Óscar Reina, tiene 25 años y es portavoz nacional y secretario general del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT). Desde el 15 de mayo se encuentra, junto a otros compañeros y compañeras del sindicato, en huelga de hambre para exigir el indulto de Andrés Bódalo encarcelado desde el 30 de marzo.
Llegando a Madrid, he oído murmullos sobre un conjunto de jornaleros y jornaleras que han recorrido más de 300 kilómetros para luchar por la libertad de un compañero que ha sido injustamente encarcelado. No comerían hasta verlo y tenerlo, se decretaron en huelga de hambre y acamparon en la Plaza del Sol el día 15 de mayo. Cuando aterrizo en Barajas, se habían trasladado a la Plaza de Lavapiés, tras una entrevista con Manuela Carmena. En el campamento del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), veo agolpada una multitud que curiosea e interactúa con las sindicalistas andaluzas. Algunas descansan y otras se encargan de atender a los medios, a la gente, recoger firmas, vender camisetas (buena tela, bajo precio) y garantizar el buen funcionamiento del campamento.
La plaza de Lavapiés recibe un sol que castiga y decenas de trabajadores y trabajadoras andaluzas reclaman la libertad de Andrés Bódalo, encarcelado el 30 marzo tras un proceso judicial plagado de irregularidades y con todas las pruebas en contra de la resolución adoptada. Piden firmes justicia, día tras día, mientras se mantienen a base de agua con limón, agua con miel o, incluso, agua con miel y limón. Es un grupo heterogéneo, desde personas mayores de extraordinaria vitalidad a jóvenes inquietos que destilan visión y compromiso, como la hija del propio Bódalo, María Victoria. Uno de esos jóvenes, Óscar Reina, tiene 25 años y es portavoz nacional y secretario general del SAT. Es una persona con un discurso justo, sereno y repleto de pasión y se ofrece para ser entrevistado con el propósito de profundizar en la valentía de un pueblo que lucha por su libertad y en la determinación de un activista como Andrés Bódalo y del grupo que pide su excarcelación.
Actualmente, el colectivo sindicalista se ha mudado a la Plaza de Jacinto Benavente, cumpliendo con su intención de ser una movilización itinerante. En los últimos días, han participado en la manifestación antifascista del 21 de mayo y en las Marchas de la Dignidad del pasado sábado. También han recibido el apoyo presencial de numerosos sindicatos alternativos del estado, de varias decenas de alcaldes y alcaldesas andaluzas, de representantes públicos y otros personajes de relevancia, así como de multitud de personas que visitan su campamento día a día. Además, han conseguido entrevistarse con la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, y recibir la confirmación por parte de la Subsecretaría de Justicia (el ministro no tuvo a bien personarse) de que el expediente del indulto de Bódalo ya se encuentra en los despachos del Ministerio a la espera de unos informes.
La lucha por la libertad de Andrés Bódalo sigue en las calles y en los corazones de la gente, con la resistencia y el tesón de los trabajadores y trabajadoras del SAT como una antorcha que reluce y empodera allí donde deja su huella. Ya son más de 12.000 personas las que han firmado a favor del indulto del sindicalista andaluz y debemos ser muchas más. A veces atiendes y tienes la suerte de escuchar, como dice Óscar Reina: “Por mucho que nos opriman y que intenten meternos miedo, no debemos rendirnos. El objetivo del capitalismo es el de mantenernos pasivos y que nos odiemos unos a otros. Decía Neruda: ‘Si nada nos salva de la vida, al menos que el amor nos salve de la muerte’”.
¿Cuál es la procedencia y la experiencia de Andrés Bódalo como activista?
Andrés Bódalo nace en Jódar, un municipio de Jaén, de 12.000 habitantes. Un municipio que registra una de las tasas de paro más altas de todo el estado español, en ciertos momentos del año roza el 80% con una media del 45-50%. Hoy, más de 2.000 trabajadores han tenido que emigrar a Navarra, al espárrago, y a Castilla y León, a la uva. De esta forma, Andrés Bódalo ha sufrido siempre, desde chico, en sus carnes la marginación social, la emigración, la precariedad y la miseria. Por eso, desde muy pequeño, ha sido una persona reivindicativa, pacífica pero reivindicativa, garante de los derechos fundamentales y luchador contra las injusticias que se realizaban contra su gente. Es en este contexto, donde Andrés Bódalo comienza a implicarse en movimientos sociales, involucrándose en el Sindicato Obrero del Campo (precursor del SAT). En esta organización empieza a tomar la palabra, es una persona carismática y representativa que aglutina y llega al corazón de la gente. Sobre todo, en estos tiempos que vivimos, resplandece en este sentido porque siempre ha sido el primero en el sacrificio y el último en el beneficio. Predica con el ejemplo y creemos que esa es la razón por la que el sistema capitalista lo considera una amenaza, es una persona digna que no quiere nada para sí y que lucha por la humanidad de manera altruista. Andrés Bódalo, en estos momentos, es un líder del SAT, sin cobrar nada del sindicato; es concejal de la agrupación del cambio Jaén en Común, refrendada por una gran cantidad de votos; y se presentó a las elecciones generales como número uno por Jaén en la lista de Podemos y le faltaron 1.000 votos para ser diputado.
