Catalina de Erauso | Entrevista a Ana Garrido 2
- ¿Cómo intentaron convencerla de que firmara contratos que vulneraban la ley? ¿Se acuerda de las palabras exactas que le decían o las insinuaciones de los cargos políticos cuando se negaba a vulnerar la ley
Ellos no te dicen directamente “firma aquí”, por lo menos en mi caso. Funcionaba distinto. Cuando estaba elaborando pliegos de condiciones en mi Departamento, que era el de Juventud e Infancia, el procedimiento es siempre el mismo.
Se trata de elaborar un pliego de condiciones para cubrir los servicios de la población, se publicita, hay un informe jurídico y luego se presentan los licitadores. Finalizado el plazo, me tocaba hacer un informe con las empresas que se habían presentado. Había determinados servicios en los que antes de que elaborara dicho pliego de condiciones, me sugerían que había que adjudicárselo a determinadas personas, de manera que me estaban insinuando que hiciese el pliego de condiciones a medida de eas personas o empresas. Yo hacía oídos sordos y continuaba haciendo mi informe atendiendo a criterios técnicos objetivos, como siempre había hecho.
En ocasiones, querían que incluyese a alguien que ni tan siquiera reunía los requisitos como cuestiones que tenían que ver con la titulación –me estoy acordando de una contratación muy nimia, en comparación con lo que vendría después, un curso de yoga-. Tenía que buscarme “aliados” que avalaran mis informes por escrito, lo cual era bastante complicado dentro del ayuntamiento, en una situación en la que todo el mundo tiene miedo. Así que contacté por correo electrónico con la Asociación Nacional de Profesores de Yoga y pregunté los requisitos necesarios para impartir determinadas clases. Incluí toda la documentación, para después remitiría al Secretario de la Corporación Municipal. Evidentemente, en algo tan específico e insignificante, no se iba a “pringar”. Como todo era por escrito, tenían menos margen de maniobra y no me volvían a decir nada. Entonces se quedaban con la “pataleta “ de que no se le había adjudicado el contrato a quiEn ellos querían.
Podría poner infinidad de ejemplos, pero hay dos ejemplos significativos: Uno cuando se construyó la casa de Juventud e Infancia. Cuando se construye un edificio para dar servicio a la población intervienen en ese proceso dos técnicos: por un lado, el técnico de urbanismo que es quien supervisa la obra con la empresa contratada y, por otro, el técnico del área para quien va destinado el edificio. Es un proceso que duró años y, en su momento, presenté un informe con las necesidades que debía cubrir el edificio. Entre las necesidades que debía cubrir estaban aulas de ensayo para grupos de música joven del municipio (que tenían que estar insonorizadas) o aulas de estudio, un laboratorio de fotografía, etc. Durante la ejecución de la obra, tanto el arquitecto municipal como yo teníamos que ir a hacer visitas. Yo veía irregularidades, como que el acceso para minusválidos no estaba contemplado, las salidas de incendios no cumplían la normativa, etc… Me acuerdo que era un edificio que tenía muy pocas ventanas, eran muy alargadas horizontalmente y estaban muy altas. Le dije al arquitecto de la empresa Ortiz, empresa que ha salido en los medios como presuntamente vinculada a la trama Gürtel que el edificio era para gente joven y que tenía que tener más luz natural, como había pedido en mi primer informe. El arquitecto dijo que había puesto las ventanas de ese tipo para que invitase al recogimiento como en la época de las ermitas románicas. ¡Me estaba tomando el pelo descaradamente! Pero lo peor para mí era que ni la concejal ni el arquitecto del ayuntamiento decían nada. Nos enfrascábamos en discusiones muy fuertes, pero por parte del ayuntamiento era yo la única que protestaba y parecía que la rara era yo. A raíz de todas estas discusiones conseguí algunos cambios en la casa, pero recuerdo que, en cierta ocasión, un arquitecto me dijo “Ana, es que, esta vez, tu alcalde ha pedido más comisión de lo habitual. Por eso podemos hacer modificados”. Claro, ahí comprendí todo…
Por otro lado, me tendían trampas para que cayese en alguna ilegalidad. De esto me daría cuenta después, a pesar de que siempre he tratado de ser muy cuidadosa. La experiencia te hace estar muy pendiente y ser muy meticuloso, sobre todo en temas de contratación y de prevención, respecto a procedimientos administrativos.
También hubo una vez que me llamaron de alcaldía y me dijeron que todos los seguros que teníamos que contratar desde Juventud los teníamos que contratar con Alberto de Lope (imaginaba que era una empresa de un amigo del alcalde). Cómo eran cantidades menores, aunque estábamos acostumbrados a pedir tres presupuestos a empresas de seguros Boadilla, es verdad que no había que sacarlo a concurso. Pero directamente me dijeron que contratase con esa empresa que estaba en Villalba. A día de hoy, Alberto de Lope está imputado en el caso Gurtel. Desconozco si continúa imputado.
Con esto de los seguros, pensé que si a todos los departamentos habían dado la misma directriz, lo que estaban haciendo era un fraccionamiento de contrato encubierto. Las facturas pasaban individualmente por cada departamento, pero el montante total era mucho más grande y hubiese requerido un concurso público.
