Catalina de Erauso | Entrevista a Jonathan Martínez
Se ha acuñado el término de «cloacas policiales» desde que Patricia López y su equipo vienen publicando regularmente algunos artículos sobre actuaciones delictivas del excomisario Villarejo y otros policías. Las cloacas policiales tienen estrechos vínculos con las «cloacas periodísticas» según Patricia López la cual afirma que no son de hoy. Me pregunto si el Plan ZEN fue el germen de las cloacas periodísticas ayudadas por las cloacas policiales y las cloacas judiciales a punto de descubrir. Nadie mejor que Jonathan Martínez para contarnos qué es el plan ZEN porque confiesa en su perfil de tuiter que nació en la Zona Especial Norte.
- ¿Qué fue el plan ZEN?
El plan ZEN es un manual policial presentado en 1983 por el gobierno de Felipe González. Está ideado por los servicios de información y se inspira en las prácticas contrainsurgentes del Plan Cóndor en Estados Unidos durante la Guerra Fría. Con el pretexto de contrarrestar los diferentes grupos armados que operan entonces en Euskal Herria, el ministro del Interior, José Barrionuevo instaura un régimen especial en nuestro territorio que incluye diversas formas de propaganda y control de masas.
- ¿En qué momento se tiene conocimiento del Plan ZEN en medios periodísticos vascos?
A lo largo de 1983 se va desvelando que el nuevo gobierno del PSOE está diseñando una nueva estrategia antiterrorista. En abril de 1983, José Barrionuevo y Rafael Vera hacen una primera presentación de sus planes ante los gobernadores de Euskadi y Navarra. En mayo de 1983, Vera presenta sus intenciones al Gobierno de Carlos Garaikoetxea, que por entonces aún estaba en las filas del PNV. Poco a poco van conociéndose algunos pormenores del plan. Que existe la intención de intensificar la presencia de la Guardia Civil y la Policía española en Euskal Herria. Uno de los objetivos del plan es romper con la desconfianza que suscitan los cuerpos policiales. Hay que recordar que la campaña «Que se vayan» ha nacido apenas cinco años antes, tras la masacre de los sanfermines de 1978.
- ¿Son los casos de cloacas del periodismo que se han conocido recientemente consecuencia del plan ZEN?
El plan ZEN es solo un peldaño más, quizá el más vistoso, dentro de la tradición de la guerra sucia contra la disidencia en España. Si dejamos al margen el franquismo y la transición, donde la persecución contra la oposición es manifiesta, las cloacas han existido desde el primer gobierno de Adolfo Suárez hasta nuestros días. Tras la muerte de Franco, no existe una ruptura categórica con el franquismo en ninguna de las institucionales fundamentales del Estado. Ni en la justicia, ni en las fuerzas armadas, ni en los cuerpos policiales, ni en los partidos políticos, ni en los grupos de prensa ni en la élite empresarial y financiera. Que desde el ministerio del Interior y sus policías se fabriquen pruebas contra la izquierda y contra el independentismo entra dentro de la normalidad en un régimen que nunca ha dejado de estar en manos de las élites conservadoras.
- ¿Por qué se escandaliza la gente con Inda cuando difama a Podemos y se le olvida que eso que está pasando ahora ocurrió durante muchos años en Euskal Herria con otros muchos periodistas?
Cuarenta años de control mediático no son inofensivos. Ante la sensación de agresión colectiva que suscitaban los atentados de ETA, las mayorías populares de España han estado dispuestas a que se limitaran los derechos humanos, civiles y políticos. Forma parte de la doctrina del shock. Basta recordar que los ataques del 11-S sirvieron al gobierno de Bush para emprender uno de los mayores recortes de derechos y libertades de la historia reciente de Estados Unidos. El miedo es el arma más poderosa de control social y permite gobernar sobre una masa social acrítica y domesticada.
- En la página 112, el Plan ZEN dice que es necesario «conseguir que la sentencia absolutoria por denuncias de malos tratos o torturas sea instrumento jurídico suficiente para que actúe contra el denunciante por falsedad (denuncia falsa)«. ¿No está implícito aquí que el Ministerio de Interior intenta influir en las decisiones judiciales o guiar actuaciones policiales?
Los sucesivos gobiernos españoles de nuestra era democrática han sido colaboradores necesarios de la tortura. No solo han permitido detenciones incomunicadas cada vez más extensas, sino que además han conseguido culpabilizar a la víctima. Uno de los mitos más extendidos por el discurso oficial es que las denuncias de tortura formaban parte del «manual de ETA». De esta forma, cualquiera que sufriera malos tratos en la comisaría y se atreviera a denunciarlo, aparecía públicamente señalado como terrorista. Nunca hemos conocido ese hipotético «manual de ETA». El plan ZEN, en cambio, sí es un manual para el encubrimiento de la tortura.
- En la página 117 del capítulo V cuando trata de las acciones psicológicas contra la población dice que «El problema tiene vertientes policiales, pero es básicamente un problema de comunicación. Comunicación para ir disminuyendo el número de votantes que todavía apoya el terrorismo, comunicación para negociar una salida aceptable y digna para el estado«. Habla de «técnicas policiales para controlar, neutralizar y quebrantar su moral en un primer paso«. ¿De qué técnicas policiales se trata?