En esta tesitura, la de un líder destacado que defiende los derechos humanos, es en la que Bódalo es acosado en múltiples ocasiones por la justicia, que sabemos que para unos casos es ciega y para otros es tuerta. Es ciega para los casos de Bárcenas, Rodrigo Rato, los Papeles de Panamá, los que se llevan su dinero a Suiza, para los que no cotizan y no tienen más patria que su bolsillo; y es tuerta para aquellos que defienden los derechos humanos recogidos en la Constitución, firmada como ‘símbolo de libertad’.
¿Cuáles son los casos de represión y hostigamiento del aparato policial o jurídico hacia el SAT?
657 personas de este sindicato están siendo procesadas por ocupar fincas.
Hay que aclarar que el SAT es el sindicato más represaliado de toda Europa. En estos momentos, 657 personas de este sindicato están siendo procesadas por ocupar fincas, por reivindicar pan, techo y dignidad en Andalucía. 657 imputadas entre los que yo me encuentro con una petición de 5 años de cárcel por la famosa expropiación de alimentos en Mercadona y de material escolar en Carrefour y por la ocupación de la finca militar de Las Turquillas, una extensión de 1.200 ha cuyo único uso actual es la cría ganadera para uso militar. Creemos que esto es una injusticia en la Andalucía en la que nos encontramos. Lo dicho, las cifras totales son muy reveladoras: 657 personas procesadas, más 700.000 euros en multas y más de 400 años de petición de condena para el conjunto del sindicato.
¿Cómo fue el caso de Andrés Bódalo?
En su caso particular, lleva mucho tiempo sufriendo las represalias porque cada vez que se ocupa una finca para reivindicar tierra y trabajo, ahí están las multas, los juicios y las condenas. Concretamente, Andrés ha sido acusado y condenado a tres años y medio de prisión por un supuesto delito de atentado contra la autoridad en el marco de unas movilizaciones que se dieron en septiembre de 2012. En el caso de Jódar, el pueblo de Bódalo, la gente se había quedado sin trabajo y sin los días para el subsidio agrario de desempleo debido a una mala campaña con pocas lluvias y mucho calor.
Nuestro primer objetivo es la libertad de Andrés Bódalo, pero una vez la consigamos, tenemos que volver pronto porque queda mucho por hacer y construir en Andalucía
Por ello, los jornaleros se encerraron durante 15 días en la Casa de la Cultura de Jódar pidiendo un plan extraordinario de trabajo y que se rebajara el requisito de las 35 peonadas para acceder a la prestación por desempleo. El Ayuntamiento, por su parte, hizo oídos sordos y tras una quincena avisó a las fuerzas especiales para expulsarlos del edificio. Los trabajadores, en señal de protesta, hicieron una asentada en la puerta del Ayuntamiento. El concejal socialista y teniente de alcalde, en vez de escuchar al pueblo y preguntar por qué llevaban quince días protestando, no tuvo otra cosa que hacer que pasar por encima de los trabajadores y es entonces cuando se produjo un tumulto con forcejeos. En ese momento, Andrés Bódalo cogió su megáfono e intentó hablar para apaciguar los ánimos aclarando que el concejal no era su enemigo, pese a lo que había hecho, sino que éste se encontraba en los despachos y gobiernos que estaban por encima, recordando que nuestro movimiento es pacífico y rechaza la violencia. Todo eso está grabado en un vídeo de la Guardia Civil que circula por internet y está registrado en los testimonios de los propios agentes, pero ambas pruebas han sido rechazadas por el tribunal.
También hay que decir que el juicio, que en principio iba a ser un proceso de faltas, atribuye delito a Bódalo tras las denuncias de un policía local, que de casualidad (o causalidad) es familia del alcalde del pueblo. Así, de esta manera, el tribunal sólo tiene en cuenta las declaraciones del primer edil, el concejal socialista y el guardia municipal mientras que obvia las afirmaciones y pruebas de la Guardia Civil.
