Fantomastxiki | Ser eterno
Tantas palmas dio,
Los surcos de las manos
Se le borraron
Y así, sin Destino,
No quedaba rocío
Para tanto calor,
Ni un taranto
Para quitar el frío,
Decidió ser eterno,
Y sin un gemido,
Abrazó el silencio,
Sin adiós, ni peros.
Candeleros o «argizaiola» que todavía se mantienen en Amezketa (Gipuzkoa)
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