Catalina de Erauso | El debate a seis de ETB
El 7 de julio de 2020, se celebró un debate a 6 con seis candidatos a lehendakari en las elecciones autonómicas del 12 de julio en ETB. Empezó puntualmente a las 10 de la noche y terminó poco después de medianoche. Iñigo Urkullu (EAJ-PNV) (diplomado en magisterio), Maialen Iriarte (EH-Bildu) (periodista), Miren Gorrotxategi (UP-IU) (licenciada en derecho), Idoia Mendia (PSE) (licenciada en derecho), Carlos Iturgaiz(PP+C)(profesor de acordeón) y José Ramón Becerra (EQUO) (Ingeniero industrial) se pronunciaron sobre cinco bloques de preguntas: crisis económica, Sanidad, políticas sociales, Medio Ambiente, estatus de Euskadi.
En el primer bloque sobre la crisis económica, todos los asistentes estuvieron de acuerdo en que Euskadi se encontraba ante una crisis inédita que requería medidas excepcionales. Gran parte de ese debate se centró en si habría o no recortes en las partidas destinadas a gastos sociales en un futuro inmediato. El lehendakari reiteró que no las habría y que tampoco subiría los impuestos. En las antípodas del Lehendakari, Iturgaiz propuso bajar los impuestos y también el IVA en áreas concretas para ayudar a las empresas. Iriarte y Gorrotxategi abogaron por hacer ajustes en la fiscalidad para que quien más posea aporte también más a las arcas públicas además de adaptar la fiscalidad de las grandes empresas a las necesidades actuales dado que ellas contribuyen solo un tercio al erario y la mayor parte de la fiscalidad recae en las rentas de trabajo. En este sentido, los datos aportados por Gorrotxategi fueron reveladores. Becerra incidió en crear una industria ecológica y sostenible relocalizada en Euskadi, que contribuiría a corto plazo a salir de la crisis y a largo plazo a enraizar una industria sostenible. En cuanto al arraigo de las empresas, Iriarte mencionó Euskaltel o la Naval y otras tantas empresas que han quedado en manos extranjeras o están a punto de cerrar sugiriendo que desde el GV es necesario trabajar para garantizar la supervivencia de esas empresas, creadoras de empleo. Gorrotxategi y Urkullu abogaron por una participación en esas empresas, pero no a modo de subvención. Fue interesante ver el acalorado debate sobre la normativa europea porque no se ponían de acuerdo sobre qué tipo de participación empresarial da como buena la UE.
En cuanto a la Sanidad, se debatió con ahínco la gestión de la pandemia por Osakidetza que Iturgaiz tildó como horrorosa. Los otros invitados la criticaron, pero pusieron en valor todo el trabajo realizado por todo el personal sanitario señalando Gorrotxategi que, tal vez, la falta de personal sanitario fuese lo que condujo a que se viviesen situaciones críticas. Iriarte reprochó a Urkullu que el 30% de los muertos por COVID murieron en residencias de ancianos. Becerra le afeó que no se escuchó lo suficiente a los científicos. Ante todas estas críticas, Urkullu esgrimió la sentencia del TSJPV que exculpa de responsabilidad a de Osakidetza por la gestión de la pandemia. Urkullu añadió que la ratio destinada a sanidad de Euskadi es de 1700 euros por persona mientras que la ratio nacional es de 1350 de media. Con vistas al futuro y sin mediar reproches, Mendia abogó por reforzar la atención telemática para que los médicos de atención primaria se puedan centrar en los pacientes que verdaderamente lo necesiten. Iriarte sugirió invertir en sanidad en el futuro citando un informe de la OMS. En otro orden de cosas, Gorrotxategi afirmó que urge atender la interinidad de los profesionales en Osakidetza que ronda el 40%, argumento al que se unió Iriarte. Becerra añadió que es imprescindible invertir en medio ambiente, prevención y ciencia para salir de esta crisis sanitaria e Iriarte apuntó que la ciencia empieza en la escuela.
