Marcel Lhermitte | Sartori, Guatemala y el VAR
Recuerdo haber escuchado a un veterano ídolo futbolístico –aguerrido defensa uruguayo de la década del 80– decir que si en su época de deportista hubiera habido la misma televisación que hay actualmente difícilmente hubieran salido campeones, porque se valían de todas las artimañas posibles para ganar.
Ese juego sucio primero quedó malherido con la televisación –debido a las denuncias y condenas posteriores– y posteriormente pasó a cuidados intensivos con la llegada del VAR al referato; ya es mucho más difícil valerse de acciones extradeportivas para conseguir los objetivos. Se buscaron soluciones para terminar con lo extradeportivo.
Pero fútbol y política no van de la mano. En los últimos días, luego de conocerse el resultado de la primera vuelta de las elecciones guatemaltecas escuché a la candidata a presidenta por la UNE, Sandra Torres, explicar que previo a los comicios “hubo muchísima campaña negra”.
Más adelante la candidata progresista le pidió a la ciudadanía “que no le ponga atención a la campaña negra” y convocó a su adversario en el balotaje, el derechista Alejandro Giammattei, a “hacer una campaña de propuestas”, ya que “la gente está cansada de tanta infamia, desinformación y descalificación”.
“Necesitamos proponer la solución de los problemas de nuestra gente. No voy a prestarme a ninguna campaña negra. Voy a hacer una campaña de respeto, limpia y de propuestas”, remató la candidata.
La misma problemática, pero con importantes matices, se dio en Uruguay en los últimos días. La dirigencia del Partido Nacional ha manifestado su preocupación ante la proliferación de campañas negativas contra dos de sus principales candidatos políticos, pero en este caso señalan a un culpable que se encuentra en sus mismas filas y que compite también por la presidencia: el millonario Juan Sartori.
Ante esta situación, el pasado jueves 20 de junio la presidenta del Directorio del Partido Nacional, Beatriz Argimón, en nombre de su partido denunció ante la justicia las fakes news y la campaña negativa que sufren algunos de sus precandidatos.
Con los triunfos de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos y posteriormente de Jair Bolsonaro en Brasil el mundo parece haberse desayunado de la existencia de las campañas negativas.
Pues bien. Las campañas negativas y las fakes news han existido en Guatemala, en Uruguay, en América Latina y en todo el mundo, desde hace muchos años. Es más, el Partido Nacional uruguayo, que denuncia ahora ante la justicia, realizó una campaña negativa muy interesante en el año 2009, cuando competía por la Presidencia contra Pepe Mujica. En ese entonces se encontró en Montevideo un arsenal en manos de un coleccionista, llamado Daniel Feldman, que se enfrentó a balazos a la policía y pocas horas más tarde se emitió una publicidad televisiva en la que se vinculaba (falsamente) al abatido con la guerrilla tupamara de Mujica.
Claro, cuando la campaña negativa nos afecta políticamente es cuando recordamos que eso no está bien, cuando se hacen declaraciones públicas, cuando se convoca a la ética y se firman acuerdos –que nunca serán respetados– con colectivos de prensa o entre los mismos grupos políticos. Todo en vano.
Pero como decía el futbolista uruguayo con el que comenzaba este relato, la televisación o los medios de comunicación hicieron más visible el juego sucio en el fútbol, de la misma forma que lo están haciendo actualmente en la política. Años después el fútbol modificó su reglamentación e incluyó el VAR, algo así como la videovigilancia deportiva.
Ya es hora de que los partidos políticos dejen de quejarse por las campañas negativas y dejen de suscribir acuerdos que todos sabemos inútiles antes de que se estampe la primera rúbrica. Porque es en manos de ellos que está la responsabilidad de regular y castigar estas actividades que buscan engañar a la ciudadanía.
Si desea leer más artículos de Marcel Lhermitte, pinche AQUÍ