Concepció Far | Corazones partidos
“Partido” etimológicamente viene de “partire”, cuyo significado está íntimamente relacionado con la división, cortar o despedazar. Ya puestos podemos mencionar el latinajo de “divide et impera” en el que no sale el vocablo “partitum” pero su esencia se puede oler. Pues bien, toda esta introducción viene y deviene de la situación actual en Catalunya. Bueno: de una de las vertientes derivadas de la situación actual de Catalunya, que es la división del independentismo. Ya dijo Machado hace unos cuantos años que una de las dos Españas tenía que helarnos el corazón, pero el poeta no tenía previsto lo que pasaría en Catalunya a partir de 2012, o de octubre del 2017, o en 2019, o suma y sigue, pues, de haberlo sabido, hubiera dicho una de las 15 o 16 Catalunyas independentistas o procesistas nos calentarían los cascos.
Intentaré resumirlo…
Después de aquel referéndum del 9 de noviembre, que ya había tenido sus historias y sus fases y sus previas, en que ganó el sí a la independencia (…) y se abrazaron dos personas tan rematadamente diferentes como Artur Mas y David Fernández, se gestó el que tenía que ser el referéndum definitivo que llevase a Catalunya a la ansiada separación de España. Me salto unas cuantas fases más sin hablar de las multitudinarias manifestaciones de los diversos onces de septiembre, y voy al que yo creo que es el meollo, y este se llamó “Junts pel sí”. La verdad es que se recuerda como algo idílico, era una lista transversal, estaban todos los que tenían que estar, las entidades, los partidos, las asociaciones, las personas vinculadas de toda la vida con el independentismo, y Artur Mas, que, creo recordar estaba en el número cinco de la lista, pero era el Presidente de la Generalitat.
Se les criticó por parte del Estado y de las voces que siempre critican todo sin entrar a valorarlo, alegando, básicamente, que era una unión contra natura: las izquierdas mezcladas con las derechas, el obrero junto con el burgués, el independentista hablante de castellano y la asociación cultural catalana que resistió a Franco. Pero fue bien, aparentemente, hasta que, a la hora de investir a un Presidente el anticapitalismo de la CUP no lo hizo. Y en ese momento apareció Carles Puigdemont, que había sido Alcalde de Girona, de la mano de Artur Mas y lo invistieron como cabeza visible de la Generalitat.
Poco después vino el anuncio del referéndum del uno de octubre, las leyes de desconexión y el propio referéndum.
Al día uno de octubre no le voy a negar la épica. Para nada. La tuvo, pero fue el pueblo quien la llevó a cabo. Fue la gente la que resistió ante las desatadas FSE, fue la calle la que hizo llegar las urnas a los Colegios, no fueron los políticos los que hicieron memorable ese día. Y opino que,en eso, no se ha incidido suficientemente. Sí que posteriormente han sido juzgados los políticos por esas acciones, pero en el tema del Juicio no voy a entrar porque fue un absurdo jurídico de principio a fin. Y no pretendo ahora escribir sobre cosas absurdas, quizás en otro momento.
El caso es que NUNCA y NUNCA se ha aplicado el resultado del referéndum, que se ganó por parte del independentismo, pero sí que los partidos han evolucionado hacia lo que viene siendo su cauce natural: Las derechas hacia la derecha, y las izquierdas hacia la izquierda. Mientras esto sucedía, se han venido sucediendo teorías, conspiraciones, libros sobre el Procés, canciones sobre el Procés, y merchandising sobre el Procés, y los seguidores de unos y otros, votantes naturales de unos y de otros han ido, de un lado, mesianizando a sus líderes, y de otro defendiéndolos de forma tan acérrima que aquello del Junts Pel sí ha pasado a ser historia lejana. Vemos, pues, en redes sociales y en la calle, indepes que hablan de Puigdemont como el traidor que paralizó la DUI y se fue a Waterloo, e indepes que hablan de Junqueras como el traidor que no creó las estructuras de Estado y se entregó al enemigo. Después están los que niegan la legitimidad a todo lo sucedido, los que dicen que todo el mundo se equivoca menos ellos, y los que buscan nuevas soluciones que no pasan por lo que a fecha de hoy está establecido en el Parlament de Catalunya. Con todo ello quiero decir que aquel fin común que era la lucha por la independencia de Catalunya ha quedado diluido y priman más los intereses de los partidos y las opiniones personales de los que siempre tienen razón.
He leído en las redes auténticas barbaridades, insultos miserables, y todo tipo de improperios entre los presuntos hermanos indepes, tal y como esas familias que se reúnen en navidad y se echan en cara la herencia de la abuela fallecida hace diez años y que jamás se dividió como rezaba el testamento. Y lo peor, personajes famosos de esos venidos en llamar “influencers” que utilizan su “influence” en echar más leña al fuego y difamar a personas que están en una situación personal complicada por el funcionamiento inadecuado de una Administración de justicia poco independiente. En cualquier caso, penoso.
Pero en esta división de la que hablo hay un trasfondo del que parece que muchos y muchas no se percatan, y es que, el que lo fomenta es un factor exógeno al independentismo que está consiguiendo, yo diría que lo ha hecho, que los catalanes se peleen entre ellos para que España esté definitivamente “unida” por los siglos de los siglos, bien colando y colocando candidatos a la Generalitat afines al unionismo, bien dándole la razón a Aznar, que debe estar aplaudiendo con las orejas cuando lee, porque sabe leer en catalán en la intimidad, que los de ERC son unos “botiflers”, o los de JxC unos “convergents de la punyeta”. Y eso por no hablar de los otros partidos que dividen más y dan más posibilidades a que partidos con intereses alejados de la independencia vayan ganando espacio electoral.
Dicho esto, estaría bien pensar en volver a actuar contra natura, y juntar izquierdas y derechas y anticapitalismo y liberalismo, si es que se quiere una finalidad común. Si ahora ya va siendo que no, sigan así. Aznar y sus acólitos lo agradecen.
Totalmente de acuerdo , divide y venceras,-
Lo más triste es que nos estamos dejando engañar y estamos cayendo en la trampa!!
Jo no ho hagués resumit millor, estic amb tu, estic com tu, chapeau…