De polis y obispos

No se engañen uds, ni hagan chanzas porque a mi señor obispo le hayan multado con 600 euros por llevar en el coche a una persona en el asiento del copiloto que, si en vez de a un prelado, pillan a un feligrés transportando a una inmigrante al dentista, les digo yo que esta policía dispara a matar.

Y luego lo filtra a la prensa, que así de chulos son los munipas donostiarras. A ver, señores, un despiste de este tipo, y más con una eminencia de la santa madre iglesia, se soluciona con tres avemarías y un padrenuestro, de toda la vida.

De la misma forma que se soluciona con un despido inmediato a imbéciles como el txaraina que le quiere impedir a un señor acudir a su curro en bici, porque resulta que el poli desconoce el decreto ley pero tenemos que conocerlo nosotros. Un abnegado policía autonómico que, por cierto, hace caso omiso de las invitaciones del trabajador para que acuda a su empresa para comprobar in situ las condiciones de inseguridad total en que se sigue alegremente trabajando, porque dice el lehendakari que no se puede desconectar la economía, mucho mejor desconectar a nuestros viejos.

Lo dicho, ya hay más abusos policiales que casos de coronavirus, y la autoridad competente no anuncia el fin de esta otra pandemia ni para después del verano.