Don Mitxel | Desescalada, defenestración
Por fin tenemos respuesta a la pregunta de miles de papis y mamis de por qué los perros podían salir y los niños no: porque los chuchos tienen más conocimiento que vosotros.
Si estaba claro que el gobierno tiene problemas de comunicación, a ello hay que sumarle ahora las dificultades de entendederas de la feligresía: es un adulto con hasta 3 niños, no 3 adultos con un niño. Y lo de los niños repe no cuela. En fin, ¡qué se podía esperar de esos señores que se han comportado como auténticos infantes de teta, refugiándose tras los críos para poder salir a dar un paseo…! Hasta a la abuelita han ido a visitar, que lo mismo la matan, pero qué abrazos más emocionantes entre lágrimas y mocos, que es la salsa del virus y de los ñoños.
Pues ahora que ya habéis matado a la abuelita -es cuestión de días, un par de semanas como mucho- , ahora que ya habéis demostrado que vuestros hijos están tan mal criados como vosotros, que os tomáis una cervecita con el colega en la plaza mientras los niños juegan al fútbol, ¿qué hacemos con vosotros? Lehendakaris quizás, para otra cosa no servís.
Más que una desescalada, esto es lanzarse al vacío desde un ochomil pensando que la nieve está blandita. Hasta la consejera de Salud del Gobierno Vasco, doña Nekane Murga (me ahorro el chiste con su apellido, ya lo hace ella), se ha venido arriba y pide a Pedro que permita sea el ejecutivo del doctor Urkullu quien dirija la desescalada, es decir, ¡todos a las sidrerías, que la vida son dos días!
Y cuánta razón tiene. En lo de los dos días.
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