Begoña Zabala González | Nosotras paramos. Emakumeok planto!
Dos semanas antes de la movilización del 8 de marzo era una suerte anunciada el éxito descomunal que iba a tener. Ya no se trataba de explicar, de justificar, de anunciar, de invitar,… sino que todo el mundo señalaba lo acertado de la convocatoria de la Huelga Feminista. Aquí, “Euskal Herriko Mugimendu Feminista” (Movimiento Feminista de Euskal Herria) lanza la campaña bajo el lema “Emakumeok* planto. Nosotras paramos” y abre una página donde se cuelgan los manifiestos, ruedas de prensa, pegatinas, folletos, folletitos,… para uso común. El movimiento feminista organizado no paraba de currar. Las asambleas de mujeres bullían de actividad y de ideas e iniciativas. Todo tipo de comisiones trabajaban sin mesura ni descanso. Cada día empieza a haber actividades, reparto de propaganda, buzoneos, coches con megáfonos, pancartadas, y todo tipo de acciones.
Si miramos con atención, vemos que esta vez no se trataba de la típica charla o cine o teatro, con los temas al uso de la mujer y el trabajo, historia del 8 de marzo, el movimiento ante los retos feministas o qué hacer frente a las agresiones machistas. Esta vez los cientos y miles de mujeres que se estaban juntando en montones de pueblos, ciudades, barrios, centros de trabajo, asambleas sectoriales de currelas, grupos de mujeres inmigrantes o jubiladas, o en paro, o baserritaras, lo hacían para escucharse a sí mismas y plantear y organizar las movilizaciones y acciones que las llevarían al 8 de marzo a organizar la huelga feminista.
Cada uno de estos grupos planificaba para su espacio lo que iba a hacer. Elaboraba su propia propaganda imprimiendo la disponible en la página “Greba feminista” o diseñando la adecuada a cada necesidad. A la vez, se editaban los calendarios, para poder compatibilizar las citas o para juntarse a otros pueblos o iniciativas. Las convocatorias centrales para el propio 8 de marzo se fijan a las 12 del mediodía y a las 20 horas de la tarde. Cada localidad elige el lugar al que va a acudir, si bien la visibilización en los carteles se hacía para Euskal Herria en la cuatro capitales. Aunque no estuviésemos juntas, todas a la misma hora estaríamos en la misma lucha. Lo mismo que coincidiríamos en el día con tantos millones de mujeres del Estado y de otros lugares del mundo.
En esta carrera organizativa y propagandística el papel de las redes sociales y de todo tipo de instrumentos de comunicación entre nosotras ha sido esencial. No había día en la que no aparecía una canción, unas fotos, un nuevo texto, un vídeo, una recuperación de una historia. La utilización de estas nuevas tecnologías de la comunicación manejadas por sabias manos de mujeres, nos han dado material de sobra para la extensión de los programas.
La presión y la tensión del momento han sido tales que todo el mundo se ha tenido que retratar. Era la pregunta del día, especialmente a personajes políticos y conocidos de las altas instancias: “Y usted, ¿va a hacer huelga?” o “¿apoya esta huelga?”. Y hasta las contestaciones han servido para el debate.
Entre las mujeres la mayoría se sentían llamadas en alguno de los frentes abiertos: “¿Vas a parar?, ¿cuánto tiempo? Y las criaturas, ¿las llevas al colegio? ¿Hacemos las comidas autogestionadas en la peña o en la sociedad? De comprar, ni hablar. Yo pienso desconectarme del móvil de once a tres. A mi madre que la cuiden hoy los chicos.”
Se pueden contar muchas, muchísimas cosas más. Algunas anecdóticas que han dado mucho juego, como las declaraciones del obispo Munilla de Gipuzkoa, que ha salido con esa pata de banco de que las feministas están poseídas por satanás o por el diablo. ¡Que no se meta la Iglesia en nuestras vidas!, una vez más.
Todas estas actividades y otras más han hecho del 8 de marzo un éxito sin precedentes de movilización de las mujeres. Así que nos llega el turno de poner en orden las ideas y poder señalar los avances conseguidos. Y contestar a la pregunta del millón, que no paran de hacernos los medios ¿A qué crees que se debe este éxito? ¿Qué ha pasado este año para semejante movilización? Bien, pues ya podemos decir algunas cosas, la mayoría ya patrimonio colectivo de las feministas y mujeres activas, pues responde a lo debatido y comentado estos días. Otras de propia cosecha y menos colectivas, para contrastar con otras opiniones.
El hecho de que ya el año pasado se hiciera un llamamiento internacional, realizado en muchos países y estados, y se movilizaran muchísimas mujeres ante esta convocatoria, es un hecho de gran importancia. Incluso en el Estado español, hubo algunos paros parciales en el campo laboral, que fueron, -según las zonas y los sectores-, relativamente importantes, daban cuenta del ambiente, o las ganas, o la oportunidad de hacer algún tipo de llamamiento.
A partir de ahí el movimiento feminista ha sido capaz de hacer una lectura nueva y adaptarla para el singular llamamiento a la huelga. Recoger el debate del paro y la huelga feminista, no únicamente como huelga en el sector laboral, sino introduciendo los ejes de consumo, cuidados y centros educativos, ha sido una de los elementos, en clave de fotografía que ha ocupado realmente el espacio de visibilización de las ocupaciones de las mujeres. Todas las mujeres nos hemos podido sentir reflejadas en uno o varios de estos ejes. Esto ha conllevado un análisis importante de los mismos y una explicación vinculada a la importancia y al sesgo de género que tienen.
