Albert Sabater | Descontrol total
Por si no tuviéramos suficiente con las dificultades y entresijos causados por la propia pandemia, hay que sumar la nefasta, ineficaz e insuficiente gestión de los gobiernos, tanto el central, al que parece que le falta el valor suficiente para dejar de hacer política y empezar a ejercer de gobierno y el catalán, que parece navegar por una especie de éter corrupto en el que todos quieren ser el capitán y se concursa por ver quien hace la idiotez más grande.
Confinamientos parciales que no ayudan de manera eficaz a combatir la pandemia, permisividad casi absoluta en las calles con individuos que campan a sus anchas sin mascarillas, haciendo grupitos en las puertas o inmediaciones de los bares y colegios abiertos ajenos a una realidad cada vez más cruda, como si la cosa no fuera con ellos. Eso sí, con absurdos cambios de horarios de entrada y salida cada dos por tres para calentar un ambiente ya de por sí bastante caldeado, claro, no sea que el grupo de padres cabreados sea solamente uno.
Parece que esta pandemia está mostrando una parte de la sociedad que creíamos solamente parte de la literatura o de películas de Fellini, Hitchcock, Paco Martinez Soria o incluso Charlie Chaplin en “El dictador”.
Sea lo mejor o peor de cada uno, lo que está claro es que ha mostrado una parte de nosotros que nunca antes había visto la luz.
Y por si no fuera poco, ahora salen los… (es mejor no encasillarlos o definirlos) cada noche a destrozar las ciudades.
Señores, bienvenidos al descontrol. Político, social, escolar y por que no, de salud mental. ¡Que todos hagan lo que les venga en gana!