Por si eso fuera poco, suceden cosas que enturbian más el proceso judicial. Cuando presentamos recurso al Tribunal Supremo -como toda persona, en este estado que se dice democrático, tiene derecho en segunda instancia- nos denegaron esa posibilidad porque la procuradora que debía enviar la documentación a las instancias del Supremo no entregó el recurso a tiempo. Es por ello que Andrés Bódalo se encuentra indefenso y se le niegan sus derechos fundamentales, por culpa de un error burocrático.
Los mensajes y consignas intentan llegar tanto a residentes como a turistas.
¿Cómo se desarrolla la protesta?
A raíz de esta injusticia, viajamos inmediatamente a Madrid para interponer ante el Constitucional un recurso de amparo para que admitieran el caso de Bódalo en segunda instancia, un recurso de suspensión de condena y una petición de indulto. Pese a todo, metieron a nuestro compañero en la cárcel el pasado 30 de marzo y nosotros llevamos acampados desde el día 29, desde que supimos que vendrían a llevárselo. Estuvimos primero en Jaén, en las puertas del sindicato (donde estuvimos con Andrés y lo apresaron), luego nos trasladamos a las puertas de la prisión donde se encontraba y más tarde fuimos a Jódar, su pueblo natal, donde nos quedamos para completar 38 días de movilización.
Después de tres manifestaciones con más de 5.000 personas y una marcha a la cárcel en la que participaron más de 10.000 personas para reivindicar la libertad de nuestro compañero, no hubo respuesta alguna. Por esta razón, decidimos caminar hacia Madrid desde Jaén, porque creemos que hay que darlo todo por los compañeros y que aquí, en este sindicato, no se rinde nadie ni dejamos tiradas a las personas. Desde entonces, estamos en huelga de hambre y no nos vamos de aquí ni dejamos el ayuno hasta que nuestro amigo esté en libertad.
‘las causas por las que luchamos son difíciles pero tan justas que algún día lo conseguiremos’
Sólo hubo una respuesta tras la marcha a la capital: la Audiencia Provincial de Jaén anuncia que estarían dispuestos a aceptar el indulto parcial de Andrés Bódalo (la pena sería recortada a la mitad y podría salir de prisión). De momento, seguimos esperando la respuesta del ministro de Justicia, Rafael Catalá, a quien hemos solicitado un cita, al igual que a la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril. Además, fuimos recibidos por Manuela Carmena, quien nos ofreció su persona y sus herramientas para difundir la causa que defendemos y facilitar la libertad de Andrés.
Después de que se haya dado el tercer grado a gente como Ángel Carromero y Carlos Fabra y el indulto a personajes como Emilio Botín, creemos que una persona como Andrés Bódalo, un jornalero que ha recibido el apoyo y la firma de miles de personas para salir de prisión y que saben que es inocente, merece el respeto de sus derechos.
Andrés representa el sentimiento de libertad andaluz, una emoción que no se puede encarcelar. De esta forma, seguimos aquí. Como diría Diamantino García, fundador de nuestro sindicato, ‘las causas por las que luchamos son difíciles pero tan justas que algún día lo conseguiremos’. Por mucho que quieran reprimirnos y encarcelarnos, podrán cortar todas las flores pero no acabarán con la primavera.
¿Cuál es el plan a seguir a partir de ahora?
Estuvimos los tres primeros días en la Plaza del Sol. Después, llegamos a un acuerdo con la alcaldesa de la ciudad, nosotros nos movemos de Sol y ella colabora con nuestra causa. Actualmente, nos encontramos en Lavapiés (ahora en Jacinto Benavente) y, si las fuerzas nos lo permiten, nos desplazaremos a otras plazas y otros barrios para que se conozca por qué estamos aquí y cómo luchamos por la libertad de nuestro compañero.
¿Cómo se encuentra Andrés Bódalo en prisión? ¿Podéis establecer contacto?
Sabemos a través de su familia que se encuentra en buen estado. Está retenido en una zona en régimen de respeto, así que dentro de lo malo, no es lo peor. Pero, de todas formas, sabemos que no lo están tratando tan bien como podrían y que sufre algunos correctivos de manera arbitraria. Por su parte, Andrés aguanta y sigue firme, sabe que es una molestia para el sistema. Pero claro, quiere salir cuanto antes de allí porque a nadie le gusta estar encerrado, no es un sitio agradable. Menos aún cuando se trata de una persona como Andrés, cuyo espíritu es libre y no soporta estar encarcelado, en este caso, de manera injusta.
¿Qué sectores, en especial en el ámbito mediático, han mostrado su apoyo, rechazo o indiferencia hacia vuestras acciones?
