Marcel Lhermitte | América Latina: Fuegos de octubre
En el marco de una región con claras señales de crisis política, económica y social, América Latina celebrará tres elecciones presidenciales en una semana. Bolivia, Argentina y Uruguay irán a las urnas entre el 20 y el 27 de octubre.
Ante las crecientes movilizaciones populares, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, decretó el toque de queda y la militarización de Quito. La crisis, que ya lleva cinco muertos, estalló luego de que el gobierno nacional realizara ajustes económicos, siguiendo las ya conocidas recetas del Fondo Monetario Internacional como contraparte de sus préstamos.
En Perú, en donde el último presidente electo, Pedro Pablo Kuczynski y la líder de la oposición Keiko Fujimori se encuentran detenidos por la Justicia, el actual mandatario Martín Vizcarra disolvió el Parlamento el pasado 30 de setiembre y convocó a elecciones legislativas para enero de 2020.
En el Brasil de Jair Bolsonaro los derechos humanos han dejado de ser derechos, los atropellos a las mal llamadas minorías están a la orden del día y siguen apareciendo día a día nuevas irregularidades en el juicio que llevó tras las rejas al expresidente Lula Da Silva.
La crisis humanitaria en Venezuela no cesa. El descontento ciudadano ante el gobierno del presidente Mauricio Macri en Argentina se mantiene, al punto que el mandatario realizó un spot de campaña reconociendo que “el esfuerzo” que realizó la ciudadanía durante su administración “fue demasiado”. Las administraciones de Colombia, Chile y Paraguay tampoco trajeron las soluciones que esperaba la ciudadanía.
Ante el crítico contexto regional las candidaturas progresistas latinoamericanas tratan de despegarse del régimen de Nicolás Maduro y las conservadoras buscan hacer olvidar que hasta hace pocos meses levantaban las banderas de Macri y Bolsonaro.
Cuánto pesará en los votantes la realidad que están viviendo sus vecinos diferirá en cada país. En Uruguay este punto cobra mayor relevancia, ya que los candidatos de la oposición no solo celebraron los triunfos de los presidentes de derecha en América Latina, sino que se mostraron proclives a impulsar varias de sus políticas. Ahora, ante el fracaso constatado de las mismas buscan mostrar una distancia que no resiste el archivo.
En los casos de Bolivia y Argentina la elección no la marca tanto lo sucedido en la región, sino que la definición será entre el continuismo, a través de la reelección presidencial de Evo Morales y Mauricio Macri, respectivamente, o el cambio.
Las encuestas, poco fiables últimamente, marcan que Evo Morales y Carlos Mesa irán a un balotaje, con un leve favoritismo para el actual presidente boliviano; en Argentina la fórmula de los Fernández –Alberto y Cristina– ganaría con amplitud, no descartándose un triunfo en primera vuelta; mientras que en Uruguay el candidato frenteamplista, Daniel Martínez y el del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, volverán a verse en las urnas en noviembre, con un resultado incierto según las consultoras.
Las crisis políticas, sociales y económicas en América Latina parecen estar terminando con el sueño conservador de culminar con la ola progresista de principios de este siglo, que aparenta volver renovada y con nuevos bríos. Entre los fuegos de octubre hablarán las urnas.
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