Nicol A. Barria-Asenjo | ¿Barbarie o Estallidos Sociales?: ¡Sí, por favor!
Plaza Italia, reconocida desde el 18 de Octubre del 2019 como “Plaza de la dignidad” regresó de forma implacable como epicentro de las manifestaciones sociales del pueblo chileno. Recientemente, el pasado martes 19 de mayo del presente 2020, al costado del edificio de la Telefónica se proyectaron en gran tamaño las palabras “Humanidad” y “Solidaridad”, Se alzo la voz frente a la represión, violencia y la segregación, las cuales con la llegada pandemia se han incrementado.
En medio de la catástrofe mundial que se generó producto de la llegada del Coronavirus, el filósofo esloveno Slavoj Žižek (2020) en su último libro publicado mencionó:
“Hegel escribió que lo único que podemos aprender de la historia es que no aprendemos nada de ella, así que dudo que la epidemia nos haga más sabios. Lo único que está claro es que el virus romperá los cimientos de nuestras vidas, causando no sólo una inmensa cantidad de sufrimiento sino también estragos económicos posiblemente peores que la Gran Recesión. No hay vuelta a la normalidad, la nueva «normalidad» tendrá que ser construida sobre las ruinas d nuestras viejas vidas, o nos encontraremos en una nueva barbarie cuyos signos ya son claramente discernibles”
En un inicio, el análisis pandémico esbozado por el intelectual fue epicentro de críticas, hoy, con un poco de perspectiva teórica e histórica, se regresa a sus letras encontrando sentido. Hoy, estas palabras son certeras, en Chile, el estado chileno, se niega aprender de la historia, se niega a construir una “nueva normalidad”.
Con la llegada del Covid-19 a la región latinoamericana, y su ingreso a tierras chilenas, emergieron diferentes fenómenos político-sociales que no dejaron indiferentes ni a la ciudadanía chilena ni a los medios internacionales. Los movimientos sociales iniciados el 18 de octubre del 2019, fueron brutalmente frenados por el ingreso y rápida proliferación del virus de extremo a extremos del país.
Con la pandemia, el pueblo chileno, tuvo que dormirse, se detuvo abruptamente el: “¡Chile despertó!”, ese mensaje que impregno cada rincón del país. La pandemia, dejo a los manifestantes, encerrados en sus casas, en este contexto “los siempre olvidados”, tuvieron que enfrentarse a nuevas formas de exclusión, disgregación y violencia, el pueblo era aquellos que no tenían opción de auto aislarse, el pueblo eran los que tenían dos opciones o se exponían al virus para trabajar, o se exponían a morir de hambre en un aislamiento forzado.
Luego de toda la violenta represión ejercida por parte del Estado en medio de la crisis humanitaria, el pueblo chileno y, para sorpresa de muchos, se regresa a las calles y no solo de la capital. Diferentes ciudades del sur del país comienzan movimientos alzando la voz frente a la desigualdad que se ha incrementado producto de las medidas ineficientes del gobierno.
Patrick Vermeren (2019) se cuestionaba: “¿Qué es la Humanidad? El tiempo presente parece marcado por la inhumanidad o, si se prefiere, por la deshumanización”. El dilema del retorno a lo humano, no quedó indiferente en Chile, cuando la pandemia dejo a la mitad de Chile en una situación de extrema fragilidad y exposición, cuando solo el pueblo ayuda al pueblo, el exigir un retorno al valor de la vida, se tomó la voz del pueblo. No es casualidad que frente a 30 años de silencio el pueblo eligiera el “Chile Despertó”, no es casualidad que hoy cuando solo importa el capital, la producción las empresas, el pueblo elija “Humanidad” y “Solidaridad” para proyectar.
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