Este fragmento es revelador porque deja al descubierto que la intención del ministerio del Interior no es tanto garantizar la seguridad ciudadana como intervenir en la realidad política. En cuanto a las técnicas policiales, es fácil intuir a qué se refiere. Hay que tener en cuenta que las detenciones indiscriminadas y la tortura no solo permiten neutralizar al oponente, sino que además tienen un efecto disuasorio sobre aquellos que participan activamente en la vida política.
- También recomienda el Plan ZEN «explicar en todas las restricciones que puedan sufrir los ciudadanos en registros, controles y demás intervenciones policiales por qué estas son necesarias culpando de las molestias a los terroristas«. ¿Explica esta directriz el alto número de controles policiales innecesarios que sufre la población de EH desde hace décadas?
Los controles antiterroristas en Euskal Herria responden a una escenificación de las relaciones de poder. Más allá de la eficacia policial, los chequeos y las identificaciones continuadas son una mera exhibición de autoridad frente a la población civil.
- En el Plan ZEN también se aconseja «dar informaciones periódicas a través de terceros –o potenciar las que surjan- que difundan enfrentamientos entre terroristas, sus ideologías foráneas, sus negocios sucios, sus costumbres criticables, etc. Basta que la información sea creíble para explotarla«. ¿Invita esta prerrogativa a lanzar lo que hoy se denomina como fake-news contra aquellos que fueron detenidos y juzgados por pertenencia a ETA, aunque después se demostrase que nada tenían que ver con ETA?
Algunas pautas son tan elementales que las vemos de forma cotidiana en la prensa de nuestros días. Por ejemplo, la llamada a denunciar la «ideologías foráneas» del oponente es exactamente lo que hacen las cloacas cuando tratan de vincular a Podemos con Venezuela. El apartado de las «costumbres criticables» es un clásico. En 2008, el ministro Pérez Rubalcaba declara ante la prensa que los miembros de ETA tienen una «moral poco clara» porque «se fuman unos cuantos porros». En fin, no son más que técnicas denigratorias del adversario en una clave que trasciende lo político. La máquina del fango.
- En otro apartado en su página 119 propone el plan ZEN «potenciar o premiar la publicación periódica en los diarios vasco-navarros los beneficios económicos, energéticos etc. que reciban de otras gentes de España y los hechos históricos y culturales comunes.» Además, sugiere «subvencionar un buen folleto sobre «La verdad sobre la nueva ETA» con manifestaciones de vascos líderes«. ¿Quiere esto decir que determinados periodistas, tertulianos o publicaciones recibieron dinero del Ministerio de Interior por publicar este tipo de «informaciones»?
Aunque es un secreto a voces que los gobiernos quitan y ponen tertulianos, existen forma más sutiles de propaganda. Esto que propone el plan ZEN no es muy diferente de la ofensiva que han impulsado Josep Borell e Irene Lozano para promocionar la marca España. Si el gobierno de Sánchez ha emprendido este proyecto es porque sabe que la represión durante el 1-O contra Cataluña y el proceso judicial contra los líderes independentistas tiene un coste en términos sociales y de simpatía internacional. Por eso han diseñado esta operación de propaganda y en una clave similar jugó el gobierno de Felipe González mientras el plan ZEN permaneció vigente.
- El Plan ZEN también propone acciones sobre la organización terrorista y colaboradores como «observarles y vigilarles para que se sientan inseguros. […] Enviarles avisos, amenazas etc. y hacerles llamadas a horas intempestivas que les mantenga en constante estade (sic) de inseguridad e inquietud.» ¿De qué forma se materializó esta consigna del Plan ZEN en los ochenta y en los noventa del siglo pasado?
Es conocido que en Euskal Herria ha operado una extensa red de informadores. Que los controles policiales cumplen la función de transmitir inquietud entre los activistas. Que las redadas y los interrogatorios son una herramienta policial no solo para capturar sospechosos sino también para incidir en la guerra psicológica contra el enemigo.
- El plan ZEN también pretende «dificultar e impedir la publicación di (sic) noticias que sirvan de publicidad a los terroristas.» ¿Cómo hay que entender esta consigna ¿Hay reportajes inéditos de Kale Gorria o Ardi Beltza?
Ardi Beltza terminó cerrada por orden del juez Baltasar Garzón y Kale Gorria no pudo sostenerse después de la dinámica represiva contra Pepe Rei. Cuando Garzón mandó cerrar Egin, este diario tenía uno de los equipos de investigación más eficaces del Estado. Por el camino han sido clausurados otros medios como Egin Irratia, Egunkaria, Gaztesarea, Ateak Ireki y Apurtu. Ahora mismo, Gara tiene que afrontar una deuda ilegítima de más de tres millones. El director de Egin, Jabier Salutregi, permaneció encarcelado durante siete años y medio. El director de Egunkaria, Martxelo Otamendi, denunció torturas de la Guardia Civil y Estrasburgo terminó condenando a España. Creo que la estrategia contra la prensa vasca ha sido bastante notoria y además muy eficaz.
- ¿En qué tesitura están ahora los periodistas que han participado en las tramas policiales y periodísticas y han sido descubiertos o están a punto de descubrir?
Para empezar, los periodistas que han descubierto las tramas están fuera de los grandes medios. Desde luego, fuera de Atresmedia, que es uno de los grupos de prensa cuya colaboración con los tentáculos de la cloaca parece más que evidente. Al contrario, los periodistas que han sido señalados como títeres de Villarejo y de Interior permanecen en sus puestos y continúan difundiendo su discurso sin obstáculos. Por lo demás, el asunto está en manos de la justicia.
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