En cuanto a las políticas sociales del tercer bloque, gran parte del debate giró en torno a las residencias de ancianos porque cerca del 40% de los muertos por la COVID residían en residencias cuando fallecieron. En este sentido, Gorrotxategi afirmó que la privatización de las residencias que se ha llevado a cabo en Euskadi ha resultado tener efectos negativos para la salud de los ancianos que viven en ellas porque las empresas privadas se marcan como objetivo maximizar los beneficios. Iriarte lamentó 600 muertes de ancianos en esas residencias, pero destacó la profesionalidad y calidad humana de las trabajadoras de las residencias con sueldos muy bajos. Abogó por remunerar de mejor manera a los trabajadores de residencias, propuso 2 horas de contacto directo por persona y día además de dotar a los centros de medios para hacer frente a futuras pandemias. Consideró imprescindible, crear un Servicio Vasco de Asuntos Sociales desde que nacemos hasta que morimos para poder acudir a él siempre que los ciudadanos vascos lo necesiten. En la misma línea, Gorrotxategi defendió un sistema público de cuidados donde se asimile el personal al sector público porque los estándares de atención pública son mejores que los de la atención privada. Urkullu respondió que había sido creado un Consejo Sociosanitario ente diputaciones y ayuntamientos. Ya existían protocolos de actuación y todos los partidos han tenido potestad de gestionar las residencias porque esa competencia les corresponde a Diputaciones. Iriarte le reprochó que la competencia de inspección le correspondía al GV y esos ancianos habían muerto en residencias privadas insinuando que la inspección no fue todo lo eficiente que tenía que haber sido. Urkullu se defendió incidiendo en el dato del 32% fallecimientos por COVID en residencias mientras que fue del 70% en el conjunto del estado. Iriarte le insinuó que, tal vez, se habrían podido evitar muertes en caso de que la inspección hubiese sido eficaz. Mendia añadió otra cuestión y abogó por una red de cuidados en las propias viviendas de los ancianos debido a que Euskadi se enfrenta a un problema de envejecimiento de la sociedad y la soledad de los ancianos. Urkullu mencionó la institución Euskadi Lagunkoia, programa al que se adhieren los ayuntamientos para atender las necesidades del envejecimiento activo. En los últimos minutos de este bloque se debatió el asunto de la RGI fruto de una PNL y la exigencia de sociedad civil que ha sido ahora recogido en una ley nacional sobre el salario mínimo vital. Gorrotxategi e Iriarte exigieron un aumento de las cuantías y ampliar el espectro de personas que reciban esta ayuda porque hay personas necesitadas a las que no les llega la ayuda. Urkullu esgrimió que es un derecho subjetivo y llega a todas las personas necesitadas.
El reto medioambiental fue el tema del cuarto bloque y lo abrió Iturgaiz con infinidad de reproches chuscos sin concretar al lehendakari y al PNV por la gestión del accidente de Zaldibar. Iriarte añadió que urge analizar qué pasó porque se ha podido determinar que había cierto descontrol y defiende la toma de control directo de los vertederos por parte del GV porque la gestión de los residuos no puede ser un negocio privado que prima el beneficio de los accionistas. Además, exige la moratoria para extracción de gas porque las energías fósiles pertenecen al pasado. Pone sobre la mesa la paralización de la construcción del TAV porque llena de cemento la naturaleza y se desconoce si algún día tendrá algún impacto positivo directo en la economía de Euskadi. Otro punto que trata Iriarte es la exigencia de la reducción de emisiones de CO2 de la UE y su implementación en Euskadi. Ella afirma que las emisiones de CO2 no se han reducido. Gorrotxategi aduce que pandemia y cambio climático son consecuencia de producción y consumo desbocados que ha impuesto el capitalismo salvaje y los gobiernos son blandos con las grandes corporaciones que cometen crímenes medioambientales. No ayuda a cambiar el sillón de político y pasar a Petronor. Mendia destacó los logros como el cierre y desmantelamiento de Garoña y la prohibición del fracking. Dice que en Euskadi sí hay un plan para economía circular, un plan que nos traslada Unión Europea vía Green Deal. Desde esa posición quedan por aprobar leyes sobre el cambio climático, la ley de patrimonio natural, el impuesto al carbono con el objetivo de emisiones cero, dijo. También propuso que el dinero recaudado vía ese impuesto se destinase a cuestiones medioambientales. Becerra abogó por cerrar los vertederos en incineradoras reciclando más. Urkullu respondió que el GV plantea la reducción del 30% de gases efecto invernadero respecto al 2005 que es el año de referencia. Dice que ha reducido 21% y se planten reducir al 30%. Sin plazos, dijo que estaría bien consumir 20% energías renovables. Urkullu afirmó, además, que el gas es energía de transición. Y apuntaló, basándose en argumentos medioambientales, que mejor extraer gas en Euskadi y no traerlo de fuera. Becerra esgrimió que ni PNV ni PSE tiene un plan para lidiar con los residuos que se producen en Euskadi. Se calcula que se producen 90.000 toneladas de escorias en la incineradora de Zubieta. No hay economía circular con vertederos e incineradoras.
