Javier Lezaola.- Eduardo Inda, que no pierde ocasión de referirse a lo que él llama “la dictadura venezolana”, entrevista a Albert Rivera y le pregunta precisamente si Venezuela es una dictadura (se supone que para que le responda que sí), pero el presidente de Ciudadanos no le contesta que sí. Y es que Rivera no podía responderle que sí (entre otras cosas, porque todo el mundo sabe que ninguna dictadura le habría permitido lanzar una diatriba contra su Ejecutivo desde su propio Legislativo, que es lo que hizo él durante su gira venezolana), pero tampoco podía contestarle simplemente que no (entre otras cosas, porque ni a quienes lo enviaron de tournée a Venezuela ni al propio Inda les habría hecho ninguna gracia), así que a Rivera se le ocurrió responderle que Venezuela “es incluso peor” que una dictadura, pues “las dictaduras no tienen libertad, pero tienen cierta paz y orden porque todo el mundo sabe lo que hay”.
Para la cinta, que diría José María García.
Rivera reconoce que entre el Gobierno chavista y una dictadura, prefiere una dictadura. ¿Quiere esto decir que preferiría que Nicolás Maduro gobernara de forma dictatorial? Es evidente que no. Entonces, ¿cuáles son las dictaduras que prefiere el presidente de Ciudadanos?
Antes de nada, que conste que Rivera vuelve a deslizar el discurso de ese poder económico-financiero para el que lo importante siempre ha sido garantizar y ejercer su dominio, y hacerlo bajo apariencia democrática o bajo forma dictatorial siempre ha sido una cuestión secundaria. Ese poder económico-financiero que utiliza la democracia mientras esta le permite garantizar y ejercer su dominio y que recurre a la dictadura cuando lo considera necesario precisamente para garantizar y ejercer ese dominio. Y que ataca y trata de desestabilizar tanto a las dictaduras como a las democracias (ese “es incluso peor que una dictadura” que Rivera respondió a Inda es un ejemplo de ello) cuando el poder que ejerce el dominio no es él, que es lo que pasa en Venezuela.
Las dictaduras que Rivera prefiere al Gobierno chavista son precisamente esas a las que el poder económico-financiero recurre cuando no puede garantizar y ejercer su dominio bajo apariencia democrática. A esas dictaduras se refiere Rivera cuando dice que tienen “cierta paz y orden” porque “todo el mundo sabe lo que hay”. “Cierta paz y orden” es un eufemismo de la sumisión general de los dominados a ese poder económico-financiero y “todo el mundo sabe lo que hay” es un eufemismo del terror de esos dominados a la represión que esas dictaduras ejercen sobre la disidencia política.
Por eso los conceptos ‘democracia en general’ y ‘dictadura en general’ no sirven para explicar lo que está pasando y lo que está en juego hoy en Venezuela y mañana en cualquier otro país del mundo. Por eso, nada más volver de su gira venezolana (durante la cual se le permitió hasta lanzar una diatriba contra Maduro y su Gobierno desde la propia Asamblea Nacional), Rivera reconoció que Venezuela no es una dictadura, pero añadió que es “incluso peor” que una dictadura. Habló demasiado. Y lo dijo todo.