Respecto a lo de trampas recuerdo perfectamente cuando me opuse a coordinar Summercase, un macrofestival para jóvenes. Había muchas irregularidades en todo y ahí estaban implicados todos los departamentos del ayuntamiento. Lo coordinaba externamente una empresa y las directrices nos las marcaba una mujer desde una empresa externa que en aquella época era la mujer de Juan Costa, por entonces diputado del PP en Valencia y hermano de Juan Costa. Cuando yo dije que me negaba a ser parte implicada en la organización del evento, nos dijeron que desde Juventud diésemos difusión al tema de las entradas. Había varios departamentos a los que nos encargaron que vendiéramos las entradas. Ahí sí que es verdad que me la colaron: El empleado público tiene que tener un nombramiento especial para hacer gestiones de tesorería, es decir para movimientos de caja (como el funcionario que vende las entradas de las obras de teatro o para acceder a la piscina municipal, etc.).¡
En aquel momento, estaba tan pendiente de que no me la colaran por otro lado que me la colaron por éste. El personal de mi departamento vendía las entradas, y respecto al dinero recaudado, a mí me asignaron ingresarlo en un nº de cuenta que me facilitaron desde alcaldía. ¡Cómo pude ser tan tonta!
Menos mal que cuando hacía los ingresos y ponía “por orden de alcaldía”, entregaba la copia al Departamento de Asuntos Económicos, con mi firma. Aún a día de hoy los abogados de los imputados en la trama Gürtel y en ciertos medios de comunicación, tienen la desfachatez de acusarme de que yo estaba implicada en la trama porque ingresé ese dinero a una cuenta de la trama Gurtel. Hay que tener cara y maldad para orquestar tal maniobra. Reconozco que ahí pequé de ingenua, tenía que haberme negado en rotundo a que mi departamento vendiera las entradas y buscar la fórmula para que el dinero de la venta de las mismas se ingresara directamente en Tesorería.
2. ¿Cree que algunos compañeros suyos llegaron a firmar contratos por presiones ejercidas por cargos políticos?
Estoy convencida de que varios compañeros sí firmaron contratos sometidos a presiones. Pero, si te digo la verdad, creo que la gran mayoría de los que firmaron no fueron por presiones sino porque entraron en la rueda de la corrupción. De hecho, mientras que a algunos nos ponían un tapón en nuestra carrera laboral, a estas personas les hacían unas subidas de sueldo increíbles. Si estaban interinos, sacaban sus plazas a oposición, pasando a ser fijos; con plaza en propiedad de por vida y unos sueldos desorbitados.
También recuerdo un cargo de confianza… Un cargo de libre designación nunca puede firmar un informe técnico, y recuerdo que en el caso de la construcción del edificio del Deporte y la Salud que lo llevaba Hispánica, había un cargo de confianza, Juan Carlos Rey, que era de Deportes. Ahí se modificó el proceso en contra de lo que decían los técnicos municipales. Este señor pasó de ser cargo de confianza metido a dedo a ser funcionario, y continúa a día de hoy. También he visto cómo compañeros míos que tenían un puesto de una categoría equivalente a la de un administrativo, de repente, pasaban a tener tres casas. No puedo afirmar que esto que estoy contando fuese por firmar, pero los hechos hacen pensar que estas personas que firmaron fueron cómplices. En mi opinión, una minoría fue por presiones y la gran mayoría lo hizo porque fueron beneficiados. No hay político corrupto si no hay funcionario corrupto. En algunas ocasiones, me enfrentaba a ellos diciéndoles que flaco favor nos estaban haciendo a los que no queríamos pasar por el aro. A ellos les daba igual porque estaban funcionando como los políticos.
Tras la salida de Panero y la llegada del actual alcalde, Antonio González Terol, la oposición ha pedido en varias ocasiones que se investiguen todas las adjudicaciones de la época de la trama Gürtel, para determinar qué técnicos del ayuntamiento firmaron esos informes. La respuesta del portavoz del grupo popular es que les parece una falta de desconfianza a los funcionarios. Es para echarse a reír o a llorar, ¡de qué manera toman por idiota al ciudadano!
Mi opinión personal es que al actual equipo de gobierno del ayuntamiento de Boadilla le interesa tener a técnicos que firmen lo que ellos quieren. Es decir que funcionan como en la etapa anterior con Panero. Y más en este momento, cuando parece que Terol va subiendo como la espuma dentro del Partido Popular: Alcalde, Diputado Regional, Diputado Nacional…
¿Podrían ser las recompensas obtenidas por encabezar un Ayuntamiento que ha ejercido como acosador contra mí, durante su mandato? Me gustaría recalcar esto, ya que muchas personas creen que el acoso se produjo sólo durante la eta pa de Panero; sin embargo, los hechos probados del acoso han sido aún más brutales durante el mandato de Terol.
Pero nunca sabremos quién o quienes fueron los verdaderos acosadores, puesto que tras la Sentencia Firme del Tribunal Supremo, en la que condena al Ayuntamiento de Boadilla del Monte por acoso laboral contra mí, NADIE ha abierto diligencias para ver quién es el verdadero acosador, y el Ayuntamiento se niega a abrir una Comisión de Investigación para esclarecer los hechos.
Señores: Parece, por tanto, que he sido acosada por un edificio con cuatro paredes denominado Ayuntamiento de Boadilla del Monte. Eso sí, con personas dentro, pero sin demostrar quién es el culpable, aunque yo sí sé su nombre y apellidos.
Tiempo al tiempo…. No tengo ninguna prisa, y al final caerá.
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Siento orgullo de saber que hay personas como Ud, que no se dejan amedrantar por mafiosos