Catalina de Erauso | Entrevista a Jesus Mari Alegría, Pinttu
Pinttu es músico retirado que tocó en la banda Oskorri cuando era más joven. Ya no le persigue el trajín de las verbenas, pero la música sigue siendo el eje central de su vida. Todavía recita poemas a los que les pone música y solo exhibe a sus amigos con la advertencia de no divulgarlos. Fue un privilegio escuchar una canción inédita. Ahora que no anda a caballo entre un concierto y otro, haciendo de la noche día, tiene entre manos proyectos solidarios en Iraq, Siria, Guatemala y más lugares esparcidos por la geografía mundial que combinan la música con la ayuda humanitaria por medio de una ONG que dirige. Nos revela que habló no hace mucho con Federico Mayor Zaragoza sobre su libro “El delito del silencio” y de las injusticias que denuncia en él. Que las injusticias vayan a más se debe, entre otros motivos, a que las personas que las perciben en sus entornos se muestren indiferentes ante el dolor ajeno y callen. Pinttu entiende que la misión de la ONG es la de levantar la voz ante algunas de las barbaridades que le ha tocado vivir en su larga trayectoria.
Nos cuenta cómo surgieron algunos de los proyectos y sus logros.
La ONG “Músicos sin fronteras”
- ¿Cuándo, dónde y por qué nace la ONG?
La ONG nace de varias casualidades. Estando yo en La Habana en unas jornadas de música a principios de los noventa, una profesora nos contó que algunos músicos empleaban cables de teléfono para poner las cuerdas al violín. Ya de vuelta en Vitoria, empecé a darle vueltas al asunto y poquito a poco fraguó la idea de ayudar a músicos que tenían dificultades para acceder a instrumentos o a repararlos. Han sido muchos proyectos en los que he participado y solo deseo destacar algunos que no son los más importantes, claro que no, pero son los que para mí significaron mucho.
Músicos sin Fronteras ha apoyado a la Escuela Elemental de Música Manuel Saumell en La Habana, Cuba. Empezó su andadura humanitaria en el año 1994, aunque se formalizó en 1995. Manuel Saumell fue un músico nacionalista cubano coetáneo del alavés Sebastián Yradier famoso por sus habaneras, la más conocida de las cuales fue “La Paloma”. En el marco de este proyecto, se construyeron casas sociales y se atendieron algunas de las necesidades del Hospital de Salud Mental en Camagüey, al norte de la isla. Como muestra de solidaridad, unos músicos desde Valencia enviaron 30.000 euros además de tres contenedores de instrumentos de música a Cuba. El mismo Pablo Milanés agradeció esta iniciativa porque dos de sus hijas han estudiado en esa escuela y ha dado la oportunidad de estudiar música a muchos jóvenes más. De esta escuela han salido músicos de calidad.
Poco a poco, el proyecto adquiere cierta notoriedad en Venezuela y Argentina. Se implantaron escuelas por toda Venezuela donde aún hoy se enseña el sistema Abre. De ahí salió Dudamel. En otro punto de la trayectoria de la ONG, se entablaron relaciones con el Foro por la Paz y la Reconciliación de Oriente Medio o el Círculo de la Tolerancia y la Paz de las víctimas. Allí conocimos a Offer Bronstein & Anis Al kak y también a Barenboim que tomaron nota del proyecto. El año 2000 tuvo lugar un gran concierto en Roma en la Basílica de San Ignacio de Loyola en la que participó el Vaticano. Asistieron 3000 personas, entre las que estaba invitado, entre otros, Ibarretxe etc. De todas estas andaduras han surgido innumerables eventos musicales solidarios. Para poner solo un ejemplo, La Banda Sinfónica de Valencia dio un concierto para recaudar fondos después de la catástrofe de Fukushima. Estos son algunos de los hitos de esta ONG que vio oficialmente la luz en 1995.
Para dar a conocer el trabajo que realiza la ONG, se han repartido 50.000 folletos por los derechos humanos, 15.000 abanicos y 350.000 tarjetas en Euskadi.
- ¿Qué objetivos persigue Músicos sin Fronteras?
El objetivo central es ayudar a los niños más desfavorecidos mediante la música. Los niños desfavorecidos son aquellos que viven en la exclusión social por cualquier circunstancia adversa de sus vidas. Los niños que han sobrevivido los horrores de una guerra son un capítulo especial al que dedican muchas horas de trabajo en Músicos sin Fronteras. ¿En qué consiste esa ayuda? Básicamente, en que esos niños puedan aprender música en su entorno social habitual. El sonido de la guitarra, el laúd o el violín y las notas que tararean desde niños les pueden ayudar a superar los traumas que les han marcado de por vida y no les abandonarán. El perfeccionamiento de esos acordes de música tradicional, puede contribuir a paliar el dolor de las heridas que surcan sus almas. Gracias a las melodías que ellos mismos tocan y las canciones que cantan pueden creer en el mundo, porque su belleza les invade y les permite evadirse un instante de los rigores del día a día. A algunos les permite alzar los ojos y lanzar una mirada tímida a un horizonte incierto, el futuro. Algunos niños que aprenden música, después harán de ello una profesión o un modo de ganarse la vida. De eso se trata. Que esos niños recobren la dignidad humana y las ganas de vivir. La música les ayuda a desterrar los ruidos de las bombas cincelados en sus cerebros.
Colaboran con nosotros, entre otras, las siguientes entidades y personas.
Euskal Herriko Musika Eskola
Zigor Martínez
EHME, Euskal Herriko Musika Eskolen Elkartea
Madrid, Maite Iturriaga
Zarautz, Keller, colabora con instrumentos.
Valencia Consolat del Mar, Mikel Izpurua
Extremadura, Pedro Monti
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