Germán Gorraiz | Sombrío horizonte económico
La economía española se ha basado en las últimas décadas en la conocida «dieta mediterránea», (cuyos ingredientes principales eran el «boom» urbanístico, la exportación, el turismo y el consumo interno), fórmula que creaba excelentes platos minimalistas, de apariencia altamente sugestiva y precio desorbitado pero vacíos de contenido culinario y con fecha de caducidad impresa (2008), debido al estallido de la burbuja inmobiliaria y el hundimiento del castillo de naipes de la economía española.
Posteriormente, asistimos al milagro económico del paraíso neoliberal de Rajoy (reducción de la tasa del paro del 23,5% al 14,1%), que tuvo como efectos colaterales el incremento desmesurado del trabajo precario en España (más de 6 millones de personas), la desaparición del mito del puesto de trabajo vitalicio (tasa del 90% de contratación parcial) y progresiva pérdida de poder adquisitivo de asalariados y pensionistas pues según el FMI «el ajuste económico español se habría producido mediante la caída de la producción y el incremento del paro, pero insuficiente en el lado de los salarios hasta fechas recientes«.
Sin embargo, la irrupción de coronavirus y la posterior entrada en recesión de la economía española en el 2020, conllevará una Deuda Pública estimada en el 120% PIB lo que forzará a la adopción de recortes siguiendo los dictados de la Troika europea para evitar el rescate. Dichas medidas se traducirán en una dramática reducción de los subsidios sociales que afectarán a la duración y cuantía de las prestaciones de desempleo, pensiones de jubilación y viudedad así como a una severa reducción de los sueldos del funcionariado. Asimismo, la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores debido a la dramática reducción de los sueldos, el incremento de la precariedad laboral y de la interinidad vitalicia y la ausencia de la cultura del ahorro doméstico provocará una severa contracción del consumo interno y una reducción de la Renta Per Cápita que significará de facto el retorno a escenarios económicos de la postguerra.
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