Catalina de Erauso | Entrevista a Jabier Salutregi 2
Cierre de EGIN
5. ¿Cuántos trabajadores perdieron sus empleos de un día para otro en EGIN?
No puedo precisar, después de 20 años, cuántos fueron los trabajadores que perdimos el empleo aquel 15 de julio de 1998. Creo que aproximadamente, entre trabajadores en nómina y colaboradores más o menos estables, alcanzaría la cifra de 300 (trescientos).
6. ¿Cuál era el patrimonio de EGIN a su cierre y dónde está a día de hoy?
El verdadero patrimonio de EGIN, sin duda, era el humano. En aquel proyecto informativo se formaron un par de generaciones de periodistas, cuestión de un valor incalculable. Periodistas que aprendieron el oficio en un medio que les dio plena libertad para ejercer y para informar sin cortapisas y sin censuras y que hoy en día trabajan en otros medios de comunicación sin que ninguno de éstos se haya visto en la obligación de enseñarles cómo es el oficio. Esto en primer lugar. En cuanto al patrimonio evaluable, debo decir que nunca he sabido cuál era exactamente el patrimonio no humano de EGIN (Orain SA). No entraba en mis labores la parte administrativa de la empresa; no obstante, debemos tener en cuenta en este apartado que el edificio de la central del periódico en Hernani y el solar donde estaba asentado era propiedad de la empresa editora (Orain SA), así como la sucursal en Iruñea y la rotativa que, si no recuerdo mal, costó alrededor de mil millones de pesetas de las de entonces. Además estaba el sistema operativo, la sección de montaje, con el ordenador central, un montón de papel amontonado en el almacén, mobiliario de oficina (otro montón)… En fin, varios millones.
Hoy en día, tanto el edificio, como la rotativa, los ordenadores, y todo el material incautado se ha convertido en un montón de basura inservible. Un patrimonio convertido en basura debido a la absoluta desidia del administrador nombrado por la Audiencia Nacional, tras el cierre, que no se gastó ni una peseta en una mísera escoba para quitar el polvo alguna vez. Una vez cerrado, EGIN fue abandonado a su suerte a sabiendas de que su deterioro iba a acabar por derruir una maravillosa rotativa y destrozar hasta casi su derrumbamiento el edificio. Así que, en respuesta a la segunda parte de la pregunta, el patrimonio de EGIN se ha convertido en un montón de basura donde reinan las ratas y otros bichos, crecen plantas salvajes y caen a pedazos trozos de pared sin que nadie haga algo para detener la molicie. Y en cuanto a quién pertenece esta ruina, no sabría contestar, pues el caso, desde el punto de vista judicial, se encuentra en un limbo ininteligible que por ahora tiene más incógnitas que los jeroglíficos etruscos.
7. ¿Qué ocurrió con las deudas que generó el cierre de EGIN? Me refiero a cuotas de la Seguridad Social, alquileres, pagos a proveedores, salarios, etc.
Teníamos deuda contraída, aceptada y pactado su pago con la Seguridad Social. El cierre no permitió que se cumplieran estos pagos que, repito, estaba pactados, dado que el periódico respondía a ellos en tanto generara dinero con la venta de los ejemplares diarios y obtuviera beneficios con la inserción de publicidad. Tras la acción del juez Garzón, el Tribunal Supremo dictaminó años después que el cierre no se ajustaba a derecho. Dicho de otro modo, no se podía proceder a su cierre. No era legal. No obstante, para rizar el rizo, los jueces (no sé cuáles) endosaron la deuda de EGIN con la Seguridad Social a la editora del periódico Gara, en tanto que estimaron se había dado un supuesto de “continuidad de empresa”. Algo que no se puede sostener ni con pinzas, pues además de ser dos empresas diferentes por quedar sepultada una de ellas por una bárbara acción judicial, cortando así cualquier hilazón entre ambas,… ¿como puede aceptarse que de un cierre empresarial absolutamente ilegal pueda sobrevivir una “continuidad” legal? Se supone que si el cierre de EGIN fue ilegal, -una prevaricación más del inefable juez Garzón- la Seguridad Social debía pedir el pago de su deuda al maestro armero, o sea a la Audiencia Nacional, quien con el cierre impidió que la Seguridad Social pudiera ir cobrando su deuda.
