Querida compañera, a raíz de mi reciente artículo Lo malo y lo peor http://elhuron.online/blog/2016/05/lo-malo-y-lo-peor/, me has planteado algunas preguntas tan importantes como difíciles de contestar en pocas palabras, por lo que intentaré, simplemente, subrayar unas cuantas cuestiones básicas que creo que no debemos olvidar (y que son precisamente las que los poderes establecidos quieren que olvidemos).
“¿Es lo mismo el PP que Podemos?”, me preguntas, y me apresuro a pedir disculpas si en mi artículo doy la impresión de estar sugiriendo tal cosa. El PP y Podemos no son lo mismo, desde luego que no; pero van en el mismo barco, y votar a cualquiera de los que se han subido a la cubierta de ese barco es votar al barco, es decir, al sistema.
Y a la que defines como tu pregunta clave: “¿Puede hacer Podemos un Gobierno fascista?”, tengo que responder en la misma línea: Podemos solo puede hacer un Gobierno fascista, puesto que acepta la lógica del criptofascismo reinante y lo legitima cada día, con sus palabras o con su silencio. Si Podemos -o una coalición IU-Podemos- llegara al poder, haría, en lo sustancial, exactamente la misma política que el PP y el PSOE. Porque, no nos confundamos, lo sustancial es la OTAN, la Europa del capital y de la guerra, las bases estadounidenses, el sometimiento a la política criminal de Washington, del FMI, del Banco Mundial… Lo sustancial es la tortura como práctica sistemática e impune, la atrocidad de que cada semana muera una persona en dependencias policiales, los cientos de presas y presos políticos a quienes ni siquiera se les reconoce su existencia… Lo sustancial, en última instancia, es la lucha de clases, la lucha por la autodeterminación de las personas y de los pueblos. Lo sustancial es que los pitufos de Podemos ni siquiera hablan de estas cosas, cuando no las niegan explícitamente: para ellos ya no hay clases sociales, ya no hay derechas e izquierdas: todos caben en su carroza carnavalesca con tal de que siga el espectáculo.
Dices que lo único que pides es “un poco de aire, y Podemos podría dar ese mínimo de oxígeno necesario para seguir luchando”. Pero a quien Podemos daría -está dando- aire es al sistema, a un sistema que está pasando por una fase de excesiva rigidez y que, al igual que el tardofranquismo en su día, necesita flexibilizarse un poco -solo un poco- para no agrietarse. Mutatis mutandis, Podemos está desempeñando el mismo papel que jugó el PSOE durante la gran farsa de la “transición”, cuando a cambio de unas cuantas libertades formales se domesticó a la izquierda y se ahogó la lucha sindical en una charca de corrupción.
Dices que hay gente que dice: “No confío en Podemos, pero lo voto para poder al menos manifestarme contra Podemos”. Supongo que es gente muy joven (o muy mayor, o prematuramente envejecida, como algunos de mis amigos), que no sabe (o ha olvidado) que esa filosofía del “voto útil” y del “voto con la nariz tapada” fue la que permitió al PSOE convertirse en el más eficaz instrumento de la desmovilización, en la más nefasta y corrupta expresión de la socialdemocracia.
¿Estaríamos mejor con un Gobierno de IU-Podemos? Tú y yo seguramente sí (yo, si no les hubiera dado tanta caña, hasta podría aspirar a un cargo en el Ministerio de Cultura). Pero la clase trabajadora estaría un poco más lejos del empoderamiento real, y quienes manejan los hilos del poder se sentirían un poco más tranquilos. No creo, como dicen algunos, que detrás de Podemos esté la CIA; pero si lo estuviera (como estuvo detrás del PSOE) su estrategia no sería muy distinta.
Son tiempos muy difíciles, querida compañera, y lo que es peor, muy confusos. Y precisamente por eso es fundamental tener claras algunas cosas, algunas consignas básicas. Y creo que la más básica, la que nunca debemos olvidar, es (y como se puede decir más alto pero no más claro, lo diré más alto) NI GUERRA ENTRE LOS PUEBLOS NI PAZ ENTRE LAS CLASES.
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