Catalina de Erauso | Entrevista a Eneko de las Heras
Hoy entrevistamos al dibujante Eneko de las Heras, conocido por sus viñetas de una expresividad y mensaje singulares. Es tal su compromiso social que se podría decir que es intolerante cuando se enfrenta a las injusticias. Por su coherencia se ganó una tarjeta amarilla, que es el dibujo que encabeza esta entrevista. Mañana se publicará la segunda. Cuando le mostraron la tarjeta roja, lo despidieron. Conozcamos pues datos inéditos sobre su biografía y su visión del mundo a través del arte.
Su biografía
- ¿Dónde nació y creció?
Nací en Caracas. Allí viví prácticamente toda mi infancia y juventud, aunque durante algunos periodos viví en Donostia. A finales de los 90 emigré definitivamente y desde entonces vivo en Madrid.
- ¿Qué tipo de formación académica realizó?
Aunque desde que era niño estaba muy claro en que lo mío era el dibujo, no tuve prácticamente formación académica. Sí que estuve en una escuela de artes gráficas (grabado, serigrafía y litografía) pero la dejé antes de concluir el primer semestre. He aprendido trabajando en redacciones junto a otros dibujantes.
- ¿Qué aficiones tiene?
Me gusta cocinar y soy el que cocina en casa. No soy demasiado sofisticado pero aquí, en casa, les gustan mis platos (o eso me dicen).
- ¿Nos puede desvelar si le gusta el fútbol y tiene un equipo del alma?
El futbol me gusta, y mucho. En su momento jugué, era portero y no sabes tú la pasión que le ponía al asunto. Ahora me encanta verlo y soy de los que se puede pasar horas discutiendo apasionadamente en la barra de un bar con un desconocido si tal jugada fue o no penalti. Soy del Barça pero soy un caso atípico pues de niño fui de la Real y de joven del Athletic. Este caso, de transfuguismo tiene su explicación: De niño viví en Donostia y por eso era de la Real pero como casi siempre viví en Caracas, durante mucho tiempo no seguí el futbol español y mi pasión la tenía puesta en el beisbol donde sí tenía mi equipo del alma, los tigres de Aragua. Luego me cambié al Athletic por pura frivolidad y más tarde me enamoré del barça de Cruyff.
- ¿Cuál es su plato favorito de invierno? ¿Y de verano?
Me gusta todo y me da igual en que estación me lo coma. Me gusta buscar sabores nuevos. Disfruto igual un plato sofisticado que uno básico con tal de que esté bien cocinado.
- Y sus preferencias para beber: ¿Vino, sidra o cerveza? ¿Té o café?
Con la bebida no soy muy sibarita, bebo lo que hay y me gusta terminar las comidas con un cafecito.
- ¿Cigarro o puro?
No fumo habitualmente, pero a veces sí que me hecho un cigarrito o un puro.
- ¿Flan o natillas de la abuela?
Te voy a decir que las natillas de la abuela, pero porque me he acordado de mi abuela que era la mejor en la cocina. Solía hacernos natillas, pero en realidad me vienen a la mente sus chipirones, pues no soy yo muy de postres.
- ¿Con qué dibuja? ¿Lápiz, pintura, rotulador, Tablet?
Pienso con lápiz, o sea, hago los bocetos (buscar y encontrar las ideas, hacer la composición) con lápiz. Termino los dibujos con tinta china y pluma de las de toda la vida (la que hay que ir metiendo en el frasco a cada rato). Escaneo y meto el color con photoshop.
Lo genuinamente artístico
- Las primeras manifestaciones artísticas que se conocen de la humanidad son las pinturas rupestres en las que los pintores anónimos plasmaron escenas de caza cuando la caza era una forma de sobrevivir. No se sabe a ciencia cierta lo que les empujó a ellos, pero ¿qué le empuja a usted a dibujar?
Dibujar o pintar me produce placer así que, aunque no viviera de ello, seguramente también lo haría. Creo que todos hemos experimentado, de niños, ese placer. Una vez oí a un dibujante hablar de esto y me quedo con su idea, es decir, que en la infancia, todos dibujamos placenteramente (a modo de juego) hasta que por alguna razón, a cierta edad y misteriosamente, dejamos de hacerlo. Todos menos los dibujantes o pintores, que seguimos jugando. Después, descubres que ese juego es un lenguaje muy poderoso para expresar ideas o emociones y empiezas a usarlo para expresarte conscientemente. En mi caso, lo uso en dos vertientes, la del humor gráfico y la de las artes plásticas. En la primera, expreso mis inquietudes más políticas o sociales y en la segunda, cuestiones más relacionadas con las emociones. Esta vertiente está más vinculada con aquel placer infantil por el dibujo.
