Catalina de Erauso | El mensaje de Felipe VI 2020
Dentro de unos momentos estará TVE retransmitiendo el mensaje de Felipe VI. No lo voy a ver porque siempre he pensado que dice lo mismo que su padre. Se repiten siempre los mismos tópicos con las mismas palabras. Y no voy a poner la tele a pesar de que, al parecer, por lo que ha trascendido a la prensa se incluye una crítica velada al emérito este año.
De tantísima repetición, ese mensaje anual es lo más chusco que conozco. Empezará con el ya clásico “buenas noches”. Es el saludo que se emplea cuando se entra en una casa y se desconoce el nombre del anfitrión o cuando se entra en una tienda, biblioteca o bar. No es como el buenas noches, papá o Juan. Felipe no puede dirigirse al espectador con alguna de las siguientes palabras, porque decir “españoles” huele a franquismo, “ciudadanos” no es cosa de reyes y plebe/súbditos queda muy feo, aunque es lo que, tal vez, sienta. Acto seguido enlaza con un “en estas fechas señaladas” para destacar las bondades de la familia como pieza angular de la sociedad. Los lazos, la solidaridad, los cuidados sin mencionar que casi siempre es la mujer la que realiza todo ese trabajo de forma altruista restando tiempo para ser ella. Y después, como era de esperar, dirá que los retos que tenemos delante como la pandemia, se superarán practicando y abundando en esos valores, sobre todo unidos. Nuestro esfuerzo nos cuesta mantener vivos esos valores porque los que tanto predican la solidaridad viven de ella y generosidad no se les conoce. Esos valores con los que cargan los más humildes para que otros se beneficien. Sin ellos, la solidaridad se habría extinguido hace tiempo. Tan bien representa Felipe el patriarcado que nos felicita en nombre de su consorte, al igual que Juan Carlos, su padre. Como si la reina estuviese ocupada en la cocina preparando las croquetas.
Ese relato mil veces repetido resulta hiriente cuando hay decenas de miles de familias pasando necesidades desde hace mucho tiempo. El cariño que ofrece todas las navidades a los que lo están pasando mal se me antoja protocolario y, por tanto, fingido. Es tan fingido que esa palabra se está vaciando de contenido. Y en cuanto el discurso de la ejemplaridad que se exige a los cargos públicos opino que los dos reyes habrán tenido que tomar clases de interpretación para no morirse de la risa cuando pronuncian ese párrafo de opereta. Luego está el “lo siento mucho, no volverá a ocurrir”. Son algunos ejemplos de la burla que practican los borbones hacia el pueblo español cada vez que les leen un mensaje de Navidad.
Y estos señores heredan un presupuesto de 8 millones anuales por el mero hecho de ser hijos del rey. Lo reparten a su gusto. Vivienda, viajes y manutención son gratuitos de por vida sumando sus gastos un total de unos 570 millones. Se puede dejar en herencia un congelador, una casa, una alfombra o un arcón tallado. Todo ello puede haber sido ganado con el sudor de la frente o puede haber sido robado. Pero no se puede dejar en herencia un feudo, porque esa nación además de territorio alberga a personas que no se merecen que su jefe se estado se burle de ellos una y otra vez en pleno siglo XXI. La burla es consustancial a la monarquía parlamentaria hereditaria.