Por lo demás, desconozco cómo se arregló, o no, el pago a los proveedores, alquileres de locales etcétera. Si me consta que el FOGASA desembolsó la parte proporcional de las indemnizaciones de los trabajadores, lo que palió un tanto el drama que supuso el cierre y la consabida pérdida del puesto de trabajo.
8. ¿Tuvo el Sindicato Manos Limpias algo que ver con el cierre de EGIN?
Que yo sepa no. El “impulso” que provocó el cierre provino del Gobierno de Aznar. Es decir, fue una decisión política adoptada, casi con toda seguridad, en un Consejo de Ministros. Esto no quita para que este y otros organismo de esta índole presionaran para que el cierre se llevara a cabo.
En este punto, cuando hablo de presiones, no puedo ni debo olvidar a quienes pusieron los cimientos, con dosis de violencia, para que el Gobierno de Aznar entrara en EGIN con botas y correaje: el Gobierno Vasco de Ardanza y Atutxa. Ambos personajes se distinguieron sobremanera con sus ataques furibundos contra el periódico. El primero, Ardanza, llegó a pedir nuestro cierre “por higiene democrática”(sic) y el otro, Atutxa, se empachó a soltar perlas como que nuestros ejemplares eran “50 gramos de amosal” o que el periódico”emborronaba la mente”. Incluso llegó pedir públicamente que no se comprara el diario e invitó a que nadie insertara publicidad en nuestras páginas.
En cuanto a la participación de “Manos Limpias” desconozco su actuación. De hecho, en la Vista Oral del Sumario 18/98 únicamente se personó como acusación particular la AVT con sus dos abogados y se impidió sumarse a otros organismos como “Dignidad y Justicia”, por estar fuera de tiempo su solicitud, lo que, curiosamente, fue sorprendente, dado que los de ¨Dignidad¨ fueron los únicos que siguieron diaria y militantemente la sesiones del juicio; mientras que los de la AVT ni aparecieron. Tampoco lo hicieron los de Manos Limpias.
9. El cierre de EGIN por orden judicial¿Qué tipo de artículos de investigación periodística había publicado EGIN poco antes de que Garzón decretara su cierre cautelar?
No recuerdo todos los reportajes de investigación que publicó EGIN. Ciertamente no fueron pocos. Nombraré dos que por su importancia fueron muy comentados y que pusieron muy nerviosos a dos partidos políticos: al PNV y al PSOE.
Al primero me consta que le costó un enorme disgusto el asunto de las ¨tragaperras¨. Un tema que los jelkides quisieron esquivar desde el primer momento pero que ni pudieron ni supieron cómo mantener distancia de él.
El PSOE se las tuvo que ver con unos reportajes cuya temática todavía hoy día están de actualidad: los exámenes apañados para ocupar plazas de celador y similares en Osakidetza.
Fueron informaciones veraces y rigurosas que suscitaron varias declaraciones por parte de los dos partidos que amenazaron con terribles denuncias judiciales, pero que quedaron en agua de borrajas.
Hubo, cómo no, investigaciones sobre el mundo del narcotráfico y de sus múltiples ramificaciones con la extrema derecha, y del mundo del hampa en general. Informaciones que salpicaron a personalidades de la política y de las FSE. En este punto recuerdo el ¨informe Navajas¨ que fue desempolvado gracias a Pepe Rei y su equipo.
Casi hasta el final, EGIN tenía en cartera la publicación de varias investigaciones. Recuerdo que estábamos a punto de publicar sobre un tema de pornografía infantil y que Pepe Rei tenía la intención, a este respecto, de presentar una denuncia oficial sobre el caso ante el mismísimo juez Garzón. No recuerdo qué es lo que ocurrió con este asunto.
10. ¿Cómo fue el día del cierre? ¿Vino algún juez con la policía?¿Es verdad que las FSE rociaron con agua las máquinas donde se imprimía EGIN para dejarlas inservibles? ¿El cierre de periódicos fue un plan para ahogar el activismo social tan arraigado en Euskal Herria?¿Fue el cierre de esos periódicos un aviso a navegantes para periodistas que trabajaban en otros medios?
