Catalina de Erauso | Entrevista a Ana Garrido: El azote de la Gürtel I
Esta es la primera entrega de una entrevista exhaustiva a Ana Garrido, acosada por numerosas personas en el ayuntamiento donde trabajaba, vilipendiada por algunos medios de comunicación y premiada en numerosas ocasiones por su incansable lucha contra los corruptos. Su colaboración con la justicia ha sido determinante para investigar el caso Gürtel y procesar a los implicados en él. Su último premio se lo ha concedido Transparencia Internacional. Los grandes medios no se hicieron eco de ello. A nivel internacional, ha dado muchas entrevistas.
En lo que sigue, nos relata cómo funcionaba el acoso laboral en el ayuntamiento de Boadilla del Monte.
Usted ha sido víctima de acoso laboral en el Ayuntamiento de Boadilla según sentencia firme del TS. Su ayuntamiento está involucrado en la trama Gürtel. ¿Puede resumir brevemente los momentos más intensos del acoso laboral sufrido en Boadilla del Monte hasta que decidió rescindir tu contrato?
Considero que ha habido tres fases de acoso y parece que está empezando una cuarta etapa. La primera fase de acoso laboral como tal, fue en la época de Arturo González Panero alias “el albondiguilla” cuando este era alcalde de Boadilla del Monte. De los momentos más desagradables que recuerdo es cuando me degradaron profesionalmente después de haber pasado por el periplo de desautorizaciones continuas delante de mi equipo, por tener reuniones sin contar conmigo cuando yo era la jefa del departamento, entre otras muchas cosas. Bueno, era un pulso continuo con mi concejala inmediata en aquel momento en el ayuntamiento. Y, finalmente, me degradaron porque yo no acataba las directrices del “albondiguilla”. Mi concejala hacía de intermediaria. Uno de los días más frustrantes fue cuando ella entró en mi despacho y me tiró una hoja encima de la mesa diciéndome en tono amenazante “quien ríe el último ríe mejor”. En la hoja ponía que me degradaban profesionalmente. En aquel momento mi puesto era de Directora de Juventud e inmediatamente me hicieron cambiar de despacho para tener que pasar el castigo y la humillación de meter todas mis cosas en cajas y pasarlas al despacho contiguo delante de mis compañeros. Era un despacho idéntico al mío. Me mandaron cambiar de despacho porque ya no era la directora. Era como decir a los compañeros: “ya no es vuestra jefa. Pasa a ser una más” cuando llevaba más de 20 años siendo jefa del departamento. ¡Con lo fácil que hubiese sido cambiar el letrero de la puerta con mi nuevo cargo aunque fuese inferior! Todas estas cosas pasan cuando estás en Comisión de Servicios y lo hacen además conscientemente porque dependiendo de si eres proclive a sus directrices y entras en la rueda, obtendrás más prebendas laborales. Y tienes más estabilidad. Yo tenía mi plaza de menor categoría en propiedad y llevaba ya 4 años en Comisión de Servicios. El objetivo era humillarme.
Durante la época de González Panero hubo muchos desplantes y vacíos. De hecho, recuerdo que me comentaron algunos compañeros que tenían directrices de no desayunar conmigo, a mis compañeros concejales los abroncaban si lo hacían. Total que acabé desayunando sola. Pedí una excedencia y me fui a Costa Rica cerca de dos años. A la vuelta, es cuando empieza la segunda fase de acoso. Esperaba que el acoso iba a terminar porque venía un nuevo alcalde que, en teoría, venía a limpiar todo lo de la Gürtel. Pero no fue así. Quiero dejar claro que es precisamente es en esa etapa cuando denuncio el acoso. En la etapa anterior no lo denuncié. Y el ayuntamiento fue condenado por el acoso en esa etapa. La gente piensa que yo fui acosada en el mandato del albondiguilla pero eso siguió ocurriendo después también y fue peor porque la situación fue deteriorándose. Ese alcalde es el actual alcalde, Antonio González Terol. Lo peor estaba por venir. Y fue en la etapa de Terol en la que denuncié el acoso y no en la anterior del Albondiguilla. Cuando me incorporé, tras la excedencia, al principio fue todo normal, despachaba con mi jefe normalmente todas las semanas, pero después ya fue in crescendo. Un día me echaron una bronca porque decían que me habían visto con un policía judicial. Cosa que no era cierta pero podía haberlo sido. Yo había colaborado con la UDEF y seguía haciéndolo, a pesar de que ellos no lo supieran. A raíz de eso mi jefe dejó de recibirme semanalmente, me dejaba plantada y, a consecuencia de ello, estaba todo el trabajo paralizado. Y yo me decía si González Terol viene con la consigna de limpiar todo lo que tiene que ver con la Gürtel, no entendía por qué me abroncaron.