de Policía.
Los condenados con esta aberrante sentencia (Dani Gallardo y su compañera Elsa) han sido castigados duramente como advertencia seria de qué tipo de golpes sucios piensa tramar el Estado español contra el independentismo catalán. La condena tiene como marco la agresión injustificada que la policía española llevó a cabo en Madrid contra manifestantes proindependentistas en octubre del pasado año 2019. El carácter pacífico y no violento de esa manifestación quedó constatado en los numerosos videos que se hicieron públicos; un pacifismo y una no violencia que fueron rotos -como tantas otras veces- por la salvaje y premeditadamente violenta actuación de la policía española.
Durante esa manifestación, un grupo de policías “secretas” (perfectamente comparables a la “brigada político-social” del franquismo) se echaron encima de una joven, Elsa, que corría por la calle aterrorizada por las palizas que los antidisturbios estaban dando a la gente. La tumbaron en el suelo y comenzaron a aplastarla. Para hacerle que perdiera el conocimiento -aunque no existan videos ni fotos de ese preciso momento- es muy posible que los agentes le aplicaran el protocolo de aplastarle la nariz con la mano, una tortura muy utilizada por los policías españoles que no deja huellas pero que hace gritar de dolor y pedir desesperadamente socorro a las víctimas. Al escuchar sus gritos, es muy posible que su compañero, Dani Gallardo, se lanzara en su ayuda, interponiéndose entre el agente que la estaba torturando y ella. Es también posible que Dani empujara al agente para salvar a su compañera. Cualquier otro ser humano habría actuado de la misma forma si ve que alguien, vistiendo o no uniforme de policía, tortura brutalmente a su esposa.
Supuestamente, otro agente policial de la “secreta” golpeó a Dani con una porra metálica, arma que no aparece referida en ningún punto del atestado y que el juez ha despreciado. Muy probablemente, lo tumbaría en el suelo para practicarle las mismas torturas que le estaban haciendo a su compañera.
Mas tarde, montando un testimonio totalmente falso sobre los hechos ocurridos, este agente, nº 102038 del CNP, declaró ante el juez que su compañero había sido atacado por Dani con un palo que tenía clavos en uno de sus extremos. Como agente del orden y miembro del CNP, su testimonio es irrefutable y ha sido la base para que los magistrados de la Audiencia Provincial de Madrid, Ilustrísimos y Abyectísimos don José Sierra Fernández, don Jesús Gómez Angula y don Enrique Jesús Bergés de Ramón, aun a sabiendas de que el policía de la “secreta” mentía, condenaran a tres años de cárcel a Dani y a uno a su compañera por, entre otros cargos, atentado contra la autoridad (sentencia 573/2020).
La sentencia da como hechos probados unas versiones policiales de las que no hay evidencias ni prueba alguna (en forma de videos o fotografías) y que sólo se fundamentan en falsas declaraciones de policías corruptos. Todo el mundo en este país -hasta la propia derecha- sabe que los policías mienten sistemáticamente en este tipo de testimonios, encubriendo la violencia de sus compañeros o inventándose, como es el caso de Dani Gallardo, ataques a los agentes antidisturbios que nunca existieron.
Esta sentencia pasará inevitablemente a la historia como producto de unos degenerados magistrados que han despreciado el recto sentido de la justicia. Por otra parte, es una clara advertencia del Estado español a la población catalana: si continuáis por el camino de la independencia, nosotros, con el apoyo incondicional de los jueces y la complicidad de la policía, convertiremos vuestro pacifismo y vuestras manifestaciones no violentas en actos terroristas contra los agentes del orden. Como botón de muestra de lo que están dispuestos a llegar a hacer, nos dejan esta despreciable sentencia contra Dani Gallardo y su compañera… ¿Alguien se atreve aún a dudar de en manos de qué depravada justicia estamos?
Con foto y obra de Carlos Valero