- En algún momento, la humanidad empieza a pintar figuras geométricas pasando a lo abstracto y a adornar edificios como los lugares de culto con combinaciones de esas figuras. ¿Adorna usted sus dibujos con textos muy escuetos? ¿O tienen otra función?
En mis viñetas los textos, casi siempre, sirven para contextualizar la imagen, que es donde está el chiste. Muy pocas veces el meollo del chiste está en el texto.
- Sus dibujos son, a veces, trípticos que transportan un mensaje fuerte. ¿Es un mensaje universal o va exclusivamente dirigido a personas de determinado entorno cultural?
Creo que los humoristas necesitan compartir con el receptor unos códigos comunes, sin ellos el chiste no se entendería. En ese sentido, procuro usar códigos universales, que sean accesibles a todo el mundo. En esto tal vez me haya ayudado el hecho de haber vivido en dos sociedades distintas en muchos aspectos como son la venezolana y la española, creo que eso me ha dado cierta amplitud.
Por otra parte, también es verdad que a partir de las combinaciones de esos símbolos universales intento generar cosas nuevas y originales, pero siempre buscando que sean comprensibles, que el mensaje llegue a la mayor cantidad de personas posible.
La parte de protesta social
- Las sociedades tienen preocupaciones compartidas que están el imaginario colectivo. ¿Diseña sus viñetas desde la perspectiva del ciudadano vulnerable o del observador?
Primero quisiera hacer una consideración sobre el humor: el humor es una manera de alejarse de los problemas, de verlos desde la distancia. Es lo que hace el dibujante cuando dibuja un chiste sobre determinado tema y logra que el receptor también lo vea desde lejos. Es decir, se produce un efecto que es justo el contrario a la implicación emocional.
Dicho esto, a mí sí me gusta implicarme políticamente cuando dibujo, y siempre desde el punto de vista del que está en situación de debilidad social frente a los poderosos. Y sí que considero que, aunque el humor tiene esa característica de alejamiento, mi manera de enfocarlo, así como la de otros tantos dibujantes, es desde el posicionamiento político. Porque si es verdad que el humor aleja para para generar reflexión y crítica, también lo es que hay maneras de plantearlo que buscan generar el posicionamiento y la emoción. O sea que el humor es una herramienta más que uso al dibujar, pero no la única.
- ¿Qué papel desempeñan los símbolos en sus dibujos?
Todo porque a mí me gusta el enfoque del humor a través de lo gráfico y no tanto de los textos. Hay humoristas en los que el meollo del chiste está en el texto y otros, como me pasa a mí, que somos más gráficos. En este último caso, los humoristas estamos obligados a buscar todo el tiempo símbolos visuales. Es como si escribiéramos con dibujos, como si las imágenes fueran palabras o como expresar conceptos a través de jeroglíficos. De hecho, la mayor parte de mi trabajo consiste en buscar símbolos visuales que representen los distintos factores que intervienen en el tema que quiero tratar, y jugar con ellos, combinándolos de manera azarosa hasta encontrar imágenes que simbolicen nuevas interpretaciones. En este proceso incluso acabas creando tus propios códigos. Cuando ves un dibujo mío aislado o el de cualquier otro dibujante que apoye su trabajo principalmente en las imágenes, te puede gustar o dejar de gustar, pero no vas más allá; sin embargo cuando ves muchos dibujos de un mismo dibujante, una trayectoria, es posible encontrar que hay símbolos de los que nos apropiamos y usamos constantemente, con lo que la lectura es mucho más sencilla, empiezas a decodificar mejor. Es como aprender un idioma precisamente porque funciona la idea del jeroglífico.
- ¿Cuáles son los grandes temas que aborda en sus dibujos? ¿Elige los temas con total libertad o son sus dibujos de encargo?