Así, sí se podía visibilizar muy gráficamente que si las mujeres paran, se para el mundo, tal y como está organizado. Incluso en los propios debates, ya más organizativos para calcular los paros y los horarios, ha habido muchas discusiones para realmente resolver esta contradicción que a diario la resuelven las espaldas de las mujeres. Y si una mujer hacer huelga, ¿quién atiende las tareas imprescindibles de supervivencia? Esto, además de debates, ha llevado a una organización colectiva y comunitaria muy interesante. Y se han buscado soluciones concretas en los propios márgenes familiares o en los colectivos. De ahí nace una explicación importante, aunque muchas no la comparten, de que mientras esta división sexual del trabajo siga siendo como en la actualidad asignada a las mujeres en estas tareas feminizadas, la huelga y la protesta tiene que ser un llamamiento a las mujeres. Es un forzamiento a que los hombres –en todos los trabajos que nos afectan- asuman por un día esas tareas. Pues las mujeres las hacen cada día para que ellos acudan a sus trabajos, o a donde quieran.
Sin duda un elemento muy importante para esta organización progresiva de la huelga ha sido la existencia de un movimiento feminista organizado relativamente fuerte. Pongo la expresión “relativamente” porque no me atrevo a calificarlo de una forma muy tajante y porque hay realidades muy desiguales. Lo que se quiere decir es que hay unas organizaciones feministas que, no solamente han estado a la expectativa de lo que sucedía para hacer el llamamiento a la huelga feminista, sino que rápidamente ha retomado unos nuevos niveles de organización y debate para hacer posible este llamamiento. Lejos de enquistarse en sus siglas o en sus pequeñas o grandes realidades organizativas y teóricas, se abre un paraguas organizativo muy amplio y se empieza un funcionamiento muy versátil en asambleas y en comisiones.
Hay que decir que desde hace algunos años las movilizaciones feministas en Euskal Herria se sucedían con mucho éxito de convocatoria. Graves son las causas para estas movilizaciones, pero es llamativo el incremento de mujeres y sobre todo jóvenas que han venido acudiendo. Ya desde la manifestación nacional en Iruñea, en protesta por el intento de repenalización del aborto, vía Código Penal, del Ministro Gallardón, en mayo de 2014 y en la siguiente en Gasteiz, rubricada por el lema “Feministok prest!, 11 agresiones, 12 respuestas” contra las agresiones machistas, en abril de 2016.
Sin duda las manifestaciones más sentidas, multitudinarias y contundentes han sido las realizadas a raíz de la violación múltiple ocurrida en los sanfermines de 2016. Ya desde que se produjeron los hechos, miles de personas salieron e interrumpieron la fiesta para realizar un a protesta imponente. Seguido de la actuación y manifestación de las Peñas a la salida de la Plaza de toros. Después en los siguientes 25 de noviembre, -el último, coincidente con la celebración del juicio oral,- se vuelve a reflejar una asistencia multitudinaria.
Hay que decir que las campañas realizadas previamente a las fiestas de Sanfermines y otras fiestas de pueblos, en contra de las agresiones sexistas, cuentan ya con una importante participación en su preparación y con miles de asistentes en las manifestaciones. Hay un caldo de cultivo, hay una preparación previa, hay mucha gente que se está organizando, hay muchas chicas que responden a los llamamientos y hay, de una forma importante, una contestación muy directa y espontánea.
No cabe ninguna duda de que la importancia mediática del tema ha ejercido una influencia muy favorable para el desarrollo de la huelga. Ya desde hace mucho tiempo, pero de forma insistente desde quince días antes, todos los medios de comunicación han hecho de este tema un referente, por todo tipo de medios a su alcance. Nosotras en Euskal Herria podemos destacar muchos medios amigos que han llamado de forma importante y han visibilizado al movimiento feminista. En este sentido, gran parte de la campaña se ha realizado desde los propios medios. Muchas veces, además, apoyando de forma explícita la huelga. Colocando enlaces en los digitales a propaganda del movimiento. Con ello queremos decir que hay muchas veces que nuestros temas tienen una proyección mediática importante. En este caso, no solamente es cuantitativa, sino cualitativa. El tratamiento de muchos medios de este tema ha sido certero. No hemos sido elemento de debate en las tertulias únicamente, como tantas veces se acostumbra a hacer. Se ha convertido en central el tema.
Por último, y constatando la importancia del proceso organizativo que se ha seguido, me gustaría destacar lo acertado del planteamiento versátil y flexible de una organización absolutamente descentralizada. La capacidad de cada localidad, o cada centro, o cada grupo, o cada zona, de organizarse y organizar la movilización ha favorecido no solamente la incorporación de muchas mujeres, sino la incorporación de muchas mujeres desde sus propios lugares. Sólo con un planteamiento así se ha evitado el peligro tantas veces atisbado de las movilizaciones urbanitas, frente a las de los pueblos y las zonas rurales. O la preferencia de la huelga laboral, frente a los ejes de cuidados, consumo y enseñanza. Cualquier mujer que se siente llamada a la organización y a la huelga, debe poderlo hacer desde su entorno, su cercanía y sus realidades.
Es una fotografía impresionante ver a miles de mujeres en la Plaza del Castillo de Iruñea, o en el Bule de Donostia, o la Blanca de Gasteiz, o en el Ayuntamiento de Bilbo. Pero de las 200.000 personas que se calcula que salieron a las calles en toda Euskal Herria, había muchas que estaban ocupando las plazas de nuestros pueblos pequeños y localidades más lejanas de las capitales.
Begoña Zabala González. Emakume Internazionalistak