Hisham Haji Badal | La justicia en mi país
Hisham pertenece a la minoría yazidi que sufrió el último genocidio en 2014 cuando bandas de mercenarios islamistas entraron en la zona de Kurdistán donde han vivido desde hace siglos. DAESH e ISIS entraron en sus municipios con violencia. Separaron a hombres y mujeres para ejecutarlos a ellos. También ejecutaron a las ancianas porque según ellos nadie las compraría en los mercados de esclavos. A las mujeres las obligaron a convertirse al islam, las violaron en grupo y las iban vendiendo en mercados de esclavos. Esas ventas eran públicas y los vecinos de esos pueblos veían cómo las mujeres yazidíes estaban en venta. A partir de los 9 años las vendían con el reclamo de que eran vírgenes. Tanto los mercenarios de esas dos bandas como hombres adinerados que visitaban los mercados las compraron y las revendieron. Algunas se quedaron embarazadas y tienen hijos de islamistas que, cómo no, desaparecieron después de inseminarlas. Así crece el islam, creen ellos. El gobierno iraquí inscribe estos niños como musulmanes en contra de la voluntad de las madres. En Europa oímos el discurso de que el islam nada tiene que ver con el islamismo. ¿Por qué, entonces, inscribe Iraq a los hijos fruto de violación de mujeres yazidíes como musulmanes?