El trabajar en prensa, de alguna manera provoca que mi trabajo se centre en la actualidad. Es decir, que en cierto modo es como si la actualidad fuera quien me hace los encargos. Por supuesto, suele depender también del medio para el cuál trabajo. Por ejemplo, trabajé en Calle 20, que era una revista de tendencias, por lo que allí los temas eran más personales. Es decir, el medio me pedía cosas más personales. No porque me lo pidieran directamente, sino por una cuestión de contexto. El Jueves, por poner más ejemplos, me pide que haga actualidad, y los mismo pasa con Público.
Con respecto a los temas que abordo, a mí me gusta trabajar los grandes temas sociales y en general, aunque trabajo con la actualidad, intento que el dibujo tenga cierta trascendencia en el tiempo, que siga funcionando a pesar del paso del tiempo. Pongo un ejemplo para ser más claro: si hay una manifestación feminista, el tema que yo abordo es el feminismo de manera global, no algo anecdótico que haya podido ocurrir en una manifestación concreta. Si no, pasados unos años años a lo mejor ya no se entendería el dibujo.
El precio a pagar por ser libre a todas horas
- Usted fue despedido de “20 minutos” convirtiéndose en dibujante maldito. ¿Se encuentra usted a gusto entre los pintores malditos como Modgliani, los que proscribió el nazismo o con Goya?¿Es la proscripción la antesala de la gloria eterna?
No. Creo que a la gloria eterna, si es que existe, se llega por la calidad de la obra y no tanto por la proscripción o la censura. Pero en realidad ni siquiera el hacer un trabajo muy bueno la garantiza.
Por otro lado, creo que existen dos tipos de censura. En la sociedades capitalistas, en las que vivimos, lo que se suele considerar normalmente como censura es la que ejercen los gobiernos y, de hecho, la que ejercen las empresas sobre sus empleados no suele considerarse como tal, o al menos no por una parte importante de la sociedad, incluso por dibujantes. Se cree un poco que el empresario tiene derecho a tener su línea editorial y puede echar al dibujante que piensa distinto. El caso mío de 20 Minutos fue exactamente ese: hubo un cambio de dueños y de dirección, a quienes no les gustó mi postura e insistencia en el tema catalán, sobre el que había una línea editorial y un consenso, no sólo en 20 Minutos, sino en la enorme mayoría de los medios españoles. Pero eso, les pasa también a muchos dibujantes. Personalmente, yo he convivido con la censura toda mi vida en distintos medios, pero a pesar de eso casi nunca he dejado de publicar y al final he ido encontrando mis espacios donde decir las cosas y donde me siento respetado.
- A Modgliani le clausuró la policía una exposición porque uno de sus cuadros mostraba vello púbico. ¿Qué ideas son objeto de censura en España a día de hoy?
Creo que en España, como en todas partes, hay algunos temas que son tabú. En la prensa hegemónica hay, respecto a ciertos temas políticos, una postura mayoritaria que se considera la “correcta”, un consenso a no romper. Ha ocurrido, por ejemplo, con el tema vasco, con el tema venezolano y ahora más recientemente con el tema catalán, aunque hay otros temas con los que también. En esos medios hegemónicos, al que se sale del tiesto, se le censura o deshecha. Es algo bastante notorio: la disidencia en según qué temas y momentos es mínima. A mí me ha pasado, por ejemplo, que con el tema de la monarquía no he tenido mayor problema en 20 Minutos. Sin embargo, con el tema de Venezuela, sí. El tema vasco, como por ejemplo, en concreto, el de la política de alejamiento de los presos, un tema que es de derechos humanos, era un tema en el que posicionarse en un determinado momento era altamente complicado porque había un consenso en los medios y contradecirlo estaba muy mal visto.
- Las pintadas de toda la vida adornan muros de pueblos y ciudades con consignas varias. ¿Se actúa con plena libertad desde la nocturnidad del anonimato?
Sí. Supongo que el anonimato te da más libertad y yo también he hecho alguna vez pintadas, lo que pasa es que yo sí creo que hay que asumir la responsabilidad de lo que decimos y hacemos. Creo que el anonimato se justifica cuando no hay libertad de expresión, pero en principio yo prefiero respaldar con mi nombre aquello que digo.
- ¿Estaría Goya en la cárcel por su obra los fusilamientos del 3 de mayo si viviese en estos tiempos?