… Todo hay que decirlo, yo volví porque venía un nuevo alcalde y se había divulgado que venía a limpiar todo lo que oliese a Gürtel. Por eso no entendía su actitud de abroncarme en caso de haberme visto con un policía judicial. Estaba entre la espada y la pared porque recibía presiones de mi equipo además de los desplantes de mi jefe. Mis compañeros me recordaban que faltaba una firma y yo les decía que no me recibía el concejal. Llegó un momento en el que me encaré con el concejal y le pregunté que qué estaba pasando. Me dijo que tenía la directriz de hacerme la vida imposible, que me lo iban a hacer pasar muy mal…Todas estas frases están recogidas en la sentencia por acoso. ¡Es que hay tantos momentos que recuerdo….! Otra vez intentaron poner una queja falsa contra mí. Resulta que un vecino de Boadilla interpuso una queja porque decía que yo me negaba a recibirlo. Que había llamado no sé cuántas veces. Resulta que era todo mentira. Los dos conserjes testificaron delante de él que ese señor no había llamado nunca. Creo que, de alguna manera, estaban buscándome las vueltas para abrirme un expediente. En la etapa laboral, una vez que presento la denuncia por acoso, fue para mí muy desgastante. Ha sido mucho sufrimiento porque ellos cada vez que ganaba la sentencia, la recurrían. Eso lleva un desgaste tremendo porque la sentencia no se llegaba a ejecutar. Estar años esperando y ellos inventan cosas para demorar la sentencia quetras varios años, finalmentefue condenatoria en el TS.
Ahora voy a hablar del acoso recibido que no ha sido en el ámbito laboral. El mayor acoso que he recibido ha sido después de que ya no estaba físicamente en el ayuntamiento. Quiero dejar claro que fui yo quien renunció al cargo porque, a pesar de ser empleada pública con plaza en propiedad; no tenía opción a permutas y por tanto,a traslado a otra entidad de la Administración Pública. Mucha gente se plantea la pregunta que cómo un funcionario puede perder el empleo. Yo no era funcionaria sino personal laboral fijo por oposición, con una antigüedad de 20 años. En ese caso, a pesar de tener unos procesos igual de rigurosos para acceder, a efectos de extinción del contrato los procesos judiciales de los funcionarios se regulan vía contencioso administrativo; mientras que en el caso de los laborales, nos regimos por elJuzgado de lo Social que corresponda. Cuando gané la sentencia en el TSJM, tenía la opción de reincorporarme o de extinguir el contrato laboral. Me lo pensé y me dije qué más da que me cambien de departamento si el acoso es institucional. No sirve de nada cambiarse de puesto de trabajo dentro de este ayuntamiento. Fue muy penoso tirar todo por la borda y, además, como ellos recurrieron; la sentencia no se ejecutaba. ¿Qué significaba eso? Para mí es otra forma de acoso dejarte en la ruina. Esta liquidación va por tablas, ya que es equivalente a un despido improcedente y tenía derecho a percibir un dinero como cualquier trabajador despedido más la parte de daños morales que estimó el juez. Al recurrir al Supremo, me quedé en una indefensión económica total y prácticamente en la indigencia. Para mí el acoso fuera del ámbito laboral ha sido peor que dentro del ámbito laboral porque comenzó una campaña de desprestigio en los medios de comunicación con difamaciones, injurias, calumnias… Claro, todo perfectamente orquestado e incluso llegaron a imputarme en un delito por infidelidad de la custodia de documentos. Ahí yo creí morir porque pensé que después de haber sido yo quien denunciaba era la que iba a terminar en la cárcel. Tuve la gran suerte que me tocó una fiscal que se estudió el caso en profundidad y pidió con infinidad de argumentos jurídicos, el archivo de la causa, por lo que la jueza lo archivó definitivamente por considerar que no había indicios constitutivos de delito. Se pasa muy mal con ese acoso porque es un acoso a mil bandas. Para mí es como la nueva tortura del siglo XXI. No es ya acoso laboral sino a nivel personal en todos los ámbitos de tu vida.
Para leer más, pinche AQUÍ
Si desea leer más artículos de Catalina de Erauso, pinche AQUÍ
Yo sigo muy de cerca a Ana Garrido
Para mí una mujer muy valiente
Y si es verdad el acoso laboral es destructivo
Dentro de la empresa
Pero es peor aún una vez que has denunciado
Yo también lo denuncié
En mi caso, soy aparadora del calzado de Elche
Y fui acosada por mi propio abogado
Que me quería obligar a pactar con la empresa
Tuve que renunciar a ese abogado
Yo, en mi caso, como Ana
También perdí el juicio
Y lo tengo recurrido
Todavía no se ha resuelto mi situación
Pero personalmente
Considero que la condenada soy yo
Ya que soy yo la que ha perdido el trabajo
La que está en las listas negras
Y la que está arruinada
En España la justicia deja mucho que desear.