Catalina de Erauso | Entrevista a Carlos Valero
Carlos Valero nació en Madrid,1963, estudió Bellas Artes y vive desde hace 40 años en Gran Canaria. Es pintor y su obra abarca temas actuales desde el máximo respeto a los colores que combina respetando las leyes del espectro de la luz. Se divisan las formas, pero las luces son excepcionales.
Los artistas que pintan bodegones, paisajes, retratos o el cuerpo humano suelen plasmar impresiones visuales que percibe cualquier persona. Ahora bien, la mirada de un pintor es singular. El pintor o fotógrafo deconstruye el entorno en clave de luces y claros igual que el fotógrafo inmortaliza lo efímero poniéndole un marco. Tanto uno como otro plasman momentos del entorno de cualquiera. Es, a veces, a través de mirar al cuadro o a la foto que podemos captar la enorme belleza de lo que nos rodea todos los días.
El mundo exterior: el ojo del pintor
Un bodegón visto desde la perspectiva de Klee o las nubes de Nolde son puro colorido y el observador naif lo cataloga como bello y hasta cuelga un póster de ese cuadro en su casa sin saber quiénes fueron esos pintores. Pero usted pinta temas de toda la vida con una técnica más que singular. Hablemos de ello.
- Usted pinta sombras con colores que requieren cierto esfuerzo para ser interpretados por un cerebro corriente. Háblenos de sus flores.
Mi pintura bebe de los expresionistas franceses de principios del siglo XX, los llamados fovistas, como Matisse, Vlaminck, Derain, Van Dongen y otros. En mi pintura solo trato de encontrar el máximo de expresividad que el color pueda darme para el motivo que me interesa. De ahí el uso de ciertos contrastes de complementarios, de colores puros, así como de líneas de dibujo que funcionan como contorno que limitan planos. Algunos cuadros de flores solo constatan ese juego de contrastes y armonías.
- Tiene un bodegón con imágenes de cuartos de baño con un colorido impresionante. ¿Se puede colgar ese cuadro en el salón, en el comedor o en una cocina?
Yo diría que eso depende de cada uno. Este cuadro lo hice para el baño de mi casa y allí está, junto a un bodegón de flores de un jardín. ¿Se puede colgar un bodegón de flores de un jardín en un baño? Creo que la decisión es muy personal.
- ¿Por qué eligió este tema que es tabú para mucha gente?
Llevaba tiempo con la idea de hacer una serie sobre interiores y los baños, por suerte, están en todos sitios: bares, centros comerciales, viviendas particulares, cafeterías, cines, museos, etc. Llegué a tener tanto material que me fue muy fácil poder elegir los más acertados.
- Como muchos otros pintores de la historia, ha pintado usted el cuerpo humano vestido y desnudo. Cuando pinta un torso, ¿está usted discutiendo acaloradamente con Sorolla o con Kandinsky?
No, más bien quiero descubrir todo lo cárnico que hay en el color sobre un cuerpo desnudo. Suelo pelearme poco con los maestros, soy un aprendiz vocacional.
El mundo interior: La deconstrucción de los sentimientos y las fobias
- ¿Qué quiere transmitir al espectador cuando ve un cuadro suyo donde tematiza el beso?
Realmente nada. No pinto para trasmitir. No creo en el mensaje oculto en el cuadro, aunque sí en cierta narrativa. Solo pinto lo que me gusta ver o lo que me ayuda a superar ciertos retos técnicos o expresivos. Para mí, pintar es solo una actividad creativa. Supongo que no soy el más indicado para decir si lo que hago tiene algún significado.
- Un hombre muerto en la calle me produce miedo, pero viendo su cuadro de una enorme belleza me concentro en la pincelada y me abstraigo del tema, aunque reconozco que mucha gente saldría corriendo. ¿Cómo se sintió cuando estaba pintándolo?
En realidad, es un hombre herido tirado en el suelo, abandonado, mirando a los ojos del espectador. Representa a todos esos civiles heridos en algún conflicto bélico. Las zapatillas rojas y su pantalón vaquero bajado hasta los tobillos le desnudan, le hacen cotidiano y vulnerable. El análisis cromático de la anatomía de su desnudez no fue fácil, aunque finalmente quedé bastante satisfecho.
- A veces me da la impresión de escuchar una carcajada tremenda de la pintura donde Aznar es protagonista principal y se titula “Muertos de risa”. Reconozco que no me gusta la voz de Aznar. ¿Cree que el espectador puede canalizar sus agresiones viendo esa pintura?
El cuadro presenta una narrativa muy simple. Y claro, el espectador puede estar a favor o en contra de esta expresión. La narrativa solo muestra a los personajes presentes en la famosa foto de las Azores, donde se hizo pública la decisión de invadir Irak con motivos espurios, pruebas falsas y contra toda opinión pública, y a uno de los civiles muertos, en primer plano (entre los más de 500.000 contabilizados) producidos por aquella decisión.
Los temas
- La protesta ante la injusticia es un tema recurrente en su obra. ¿Por qué llevan números los pasajeros de la patera?
Porque están cosificados. No tienen nombre como usted o como yo. Solo son números, ya sea para algún informe que constate su desaparición o fallecimiento, para alguna noticia de cuántos han desembarcado en alguna costa, etc. Todo se me asemeja a esa manera de clasificar las colecciones de insectos donde pinchan al espécimen con un alfiler y su cartelito. Es muy doloroso.
- Los pintores a lo largo de la historia han pintado toreros y toros vivos. ¿Qué quiere expresar cuando pinta un toro muerto con un enorme reguero de sangre?
Sentí una profunda pena cuando vi aquello, aquel reguero de sangre producido por el arrastre de un animal tan bello ya muerto, seguramente con sufrimiento. Pero la motivación fue puramente plástica. En cuanto vi la imagen, vi el cuadro y tenía que pintarlo. A veces, también hay belleza en el entorno de la muerte.
- Tiene usted dos retratos un tanto grotescos. ¿A quién representan?
Este cuadro forma parte de un conjunto expuesto en el año 1994. El discurso de la obra expuesta recorre una serie de personajes retratados en su entorno, unos de manera un tanto ridícula, otros irónica, otros burlesca. Fue una reacción contra los estereotipos históricos en la pintura.
Pregunta íntima
- Una vez entré en el cuarto de baño de un pintor con cierta prisa, cerré la puerta, me senté y al levantar la cabeza me apareció un cuadro suyo colgado en la puerta de una especie de fantasma con un ojo gigante que colgaba en la puerta. Me di a la fuga. ¿Cómo interpreta mi reacción?
Creo que una pintura, como cualquier otra imagen nos produce reacciones y sentimientos diversos dependiendo del espectador que observa. Alguna gente no comprende la pintura de Miró y la infravalora diciendo.- Eso lo hace mi niño de 4 años. Otra gente se marea y siente náuseas delante de un cuadro de Pollock. Otros, lloran al ver unas cuantas pinceladas de Velázquez. Quiero decir, que la experiencia visual en el arte es tan diversa como personas hay observando la obra. Y en su caso, creo que el autor del cuadro con el ojo gigante consiguió su objetivo, emocionar.
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