Definitivamente creo que la sociedad en su conjunto ha avanzado muchísimo desde los tiempos de Goya, pero está muy claro también que, en este momento preciso, año 2019, sí que hay un retroceso en las libertades y en la libertad de expresión con respecto a otros momentos anteriores. Si la pregunta fuera, por ejemplo, en vez de por Goya, un artista de siglos atrás, por la Polla Records y las letras de sus canciones, diría que sí se ha perdido libertad con respecto a entonces, unos pocos años atrás. Ahora mismo hay gente exiliada y presa por sus ideas, hay presos políticos, cosa que a lo mejor en otro momento no se hubiera permitido.
- Se dice que el obispo Setién le montó un pollo a Oteiza porque le había colocado más de 12 apóstoles en la entrada de Arantzazu, pero Oteiza supo convencerlo después. ¿Ganan siempre los artistas?
Me ha pasado en algunos medios. A veces el editor o el director intenta coartarte o marcarte un camino y yo en eso he sido bastante terco: si me ponen una línea roja intento traspasarla o al menos llegar hasta el borde. Y sí, tiene mucho que ver con convencer. Utilizaré esta pregunta para ilustrar este punto en otras entrevistas… pero no ganan siempre los artistas.
Libertad de expresión y ley mordaza: juego de poder
- En vista de que España tiene una ley que acota la libertad de expresión tipificando como delitos la opinión sobre la corona o la blasfemia, ¿practica usted la autocensura?
Lo que decía antes. Los medios tienen líneas rojas. No sólo los medios, las sociedades también tienen tabús. Y creo que es una de las labores de un humorista ensanchar el espacio de expresión que marcan las líneas rojas, aprender a transgredirlas cuando uno cree que debe hacerlo. Uno sí se autocensura en cierta forma, pero es muy importante ser consciente de esa autocensura para poder cruzar las líneas rojas.
- ¿Qué siente cuando tuiteros, raperos o dibujantes son detenidos y procesados en España?
Indignación y solidaridad. Tiene que ver con la pregunta anterior. Yo creo que uno sí se puede autocensurar. El humor, de hecho, es una forma de autocensura. A veces cuando quieres decir algo, si lo sueltas abiertamente, puede ser que te metan preso. El humor es una forma de expresarte autocensurándote, buscando un camino alternativo, donde lo que quieres decir se insinúa o se deduce. Incluso, en momentos determinados ese retorcimiento que es el humor (porque el humor, en definitiva, es una forma de decir las cosas de manera retorcida) puede traducirse en un chiste más agudo que puede no ser entendido por la sociedad en su conjunto, sino sólo por determinados grupos de personas que comparten ciertos códigos; sin embargo, hay gente que usa su libertad de expresión sin esa autocensura que sería el humor y dice las cosas sin tapujos. Son quienes pueden acabar detenidos, juzgados y condenados. Con ellos siento absoluta solidaridad, tienen todo el derecho a decir las cosas abiertamente.
- Cuando las SS visitaron a Picasso en su estudio le preguntaron si fue él quien había hecho eso refiriéndose al Gernika. El les contestó que no fue él sino ellos mismos (el ejército alemán). ¿Qué le pasaría a día de hoy a un artista si contestase de esa forma a las FSE en España?
Bueno, Picasso siguió vivo por lo que yo sé… Te podrían tratar mal, supongo. Dependería de su sentido del humor, que no suele ser amplio, me temo.
- ¿Está usted de acuerdo con que desde el poder nos insinúan a quién amar y a quién odiar?
La verdad es que me da igual lo que me digan desde el poder. Pero sí, pienso que desde el poder se pretender imponer una ideología determinada. Las ideologías sí te insinúan a quién amar y a quién odiar o te lo dicen directamente, con lo cual depende del signo ideológico de quien gobierna el código ético que se proponga. Esto me parece normal. Otra cosa es que creo que se debe respetar absolutamente la libertad para elegir a quién amar y a quién odiar de la gente.
Pregunta íntima
- ¿A qué pintor de la historia universal admira usted y por qué?
Yo admiro a Picasso por motivos puramente plásticos. Me gusta muchísimo Picasso. Su manera de representar la realidad y su mundo interior me emocionan cada vez que lo veo.
Si desea leer más artículos de Catalina de Erauso, pinche AQUÍ