La madrugada del cierre, el 15 de julio de 1998, me encontraba de vacaciones. Esa noche se celebraba una despedida de soltera de una compañera de la redacción y cuando recibí la llamada, a las cinco de la madrugada aproximadamente, creí que me llamaban para recordarme que yo no había asistido a la celebración. Pero al otro lado del teléfono no estaba ningún amigo. Una fuerte voz de hombre se presentó como inspector de policía y me anunció que un contingente de la Policía se encontraba ocupando la redacción. Acto seguido me pasó el teléfono ´´al juez Garzón´´quien me preguntó quién era el responsable del periódico y, seguidamente, quiso saber dónde me encontraba.
Le respondí y ahí se terminó la conversación. De las mismas me puse en marcha y tomé el primer avión para Euskal Herria. Llegué siete horas justas después de que EGIN fuera tomado por un importante contingente armado de la Policia Nacional.
Según me contaron los currelas que estaban a esas horas de la madrugada en el momento del cierre del periódico, a las cuatro y media o cinco (no lo recuerdo bien), oyeron unos golpes en la puerta de entrada a la rotativa y al abrir se encontraron con el montón de policías, armados hasta los dientes, que al serles franqueada la puerta entraron en tropel. A partir de ahí, las fuerzas policiales tomaron todos los puntos del edificio y procedieron a inutilizar la rotativa. Para ello se dedicaron a llevarse una pieza de la máquina que, según ellos, la paralizaba. No es verdad que vertieron líquidos ni tomaron ninguna otra medida para destruirla o dejarlas inservibles. De hecho, y según me contaron los técnicos en la materia, la pieza que requisaron de la máquina ni siquiera impedía que la rotativa pudiera funcionar. Dicho de otro modo, los que llevaron la operación no tenían ni idea de cómo funcionaba la rotativa.
Creo sinceramente que Aznar y el Partido Popular quería llevar a cabo todo un progromo contra la izquierda abertzale (Aznar: ´´todos a la cárcel´´) y no quería que ningún referente de esa izquierda abertzale quedara fuera de su proyecto persecutorio. Además, en el caso de EGIN, contaba con el beneplácito del Gobierno de Lakua, con un Ardanza y un Atutxa obsesionados en criminalizar a nuestro periódico a la mínima.
Y el Gobierno español, vio que el momento ideal para cerrar EGIN era el que se daba en aquél momento en el que el Gobierno de Gasteiz cargaba con todas sus fuerzas contra nuestro rotativo y pedía, incluso, oficialmente, nuestro cierre. Con este pasillo rojo extendido por Ardanza y Atutxa, el Gobierno de Aznar sólo tuvo que aguijonear al gran divo de la judicatura, Baltasar Garzón, para destrozar el proyecto informativo de la izquierda abertzale y dar un paseo militar por esa alfombra extendida por esos dos mentecatos del PNV. Curioso que, en la manifestación de protesta por el cierre, casi de tapadillo, estuvieran miembros del PNV para mostrar su solidaridad. ¿Se dieron cuenta de que se les había ido la mano?
El cierre del periódico fue, sin duda, no solo un aviso a navegantes sino un acto bélico en toda regla con el que se iniciaba toda una gran operación contra todos los instrumentos políticos, culturales, económicos y sociales con los que actuaba la izquierda abertzale. A mi modo de ver fue el banderazo de salida para que la represión política se convirtiera en un auténtico “estado de excepción focalizado” en la izquierda abertzale, bajo el lema de ´´todo es ETA´´, y poder así desmantelar todo el entramado sociopolítico y cultural de un sector muy importante de la ciudadanía de Euskal Herria.
Y sí. Aquella operación, al grito de “todo es ETA”, estaba encaminada al amedrentamiento de la población vasca en general y a levantar el espíritu patriotero español en el resto de la España imperial. Una especie de ensayo y de adelanto del artículo 155 que actualmente se ha aplicado en Catalunya convirtiendo la Constitución en un gran garrote contra quien ose ir en contra de la unidad española y cuestione la política centralista. Por lo tanto, también sirvió como “aviso de navegantes”, toda vez que la operación jurídico-policial intentaba arrasar contra toda estructura que se levantara para “hacer país”, que es un eufemismo utilizado por aberzales de diferentes sensibilidades con el que se quiere decir reconstruir Euskal Herria.
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