Yo quiero un entierro con un autónomo llorándome

Qué triste es morir solo y que te entierren sin que nadie te llore. Creo que en esta situación el decreto del gobierno que amplía el confinamiento a los trabajadores que no sean imprescindibles (toma ya, muchos ingenieros en casa y muchas cajeras imprescindibles), se tendría que crear un cuerpo oficial de plañideras que acudan a los camposantos para que alguien despida a nuestros muertos con lágrimas, lamentos y gran despliegue de ayes.

Pero como esto puede sonarles a uds. muy antiguo, propongo que las plañideras ya no sean aquellas mujeres vestidas de negro de los pies a la cabeza, con la cara y la sonrisa escondidas tras el velo, sino que podríamos echar mano de las grandes plañideras de nuestros días, los denominados trabajadores autónomos. Nadie sabe de lamentos mejor que ellos, siempre escondidos tras su declaración del IRPF, los hay tan profesionales que incluso se quejan desde un hotel de lujo en Cancún porque ellos no tienen vacaciones pagadas,

Poco a poco, van concienciado a la sociedad de que es necesario que los autónomos también puedan acceder a las prestaciones por desempleo mientras te hacen una chapucilla en negro, en negro plañidera, claro. Mientras tanto, a nadie se le ocurre investigar si la declaración de la renta coincide con los gastos y patrimonios de estos denominados trabajadores autónomos, y es una pena, porque más de un sincero lamento podríamos escuchar, y gratis total.

Pero lo importante ahora, señor autónomo, es que al menor síntoma de que haya contraído ud.  el virus, acuda a esos médicos y esos hospitales que nos caen del cielo.

Ódieme, que para eso estamos.

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