Existen una serie de medios de comunicación, que pertenecen a la derecha más rancia del país, que han cargado sistemáticamente contra nuestra causa, como la cadena 13TV y algunos periódicos, que han mentido y que han falsificado para desacreditar nuestra lucha. Por otra parte, los principales medios de comunicación e instituciones nos han ignorado, demostrando su desdén por los problemas de la gente.
Pero, afortunadamente, existe mucha gente que siente la justicia social como una responsabilidad y se ha solidarizado con nosotros. Queremos agradecer ese apoyo a los colectivos y organizaciones que nos han visitado y se han manifestado a favor de nuestra protesta, a los vecinos de Madrid y del barrio de Lavapiés por mostrar su amabilidad, compartir con nosotros y colaborar con nuestro campamento; a la gente que muestra su apoyo desde todos los rincones del país, a los pocos medios de comunicación que se han acercado a conocer nuestra historia, en definitiva, a todas aquellas que no pueden aguantar la injusticia y luchan para erradicarla. También queremos mostrar nuestra gratitud a Manuela Carmena, junto a otros cargos públicos, por practicar su apoyo a nuestra causa como jurista, persona y alcaldesa.
¿Podrías hablarnos del marco actual de reivindicaciones y acciones del SAT?
Nuestro primer objetivo es la libertad de Andrés Bódalo, pero una vez la consigamos, tenemos que volver pronto porque queda mucho por hacer y construir en Andalucía. Nos consideramos un sindicato alternativo, asambleario y anticapitalista. No somos una organización al uso. Estamos en los centros de trabajo con los trabajadores y trabajadoras en la lucha contra la precariedad y por los derechos laborales, pero creemos que lo más importante es la acción directa, es lo que nos diferencia de otros sindicatos. No creemos ser sólo un sindicato, sino un movimiento social y entendemos que así debe ser. Hay que estar en las calles, desde abajo, en la izquierda, con los descamisados, con las sin voz, con las maltratadas por este sistema patriarcal y perverso, el sistema capitalista. Actuar desde abajo significa estar en las ocupaciones de fincas, en las expropiaciones de alimento y de material escolar (como en los famosos casos de Mercadona y Carrefour). Creemos que en pleno siglo XXI, donde hay quien considera que se han conseguido todos los derechos, tenemos que generar la contradicción y dar un paso más. Para nosotros, eso significa acción directa no violenta.
Preferimos el pan del pobre que comparte con nosotros que las dos monedas que le sobran al rico
En el caso de Andalucía, donde el 50% de la tierra está en manos del 2% de los terratenientes, es necesario entregar a los trabajadores aquellas fincas con potencial productivo que están sin cultivar, como es el caso de la finca de Las Turquillas, en la comarca de la sierra sur de Sevilla, donde bastas extensiones cultivables se usan para la cría de unos cuantos caballos. En la situación en la que nos encontramos, en una de las provincias con más paro de toda la comunidad, creemos que es tremendamente injusto. Por eso, la hemos ocupado varias veces y, por este motivo, nos piden decenas de años de prisión y cientos de miles de euros en multas.
Creemos que el sindicalismo del siglo XXI tiene que dar un paso más y no se puede quedar sólo en los centros de trabajo. Tiene que actuar y apoyar a los desfavorecidos, en la calle, estar en los movimientos antidesahucios, okupas, en defensa de la sanidad, de la educación, con todos aquellos que luchan contra el capitalismo, el cáncer de esta sociedad. Tampoco podemos olvidar a los movimientos ecologistas, hay que avanzar en el decrecimiento y la sostenibilidad, o damos ese paso o estamos condenados a la extinción. Luchar contra los transgénicos y por la soberanía alimentaria (una batalla muy presente en Andalucía). Son procesos que van de la mano del anticapitalismo.
Tenemos la gran misión de seguir peleando juntas, la responsabilidad de no arrugarnos y seguir defendiendo las causas justas y necesarias. Por lo menos, si no las conseguimos, tendremos la legitimidad de haberlo intentado y poner nuestro grano de arena en esta lucha. Una lucha digna y justa, por la verdad, la justicia, la democracia y la igualdad.
¿Tenéis una caja de resistencia en funcionamiento?
Tenemos una caja de resistencia para las multas que se encuentra en nuestra web y que está a disposición de todo el que quiera aportar. Como ya hemos señalado, somos el sindicato más represaliado de toda Europa y no precisamente por llevarnos el dinero a Suiza, sino por defender los derechos humanos. Por eso, hacemos un llamamiento a la solidaridad. Preferimos el pan del pobre que comparte con nosotros que las dos monedas que le sobran al rico.
Autor: Ramón P. Yelo