En cuanto al estatus de Euskadi en el quinto y último bloque, Iturgaiz e Idoia Mendia no dieron sorpresas y fueron nítidos. Euskadi solo tiene encaje dentro de España en el futuro. En el polo opuesto estaba Maialen Iriarte que abiertamente abogó por la ruptura. Gorrotxategi abiertamente se decantó por el modelo jurídico de Québec. Y el lehendakari se mantuvo en su posición de confort, ni carne ni pescado, ni chicha ni limoná, con un pie en el infierno y otro en el purgatorio y sin sonrojarse. Con ese limbo discursivo evita perder votos y atrae a algún que otro indeciso o despistado.
Hasta aquí el resumen de los datos más importantes. Dos cuestiones llaman poderosamente mi atención y las dos tienen que ver con los datos y las cifras que se manejaron en el debate.
Por una parte, el debate sobre gastos sanitarios se centró en torno al aumento de gastos que sería deseable para lograr una sanidad mejor. Gorrotxategi expuso que el gasto en Euskadi es del 4,7% a la hora actual cuando fue más que el 5% en el pasado. Culminó esa argumentación diciendo que en los países avanzados es del 7% del PIB. Urkullu le espetó que el 7% del PIB supone que es el 45% del presupuesto. Durante todo el debate tuve la impresión de que se manejaron números y cifras que, seguro que se ajustaban a la verdad, pero también tuve la sensación de que ningún candidato entendía el verdadero significado de esas cifras para la economía de Euskadi. Aunque es cierto que manejaron datos y, entre ellos algunos datos relevantes, me quedó la sensación de que algunos de los datos que se citaron fueron para cortocircuitar el argumento del rival y no tanto para ilustrar la posición que adoptaban ellos ante un determinado problema. Como votante y ciudadana de Euskadi me gustaría que quien ostentase el cargo de Lehendakari entendiese de números. Para entender de números es necesario tener una visión global. El 20% puede ser un dato excelente o un peligro dependiendo de si se trata del consumo de energías renovables o la tasa del paro. Esto que resulta una obviedad, me dejó un tanto perpleja porque me dio la sensación que ninguno de los candidatos entendía los números. Corríjanme si mi sensación no es la buena.
En el debate, Iturgaiz casi no manejó datos y esta es la segunda cuestión. Ayer dejó claro, una vez más, que no tiene los conocimientos necesarios en ninguna de las materias que se abordaron, lo cual lo invalida para ostentar el cargo de lehendakari. Solo fue contundente en un asunto: no se contempla la autodeterminación para Euskadi. El resto de su discurso fue tan farragoso y repleto de mantras manidos que no aportó nada nuevo. Ni me enteré de cuál es su programa electoral con el que piensa convencer a los vascos para que le voten. Y es que don Carlos no sabe explicar las cosas más simples. No entendí el argumento ni cuando le reprochó al lehendakari que separando Zaldibar de Durango 9 minutos, tardó 6 días en llegar al vertedero. Todos los reproches que hizo a los demás candidatos parecían sacados de una cacharrería roñosa. Si Iturgaiz fuese lehendakari, Euskadi se hundiría en una legislatura. Una persona con pocos conocimientos se tiene que fiar de un equipo asesor y no puede dirimir si una determinada decisión es acertada o no. Si el equipo asesor tiene su propia agenda, quien desconoce los intríngulis de los números ni se entera que está ejecutando su agenda. Me gustaría que mi lehendakari supiese de leyes y de números. En él sí que confiaría. Los malpensados dirán que añoro al cartujo de Ibarretxe. Pues sí, además de docto en la materia era austero y con una capacidad de trabajo muy importante. Y no soy votante del PNV.
Si tuviese que poner una nota, un cero para Iturgaiz. Ahora bien, al resto de los candidatos no les daría ni aprobado general. Más bien un suspenso por lo mal que explicaron su programa político para la próxima legislatura. Me gustó que Iriarte y Gorrotxategi abordasen el tema de la precariedad en el ámbito laboral. Es una realidad que todo el mundo conoce, pero a día de hoy no hay ningún plan que apueste por abordar este problema que está minando el futuro de toda una generación de gente joven muy bien preparada. La reforma laboral que es el instrumento que apuntala la precariedad laboral estuvo ausente en el debate. Me gustó que Mendia y Becerra aportasen argumentos al debate mediombiental. Me gustó la corrección de Urkullu sobre los datos del PIB y presupuesto. En general, me gustó la actitud de aportar argumentos para abordar retos de la mayoría. Pero, si de este debate dependiera mi voto, seguiría estando indecisa.