Germán Gorráiz | ¿Es hora de fundar un Partido Republicano?
La utopía factible en el Estado español tras las Elecciones del 28-A hubiera sido la formación de un Gobierno de Cambio PSOE-Unidas Podemos que diera prioridad a la implementación del llamado Estado social y democrático de Derecho y a una regeneración democrática (mediante la extirpación del cáncer metastásico de la corrupción que habría fagocitado todos los estamentos del Estado español), aunado con una reforma posibilista de la Constitución del 78, intento fallido debido a la dependencia orgánica del PSOE respecto del establishment español (léase IBEX 35).
Reforma vs. Ruptura
El puzzle inconexo del caos ordenado puede esbozarse mediante la llamada «Teoría de las Catástrofes» del científico francés René Thom y se basaría en dos conceptos antinómicos para intentar «comprender el orden jerárquico de la complejidad biológica». Así, el concepto de estabilidad o equilibrio se refiere a un sistema que permanece estable aunque registre un cambio, principio que trasladado a la esfera política se traduciría en la Reforma del Régimen del 78 sin alterar sus principios esenciales (Monárquico, jacobino y neoliberal), tesis que defenderían los partidos del establishment dominante del Estado español (PP, PSOE y Ciudadanos).
En la orilla antónima, encontramos el concepto de cambio cualitativo o discontinuidad que se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación nueva (Nuevo Régimen), tesis defendida tan sólo por Podemos y que era asociada por el aparato mediático del sistema dominante (mass media) con «el advenimiento del caos».
El establishment y la manipulación del miedo
El estadounidense Harold Lasswell (uno de los pioneros de la «mass comunicación research»), estudió después de la Primera Guerra Mundial las técnicas de propaganda e identificó una forma de manipular a las masas ( teoría de «la aguja hipodérmica o bala mágica»), teoría plasmada en su libro «Técnicas de propaganda en la guerra mundial (1.927) y basada en «inyectar en la población una idea concreta con ayuda de los medios de comunicación de masas para dirigir la opinión pública en beneficio propio y que permite conseguir la adhesión de los individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la violencia» (que viene Podemos).
Según Edward L. Bernays, sobrino de Sigmund Freud y uno de pioneros en el estudio de la psicología de masas, «la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones y a la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía«. Así, la propaganda del PSOE va dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustentan, sirviéndose de la dictadura invisible del temor al caos que generaría la llegada al Poder de Podemos (considerado por EEUU como de «filiación chavista») y que tendría su plasmación en «el caos económico de Grecia y Venezuela».
¿Es la hora de fundar un Partido Republicano?
La estrategia electoral de Pedro Sánchez en las últimas Elecciones se basó en el mantra de la recuperación económica edulcorada con sibilinas promesas de aumento del techo de gasto autonómico, subidas salariales a funcionarios y jubilados así como reducciones fiscales al estar la sociedad española integrada por individuos unidimensionales que no dudaron en primar el «panem et circenses» frente al vértigo que suscitaba la utopía propugnada por Podemos.
Sin embargo, la negativa de Pablo Iglesias a facilitar la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno dejaría abierta la posibilidad de unas nuevas elecciones en el otoño que tendría como efectos colaterales la inestabilización de la economía española al subir de forma desbocada la prima de riesgo. Caso de convocarse nuevas elecciones en Noviembre, la formación de Pablo Iglesias se verá condenado al ostracismo tras la previsible formación de un Gobierno Reformista PSOE-Ciudadanos que mediante una reforma edulcorada de la actual Constitución vigente implementará un Estado monárquico, jacobino y eurocéntrico, siguiendo la máxima del gatopardismo («Cambiar todo para que nada cambie»), por lo que la III República seguirá siendo una utopía.
El término utopía aparece como «la búsqueda incansable de la Humanidad desde el comienzo de los tiempos de un lugar o sociedad ideal» y a pesar de su carácter no real, permite reconocer los ideales de una sociedad o comunidad en un momento concreto de su singladura histórica así como los obstáculos que impiden cristalizar su sueño idílico. La utopía así concebida, sería el camino para alcanzar un sueño que llevaría implícito en su potencia la facultad de devenir en acto concreto (en el camino está la meta) y para alcanzarlo, surgirá en el horizonte del próximo quinquenio una nueva formación republicana que deberá transitar por la senda marcada por il poverello D´Assisi: «Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible», con el objetivo inequívoco de instaurar la III República en el horizonte del 2.025.
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Sería una idea excelente, pero….¿Formalmente no está en contra de la constitución?…se trata de echar al rey….
Seria contrario al orden establecido…se trata de echar al rey…no te dejarían.