Germán Gorraiz | Coronavirus: ¿El nuevo Babel?
«Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De este modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra». (Génesis 11: 1-9).
El primer día,el Hombre se dijo:» Creemos una nueva religión con el Hedonismo como dios y el nihilismo como profeta y establezcamos una lengua universal para asegurar la comunicación instantánea entre los ciudadanos del mundo «.
El segundo día, el Hombre se dijo: «Inoculemos en la población el consumismo compulsivo de bienes materiales y que surja la globalización económica para satisfacer su consumodependencia».
El tercer día, el Hombre se dijo:» Procedamos al consumo desbocado de materias primas y energías fósiles para mantener la maquinaria productiva e ignoremos la deforestación, la desbocada contaminación y la basura que generarán».
El cuarto día, el Hombre se dijo:» Acabemos con los lazos afectivos de la estructura familiar mediante la incomunicación Padres-Hijos y el internamiento de los Abuelos en Residencias asépticas».
El quinto día, el Hombre se dijo:»Creemos las redes sociales para destruir los lazos de solidaridad ciudadana y las fake news para desorientarlo y sumirlo en la duda existencial».
El sexto día,el Hombre se dijo:»Implementemos la manipulación cibernética para monitorizar las comunicaciones de los ciudadanos a través de sus metadatos y evitar el despertar universal de la conciencia política de las masas».
«El séptimo día vio el Hombre todo lo que había hecho; comprobó que todo ello era bueno y decidió descansar y gozar de su creación».
Sin embargo, un buen día, la Arcadia idílica diseñada por el Hombre empezó a oscilar en sus valores y las piezas de su puzzle perfecto dejaron de encajar. La lengua común ya no servía para comunicarse; algo chirriaba en el libre intercambio de mercancías; el aire se tornó irrespirable, los mares empezaron a regurgitar la basura humana y sequías e inundaciones se sucedían con periodicidad rítmica.
Pero lo más desconcertante estaba por llegar…
Un buen día el » efecto mariposa» provocó que una pandemia viral y bursátil se extendiera por todo el orbe, algo impredecible para el Hombre y que se escapaba a la miope visión que únicamente podían esbozar sus ojos ante hechos que se escapaban de sus parámetros conocidos. Inevitablemente, el Hombre recurrió al término «efecto mariposa» para intentar explicar la vertiginosa conjunción de fuerzas centrípetas y centrífugas que iban configurando el puzzle inconexo del caos ordenado que se estaba gestando.
A continuación, al comprobar los estragos del coronavirus y la posterior entrada en recesión de las economías, la Humanidad sufrió un shock traumático que le obligó a realizar una profunda catarsis y metanoia que harían revisar los fundamentos que hasta ahora lo sustentaban.
Así, el imaginario colectivo adoptó una nueva forma de pensar y una actitud proactiva ante la irrupción del nuevo escenario pandémico que provocó la búsqueda de una nueva utopía tras el hundimiento de la torre de la globalización universal.
Finalmente, surgió un nuevo individuo (Individuo Multidimensional) reafirmado en una sólida conciencia crítica y sustentado en valores como la solidaridad, el desarrollo sostenible y el respeto por el medio ambiente que habitó la Tierra en el escenario post coronavirus.
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